Capitulo 31

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Helena...

Una persona desaparecida duele, duele mucho, mas que una persona muerta o que se fue, porque no esta muerto esta ahí como un alma, un espíritu que no se va y que mucho menos deja estar en paz. 

Un mes...

Un mes dándolo todo por encontrarlo, un mes en el que he muerto en vida, donde ni yo logro reconocerme, ha sido un mes duro, doloroso, horrible.

Mañana sería mi boda con Charles, mañana uniríamos nuestras vidas, sería su mujer, su señora, pero eso no pasará; y aunque hayamos dicho cosas que de verdad no queríamos decir lo hicimos, rompimos nuestro compromiso y aún era lo que el mensaje anónimo decía no he tenido noticias de mi hermano.

Derick aún es una aguja en un pajar, sin contar los esfuerzos sobre humanos que han hecho Chales, la Policía y su equipo; han realizado varios allanamientos, en uno se pudo rescatar a una niña, pero los demás han tenido cero éxito.

Charles y yo poco hablamos, para todo envía a alguien a por mi, y en caso de que fuese muy importante viene él, pero hemos pasado de todo a nada, no nos miramos ni ha la cara; cuando está distraído muy ocupado le miro, está triste, roto igual que yo.


Extraño que me abracé, que me bese y me diga lo mucho que me ama, que me tome de la cintura al dormir y se aferre a mi como si me fuera a escapar. Lo extraño demasiado estando a escasos metros, pero si es la solución para que mi hermano regrese conmigo, estoy dispuesta a sufrir toda una vida.

Aún recuerdo cuando cumplí 7 años, pedí un deseo; un hermanito y aunque no se me hizo realidad hasta 7 años después lo sentí como si hubiera acabado de soplar las velas. Él es mi todo, lo que me recuerda quien soy, de donde vengo y hacia donde pretendo ir, lo que me recuerda el inmenso amor de mis padres, su inmenso amor hacia nosotros.

Tampoco puedo olvidar recordar la primera vez que lo vi, fue tan lindo; acababa de nacer, llevaba un mameluco verde, nació con mucho cabello rojo que hacia el contraste perfecto con su piel blanca almendra y cuando lo tuve en mis brazos supe que debía cuidar de él, que era mi deseo, que era familia y de la familia se cuida, se da todo por ella y se ama más que a nada.

Por eso prefiero ser infeliz que fallar a lo que creó, a lo que le prometí a mi madre ese día cuando lo tuve en mi brazos y ella ya no estaba; lo que le prometí a mi padre cuando murió.

Quizás nunca vuelva a amar a nadie o quizás no lo sé, cuando salga de esta mansión no vuelva a ver a Charles pero si recuperó a Derick sentiré que hice lo correcto.


Estamos en un punto ciego, ahora mismo estamos como al principio, sin pies ni cabeza, solo sabiendo que se lo llevaron en mis narices.

Derick...

No sé donde estoy, no sé quienes me tiene aquí, pero casi todo el día siento que estoy solo, es un lugar oscuro, que de vez en cuando toma luz cuando prenden la tv y entran el señor de los zapatos marones y la mujer que da ordenes.

Ella es mala, el ambiente se tensa cuando esta aquí, su aura es oscura, tengo miedo, quiero a Helena y Charles conmigo. Se que vendrán por mi, aún no se cuando, y he perdido la cuenta de los días que llevo aquí.

Dimitia...

Los parpados me pesan, me es imposible moverme, me duele todo el cuerpo, continuó forzando para poder abrir los ojos, las cosas están borrosas, pero poco a poco se van aclarando; estoy en un hospital.

Míster HartmontDonde viven las historias. Descúbrelo ahora