Capítulo 5: Carnivale.

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De regreso a mi abadía, mi jaula, mi casa, mi contenedor. Realmente fue una noche eufórica, algo tensa, pero aún así, me gusto esa sensación de no tener problemas.

Acordamos con Syn de que iríamos a la feria, prácticamente esta a unas cuadras de mi casa. No dejaba de pensar en como cambiaría mi vida, ahora que estoy conociendo a otra persona. Me serviría bastante, hablaría más y en parte, me despejaría la mente .

Sería algo recíproco, él me distrae y yo, bueno, yo le sirvo como un trofeo, aunque relativamente, poco me importa eso. Procuro no darle importancia.

Mi madre a veces me hablaba, que había que tener cierta precaución con lo que hacemos, que todo tiene su consecuencia, que con lleva a una serie de experiencias y emociones, que pocos se aventuran a probar. Lamentablemente, fui una de esas pocas personas, que solo buscaba una aceptación y afecto. Como consecuencia: Andy, me engañó y me dejó en un país, en el cual, no conozco absolutamente a nadie.

Cansada de darle vueltas al asunto, decidí levantarme de mi cama y dirigirme a tomar una ducha, arreglarme y salir a caminar o tomar sol.

(...)

El día estaba fresco, en su punto; tome una remera y la lleve conmigo, en el caso de que me diese frío.
Iba llegando al centro del pequeño pueblo y una tienda logro captar mi atención: frutas. Necesitaba reponer la nevera y estas se veían dignas de ir en ella.

Después de haber comprado, seguí mi camino, me dirigí a una pequeña banca, que daba al mar, la brisa marina lograba darle un aspecto invernal, al día soleado, de verano.

Andy...

Ese nombre no dejaba de dar repercusiones en mi mente, taladreaba día tras día, noche tras noche, un manto de oscuridad cubría mi mente, no me dejaba pensar con claridad.

Necesitaba distraerme, dejar de pensar en él, que retornaría su camino a mi lado; no era capaz de desviar mis entendimientos hacia otro lugar, solo quería salir luego del pozo, dejar de sentir de una vez.

Necesitaba ver a Syn...

No obstante, en las circunstancias en las cuales me encontraba, no era muy apropiado, conocer a una persona y utilizarla, para distraer mi mente, usarla para disipar a Andy. Dejar mis pesadillas con Austin, ¿A qué se refería con que despertase?

Me levanto y continuo con mi travesía, tenía mucho camino que recorrer y aún así, no sabía si volver a casa o transparentar más mi mente.

(...)

- Syn: preciosa, a que juego preferías subir primero?

- _______: a la rueda de la fortuna... - hablo entre un vacilo y un vaivén de dudas.

- Syn: fortuna, cariño, sería quedarme en esa rueda y ver las estrellas contigo.- me sonríe, mientras me mira a los ojos.

- ______: basta de rodeos, subamos a esa rueda.

Nos fuimos en dirección a esa rueda compactada de metal, pintada de un color blanco y con sus contenedores de un color rojo caramelo, hipnotizaba y captaba tu atención en tan solo segundos. Tomamos la fila y en cuestión de minutos, ya estábamos ubicándonos en nuestros respectivos lugares.

Fue maravilloso, ver el atardecer junto a un desconocido que apenas lo estaba empezando a conocer, algo redundante, pero aún así, me llamaba la atención, ¿cómo es que, yo, una extraña, le puedo llamar tanto la atención? existiendo miles de mujeres, y yo.

- Syn: nena, estas helada, ten mi chaqueta... - comenzaba a quitarse su chamarra.

- _____: ¡no! ¿Qué haces? Te dará frío a ti...

- Syn: mientras no me veas tiritar, significa que no tengo frío, ten. - me miraba fijamente esperando a que tomara su chamarra.

- _____: solo por hoy, porque no tengo frío. - mi cuerpo me hizo una mala jugada y un escalofrío recorrió mi espalda.

- Syn: te lo dije...

Cuando bajamos, nos dirigimos en orden a cada una de todas las atracciones, una mas interesante que la anterior, pero sin duda alguna, la que me dejaba cautiva era la rueda de la fortuna; fue un momento extraordinario, ver el degrade del cielo, sentir la brisa marina y poder relajarme en los brazos de un desconocido, relajarme sin preocuparme por nada.

Syn, se había alejado para ir a comprar algunas cosas, mientras transcurría ese momento, yo me encontraba sentada en una banca, pensando:

Como sería todo ahora... Sí, al fin conseguí despejar mi mente. Giro mi cabeza para observar unos tipos que llamaron mi atención, se encontraba un hombre peleando con un tipo extrañamente parecido a Andrew, aunque el vendedor de la escena se parecía a Ronnie, espera... ¿Qué? Imposible que ellos estén aquí.

Me levanto y camino con rapidez, para llegar al lugar donde estaban esas dos personas discutiendo, a lo lejos, pude escuchar que uno le gritaba:

- hombre 1: ¡le hiciste daño! ¡Por tu culpa ahora esta en coma!

- hombre 2: ¡el dinero valió la pena!

- hombre 1: ¡no tanto como para volver a ver su sonrisa cálida!

- hombre 1: ¡despierta ______!

Mi mente entro en una especie de shock, acaso ... ¿Dijo mi nombre? Corrí y al llegar en donde se encontraban esos tipos, pude darme cuenta que solo eran 2 tipos comunes y corrientes, lo extraño fue, que cuando llegué, uno se disipó y el hombre con el parecido de Ronnie me dijo:

- vendedor: señorita, ¿se le ofrece algo?

- ______: oh... no, nada gracias... Solo venía por el simple hecho de haberlo visto pelear.

- vendedor: ah sí, chica debes despertar...

Simple pero ... Difícil decisión. (Andy Biersack, Ronnie Radke y tu❤️) ||Book 1|| {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora