Capitulo 24

14.9K 706 88
                                    




K.R

Antes que nada, lo siento...
Dure mucho para actualizar, aunque han sido muchas cosas, gracias por su paciencia, mensajes bonitos y a los no tantos, gracias a los que se desesperaron y eliminaron la historia pero no fluían las palabras, mi cerebro no podía producirlas.


La primera noche que amanezco en casa de Charles, después de una noche magnífica despierto con unos cuantos malestares.

Lo que inmediatamente me puso a pensar y desperté a Charles.

Lo remuevo en la cama hasta que inicia a abrir los ojos.

— Cariño— dice al abrir los ojos.
—Charles...
No sé cual sea la expresión de mi rostro en este momento pero Charles se incorpora rápidamente en la cama
—¿Qué sucede Helena?

Vacilo en mi mente varios segundos.
—Helena...

—Tengo una semana de retraso, Charles.

—¿Eso qué tiene de malo? Vamos a casarnos.

—No... no Charles. No quiero ser madre. No puedo.— dije casi histérica.

Charles me miró y vi en sus ojos una chispa de decepción. —Si él lo entendiera— estoy bien con Derick.

— Está bien— consiguió decir luego de varios minutos —llamaremos a la Dra. Pyston, es la mejor ginecóloga del país, además una buena amiga.

Asentí.

Se paro de la cama y tomo su teléfono; caminó de un lugar a otro mientras hablaba, daba ordenes sin parar y veo que el Charles que es conmigo no lo es con todos.

Lo dejo dando ordenes y entro a ducharme.

Minutos después lo siento entrar en el cuarto de baño, enjuagó mi pelo y salgo rápidamente envolviendo mi cuerpo en la fina toalla.

Lo escucho murmurar algo pero no le presto atención. Encuentro un vestido amarillo perfectamente colocado sobre la cama, su accesorios y tacones al igual que la noche anterior.

Me visto rápidamente y recojo mi pelo en un moño alto, sin nada de maquillaje en mi cara, salgo de la habitación de Charles con destino a la que se está quedando Derick, entro sin tocar y le veo entrando su camisa por dentro de su pantalón.

Luce tan lindo mi pequeño, lleva una camisa de color azul, jeans y zapatos negros y su pelo alborotado que nunca puede faltar.

—Buenos días,Helen.

—¿Cómo amaneciste?

—Genial, está cama es enorme.

—Me alegra que hayas dormido bien.

Lo veo terminar de arreglarse y le digo:
—Vamos a desayunar— salimos de la habitación y ya en el pasillo le pido que se adelante para ir por Charles a la habitación.

Entro a la a habitación y lo encuentro viendo la televisión plasma en la pared; es su abogado hablando y un encabezado que dice: "Charles Hartmont se casa"

Míster HartmontDonde viven las historias. Descúbrelo ahora