𝑢𝑛𝑓𝑜𝑟𝑔𝑒𝑡𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒 - 𝑑.𝑚 EN EDICION

II

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Catherine's Pov;

Salimos del tren, rodeados de un caos de estudiantes, todos en sus túnicas con el escudo de Hogwarts. No podía negar que me sentía algo intimidada por la magnitud del lugar y la expectación en el aire, pero no iba a mostrarlo. Si algo me había enseñado mi hermano, era a no dejar que los demás notaran tus nervios. Me coloqué bien la corbata, tratando de no parecer impresionada, aunque estaba al borde de estallar de emoción.

Apenas bajé del tren, un hombre gigante, con una barba inmensa que parecía salida de una leyenda, nos hizo señas para seguirlo. Comencé a caminar, pero un ligero toque en el hombro me sacó de mis pensamientos. Giré, preparada para cualquier cosa, y vi a la niña que había conocido antes en el tren.

—Hola, soy Hermione Granger —dijo con una voz tan formal que casi me hizo reír—. Nos conocimos en el tren. Espero que podamos ser amigas.

Me la quedé mirando un segundo, sorprendida por la seriedad con la que hablaba, como si hubiera estado ensayando esa presentación toda su vida.

—Catherine Laurent —respondí, esbozando una sonrisa irónica—. Y... bueno, claro, por qué no.

Hermione pareció aliviada, como si hubiera estado esperando mi aprobación. Pero antes de que pudiera pensar más, añadió algo que me desconcertó.

—Vaya, no eres tan mala como dijo Neville —soltó, como si fuera un dato más.

La miré, parpadeando un par de veces. ¿Neville había dicho que yo era mala? ¿Ese niño nervioso con la rana? Apenas lo conocía. Abrí la boca para preguntar, pero ella ya me estaba agarrando del brazo.

—Ven, ya están subiendo a los botes.

Me arrastró con ella, y aunque mi primer instinto fue protestar, me dejé llevar. No es que me molestara mucho, pero... vamos, un poco de espacio personal.

Mientras me acomodaba en el bote, un chico con gafas, el mismo que había captado la atención de todos en el tren, se me acercó y me tendió la mano. Lo miré, evaluándolo un segundo antes de aceptar.

—Soy Harry, Harry Potter —dijo, su voz apenas audible pero cargada de significado. Parecía como si cada palabra le pesara.

—¿Ah, sí? —respondí, con una sonrisa sarcástica en los labios—. Catherine Laurent, encantada. Ya sabes, de una celebridad a otra —agregué en tono burlón, aunque él parecía no captar mi humor.

Harry simplemente sonrió, y antes de que pudiera decir algo más, Hermione tiró de mí nuevamente. Cuando regresé junto a ella, Ron, quien hasta entonces no había dicho mucho, se nos acercó con una expresión de pura emoción.

—¡Cath, ese es Harry Potter! —dijo, como si acabara de descubrir el mayor secreto del mundo—. ¿Puedes creerlo? ¡Conozco a Harry Potter!

Reí por lo bajo, viendo lo genuinamente emocionado que estaba. Jamás me había hablado con tal emoción. Su entusiasmo era contagioso, pero no iba a mostrarlo.

—Sí, Ron, ya lo sé. Qué bien por ti —le dije, dándole una palmadita en el hombro, aunque mi sonrisa probablemente traicionaba mi sarcasmo.