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En este momento llevo de la mano Derick, mi hermanito, acabo de pasar por él al colegio y vamos camino a mi trabajo, hasta las cinco donde una amiga lo cuidara mientras trabajo en un bar hasta las diez de la noche; todo es agotante y aún necesito conseguir otro empleo pero todo es con un fin y ese fin es sacar a mi hermano adelante, asegurarle un futuro.
Llegamos al pequeño café en el que trabajo, Derick se sienta en una de las sillas de la barra como siempre, firmó mi llegada y inició mi jornada.
La tarde se me paso rápido entre mesas por limpiar y pedidos por llevar, ahora estoy en casa de mi amiga Lucney que es quién cuida a Derick.
—Necesito un nuevo empleo para las mañanas.— suelto un largo suspiro.
—Te matas mucho, Helena.
— Mientras el dinero no sea suficiente lo seguiré haciendo, hasta asegurarle un futuro a mi hermano. — le hecho un vistazo a Derick que de encuentra en el sofá de mi amiga viendo la televisión.
—Hace poco escuche a mi tía decir que donde trabaja estaban solicitando una nueva empleada. ¿Si quieres le pregunto si aún esta disponible y luego, te aviso?
—Eso seria excelente, te lo agradecería en el alma.— la abrazo.
Rompo el abrazo, me despido de Lucney y Derick, ya es hora de irme a mi segundo empleo, se me hace tarde y sí eso pasa me lo descuentan y yo no me puedo permitir eso, no si quiero librarme de unas cuantas cuentas este mes.
El bar hoy no esta muy lleno y eso significa menos propinas. Me cambie con el uniforme que debo llevar, una falda muy corta para mi gusto y una camisa y me dispuse a trabajar. Tragos por aquí, tragos por allá y apenas llevo diez de propinas.
Aquí los hombres son un poco sucios, me gritan groserías como nena, esas piernas, subete la falda, enseña esas chichis y gana más propinas, me dan asco pero que conste que todo lo soporto por Derick y porque las cuentas no se pagan solas.
Termine mi turno y me fui directo a casa de Lucney por Derick, cuando llegue ya estaba dormido, no quise despertarlo y lo que lo cargue en brazos. Estoy caminando a la casa con Derick en mis brazos, aparte de que no vi ningún taxi no puedo darme el lujo de pagar uno cuando vivimos a escasas calles de Lucney.
Voy a cruzar la calle pero la luz de un auto se aproxima a toda velocidad, doy un brinco a la acera y veo como el auto, un Ferrari rojo sigue abriéndose paso por las calles de Birmingham.
¡Ni si quiera hizo sonar la bocina!
Me aseguro de que ya no venga ningún otro imprudente y cruzo la calle, otra esquina más y ya estamos en casa.
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Lucney ayer temprano me aviso que el trabajo de la casa en la que trabaja su tía aún esta disponible. Eso me alegro mucho.
Me comunique con su tía, ella me indicó que debo estar en la residencia “C.H” a las ocho de la mañana, puntual.
Eso me emociono mucho ya que si consigo el trabajo pobre ir un poco más ligera con las cuentas.
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Acabo de dejar a Derick en la escuela, estoy caminando a pasos súper rápidos, son las ocho y cinco minutos y debía estar en la residencia “Hartmont” a las ocho en punto aunque no creo que se vayan a enojar por unos diez minutos de retraso.
Doblo la esquina en la que vengo caminando y de inmediato divise un portón enorme con las letras “C. Hartmont” en grandes. Di unos pasos más hasta quedar justo en frente de el gigante portón.
—Buenos días ¿En qué le podemos ayudar? — escuche la voz de un hombre a través de un intercomunicador.
—Buenos días, mi nombre es Helena... James. Helena James, vine a una entrevista con la señora Julia — dije refiriéndome a la tía de Lucney.
—Correcto, la dejaremos pasar— y inmediatamente se abrió un poco el enorme portón.
Entre por el espacio que el seguridad, supongo, abrió para mi. Camino hasta llegar a las puertas de la casa, que digo casa, la mansión porque es enorme, donde me esperaba la señora Julia.
—Llegas tarde.
—Lo sé, disculpe.
—El señor acaba de irse que era quien te iba a entrevistar, el odia la imputualidad. Ya estabas despedida mucho antes de ser contratada pero como eres amiga de mi sobrina le convencí de que te diera el trabajo.
—Muchas gracias señora Julia— le abracé de la emoción.
La señora Julia me dio un tours por la lujosa mansión, mi función aquí sería encargarme de la limpieza de la habitaciones simplemente, me dio las reglas de la mansión y el horario que deberé cumplir.
Es una casa muy grande con muchas habitaciones me tomara casi medio día asearlas por completo, tendría que dejar los demás empleos que tengo pero según me ha comentado la señora Julia la paga es excelente; en unos meses ya me habré librado de unas cuantas cuentas.
Hoy mismo inicie con la limpieza, la primera que limpie fue la habitación del señor Hartmont es como un mundo nuevo allí dentro. Luego las demás habitaciones y por ultimo dos habitaciones en el primer piso que son del servicio. Las habitaciones son enormes pero fáciles de limpiar.
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Ya llevó un mes trabajando en la mansión Hartmont, ayer me recibí mi primer pago, es tres veces más de lo que ganaba con mis dos empleos anteriores, y son exagero mi remuneración pude pagar dos cuotas atrasadas de la hipoteca de la casa de mis padres, pague el colegio de Derick, le pague a Lucney por cuidar a Derick y aún me queda algo de dinero para pagar los demás servicios de la casa.
Tengo viva fe de que todo para mi y mi hermano mejorará, siento que vienen cosas buenas.
Narra Charles...
Llego a mi casa, subo directo a mi habitación, veo que la chica que se encarga de la limpieza de las habitaciones lo hace bien aunque llega tarde y eso no me gusta, una persona impuntual es sinónimo de irresponsable.
No me gustan las personas impuntuales e irresponsables no me importa cuál sea la situación que tengan, si usted tiene un compromiso contra todo pronostico debe cumplir.
Como dueño de una cadena de bancos me topo con todo tipo de personas pero las irresponsables son las más abundantes, si usted tomo un préstamo debe pagar, porque si usted sabe que no puede pagar una cantidad “X” de dinero no la tome.
A diario son muchas las propiedades que embarcamos por personas irresponsables con los pagos, no me importan las personas que vivían ahí, lo que me importa es mi dinero y sino puede devolverlo no es mi problema; las personas deben pensar antes de hacer compromisos que no pueden cumplir. Que pierdan sus trabajos tampoco es mi problema, si le preste mi dinero, devuelvalo.
No me importa que las personas piensen que soy insensible o hasta inhumano, soy lo que soy y eso nadie lo va a cambiar, me he esforzado mucho para estar donde estoy y no voy a dejar que nadie se aproveche.
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K.R
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Míster Hartmont
RomanceCharles Hartmont multimillonario dueño de una cadena de bancos distribuidos en toda Europa. A sus 29 años es un hombre calculador; adicto al orden y la puntualidad. No hay nada que se escape de sus manos; él todo lo sabe. ¿Qué tendría que pasar para...