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Salí de la junta, casi a la hora de cerrar el banco, entre a mi oficina donde ya me esperaba Josep.
—Josep— le abrace.
—Joven Charles ¿Cómo estás?
—Colérico....
—Imagino pudo ver el periódico... Lo que me sorprende es que usted no lo impidiera.
—Quisiera haberlo hecho pero no lo supe hasta ya publicado, siempre alguien me avisa y evitó que se filtre lo que no quiero. Pero esta vez nadie me hizo saber, es por eso que te llame, necesito saber quien se encargo de que se filtrará.
... Necesito a la persona que lo ordeno, la que tomo la fotografía y el que la publicó; porque te aseguro que no les ira nada bien.—dije en tono duro.
—Joven Charles, lo que es igual no es ventaja y su padre no consideraba la venganza.
—Yo no soy mi padre y no dejare ileso al responsable.
— Aveces la realidad se nos estampa en la cara de bruces.
Dicho esto Josep salio de mi oficina, yo por otro lado tome mi portafolios y lapto para visitar a Helena y Derick.
Entre en el ascensor, marque el número del parqueo y espere a que las puertas de acero de abrieran.
— Hasta mañana Míster. Hartmont.
—Nos vemos Marc— me despedí del seguridad.
Me subí a mi auto y me dirigí a la casa de Helena. Al llama a la puerta el pequeño Derick atendió con una gran sonrisa al ver que era yo.
—Charleeess! —grito emocionado.
— Hola pequeño— chocamos los puños. —¿Dónde esta Helena?
—Ella esta en su habitación. Vamos.— me llevo de la mano, subimos la escalera.
Al llegar al pasillo que da a las habitaciones se desapareció escaleras abajo.
Camino por el pasillo hasta la primera puerta que sé es su habitación, doy dos toques, escuche un leve adelante por parte de Helena, gire la perilla, abriendo la puerta... Entre.
Encontrándola a medio vestir, un sujetador blanco y un jeans sin abotonar, les juro que ver su silueta desnuda es el cielo.
Se sonrojo al verme —Charles.— me sonrió tímidamente.
Mi mente inmediatamente se transportó al momento en que la tuve desnuda entre mis brazos, tímida, inexperta, sencilla pero perfecta para mi. Sonreí ante en recuerdo.
Me acerque y le susurré —Amo la silueta de tu cuerpo.
Sonrió luego morder su labio inferior y termino bajando su vista al piso.
Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que a lo lejos escuchamos a Lucney gritar que se llevaba a Derick; le agradecí internamente aunque Helena se nota nerviosa.
—Estás nerviosa. ¿Por qué?
— Es que no puedo fingir no estarlo. Anoche...— la interrumpo.
—Hicimos el amor.
Sus mejillas enrojecieron y jugo con su pelo que caí por sus costados. Fue tan tierno que no me contuve y le bese.
Ella inmediatamente correspondió el beso, despacio para disfrutar el momento, poco a poco la adrenalina y la pasión se adueño de nuestros cuerpos y puedo presumir que toque el cielo cuando me deshice de su sujetador y demás prendas que interrumpían un tacto más intimo.
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Míster Hartmont
RomanceCharles Hartmont multimillonario dueño de una cadena de bancos distribuidos en toda Europa. A sus 29 años es un hombre calculador; adicto al orden y la puntualidad. No hay nada que se escape de sus manos; él todo lo sabe. ¿Qué tendría que pasar para...