Era Medieval [ A Haikyuu Fan Fiction ]

Capítulo XIII

El castillo estaba a oscuras. Cada paso resonaba por todos lados, como si estuviera vacio. Ni una sola luz atravesaba las ventanas a pesar de ser pleno día. Paredes negras hacian parecer que habian sombras por las esquinas. Una alfombra rojo sangre los llevaba a través de los estrechos pasillos. En cada columna, una bandera naranja que revelaba tres cuervos alzando vuelo caían hacia abajo, como si no tuviera motivación alguna. El aire era humedo y sombrio, podias sentir el miedo presente en los pasillos.
Oikawa forcejeaba entre los dos soldados con cascos que les tapaban la cara que lo tenían retenido. Otros dos soldados iban al frente, mucho más bajos que el mismo Oikawa. Llegaron por fin a unas puertas altas y estrechas. El soldado más pequeño de todos tocó la puerta. Una voz grave e intimidante respondió con un "Adelante" desde el interior.

La habitación estaba tan oscura como los pasillos, si no era que más. Aunque no era tan grande. A unos 15 metros un trono totalmente hecho de metal negro se alzaba frente a una gran vitrina, que estaba cubierta en esos momentos por una cortina naranja. En el trono, un muchacho de cabello negro carbón y ojos azules furiosos, con una corona de oro en la cabeza. Vestía totalmente de negro, excepto por su capa de color rojo.
A su lado derecho habían dos soldados. El más cercano era muy pequeño, con pelos naranja y una mirada tan decidida que daba miedo. A su lado un chico más alto con una lanza y casco que no dejaba ver su rostro. Llevaban puesto un uniforme diferente a los otros guardias. El de ellos era totalmente negro, mientras los que sostenían a Oikawa eran plateados. Del otro lado, más cerca del que debía ser el rey en su trono, habia una muchacha rubia y baja que parecía asustada, pero hacia lo posible por verse intimidante. Llevaba puesto un hermoso vestido blanco con decoración floral mínima que le llegaba a los tobíos y unas sandalias. En sus manos, una bandeja de plata con varias cartas. A su lado, estaba el más alto de los cuatro. Al igual que los otros dos, llevaba armadura negra, y su espalda sostenía un escudo. Todos llevaban una espada a su lado derecho, incluso la chica. Aunque la de ella parecía mas una pequeña daga.

Los soldados acercaron a Oikawa hacia el trono a jalonadas y puñetazos. Lo hicieron incarse frente al trono, y le jalaron de los pelos para obligarlo a ver hacia arriba.
El rey pestañeó un par de veces atónito.

- ¿Oikawa-san?

Oikawa se sorprendió. No porque lo haya reconocido, sino porque le seguía llamando con honorífico. Lo que quería decir que no lo había olvidado.

- Su majestad, ¿conoce a este bandido?- preguntó el soldado que lo agarraba de los pelos, quien se quitó el casco y mostró su cabeza rapada y mirada feroz.

- Algo así... ¿Qué haces aquí?- siguió el rey- Creí que seguías desesperado por recuperar eso que te fue arrebatado. ¿O será que lo encontraste ya?

Oikawa sabía que no había sido a propósito, pero sintió una roca exprimiendole el corazón al recordar a Iwaizumi.

Regresaremos un poco en el tiempo para saber mejor cómo llegó Oikawa a esta desastroza situación.

.

- ¿Conseguiste al príncipe? - había preguntado Yahaba al ver que Oikawa estaba de regreso con el grupo y un par de sacos por allí.
- Claro que sí.- había respondido Oikawa con seguridad, poniendo a los pies de Yahaba el saco mas grande.

Yahaba lo abrió a inspeccionarlo. Al darse cuenta que Oikawa había fallado, suspiro y rompió el saco, mostrando a un joven inconciente bajo de pelo castaño.
- Te dije que secuestraran al príncipe de Itachiyama... ¡¡NO A SU PRIMO!!
Todos se vieron decepcionados.
A Oikawa se le fue el alma.
- Espera... ¿qué? ¿Ese no es el príncipe?
- ¡Claro que no!

Pero no tubieron tiempo de pelear. Escucharon que un grupo de soldados iba hacia ellos. Yahaba estaba seguro que lo escucharon gritar. Ordenó a que Makki se llevara a Komori cargado, mientras todos los demás se dispersaban como ratas. Estaban en la frontera de Nekoma. No pdrían capturarlos a menos de que fueran el ejército de Nekoma, y este estaba ocupado con un par de serpientes.