Helena...
Me subieron para extraerme una muestras de sangre para realizarme analíticas. Hecho esto me subieron a una habitación, amplia e increíblemente cálida para ser el cuarto de un hospital.
Dormí por una media otra hasta que tocaron la puerta y pude escuchar voces.
Era Marcus de la seguridad y mi doctor. Marcus sale y el Dr se acerca.
—¿Cómo te sientes, Helena?
Me acomodo un poco en la cama y le contesto —Con un poco de pesadez pero en general me encuentro bien.
—Es normal por tu condición; ya tenemos los resultados tus analíticas, no hemos encontrado nada que nos indique que algo anda mal o que poseas alguna deficiencia; más bien hemos confirmado que se trata de algo que sabemos traerá mucha alegría.
•
Posterior a la visita del doctor me quede pensativa hasta que llegó Lucney y me ayudó a distraer un poco la mente.
Tocan la puerta, Lu se apresura abrir dejando ver a un enfermero y un doctor que traen a alguien en una camilla.
No preste mucha atención a su presencia hasta el momento en el que se acercaron lo suficiente y ese destello de pelo rojizo y tez blanca me hizo saber de quién se trataba.
—Oh Derick!—Grito e inmediatamente inició a llorar. — Pero ¿Cómo? ¿Cuándo?
Lo colocaron al lado mío , me dieron sus generales y se marcharon, permitiendo abrazar y besar a mi pequeño quien aún no despierta.
Las lágrimas no sedaban de salir de mis ojos, al fin estaba aquí conmigo, entre mis brazos, después de tanto. Me abrase a él como si no hubiera mañana, me abrase a él tanto como para que nadie lo pudiera volver apartar de mi lado. Para que nadie volviera hacerle daño.•
Desperté y al abrir los ojos lo primero que veo son esos ojos que tanto extrañe, que amo y tanto debo contarle.
—Charles—digo y mis ojos se llenan de lagrimas, de felicidad, de todo lo que este día significa para nosotros. Se acerca y me abraza.
-Ya paso, mi reina. Ya está aquí y no irá a ningún lado.—Me dice y acaricia mi cabello.
Estuvimos abrazados un largo rato, quería sentirlo a los dos cerca y no sé si esperar que Derick despierte y hablar con Charles.
—Helen...—escuchó la débil y adormecida voz de mi pequeño y mi corazón brinca.
—Derick—digo girándome hacia él con las lágrimas iniciando a salir de mis ojos.
-Yo... - Derick trata de decir algo mientras llora.
-Ya estás a salvo, mi amor. Ya estás en mis brazos.—le digo.
Noto que los ojos de Charles se cristalizan y otra vez más me confirma que es el hombre correcto, que es la persona que siempre espere, con la que estaba destinada a ser.
-Yo los extrañé. -Dijo mi pequeño, abrazando a Charles convirtiendo nuestro abrazo en uno de tres.
Pasamos el rato hablando, Lucney llegó, Charles salió hablar con las personas de seguridad y al cabo d Euán rato volví a quedarme dormida.
•
Desperté y Derick seguía a mi lado. Sentí tanta felicidad que me rebozo el corazón. Estaba aquí. Conmigo y ya no iría a ningún lugar, nadie volvería a quitarlo de mi lado. Todo será diferente, ya no puedo ser más ingenua, seguir creyendo que todo el mundo es bueno y que posee buenas intenciones. Charlotte se llevó esa parte mía cuando secuestró a Derick, cuando casi lo mata dándole soja.
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Míster Hartmont
RomanceCharles Hartmont multimillonario dueño de una cadena de bancos distribuidos en toda Europa. A sus 29 años es un hombre calculador; adicto al orden y la puntualidad. No hay nada que se escape de sus manos; él todo lo sabe. ¿Qué tendría que pasar para...