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1er año; 1991

Catherine's Pov;

Me desperté con el sonido de la lluvia golpeando suavemente mi ventana, los pájaros cantando a lo lejos como si intentaran competir con el clima. Me senté en la cama, aún medio dormida, y mis ojos se posaron en la figura familiar de Moon, mi pequeña gata blanca y negra, enroscada en la punta de la cama. La acaricié suavemente, sintiendo su pelaje suave bajo mis dedos, lo que me hizo sentir un poco más tranquila antes de enfrentar el día.

Después de un rato en el baño, lavándome los dientes y peinando mi cabello, bajé a la cocina. En la mesa encontré una nota de mamá, en la que me decía que había dejado unos galeones para mí y que la señora Weasley pasaría a recogerme. Genial, otro día siendo la invitada invisible de los Weasley, siempre le reclamo a mamá que aunque ella sea amiga de Molly Weasley, no significa que yo sea amiga de sus hijos. Bufé, sintiendo una mezcla de resignación y aburrimiento.

Mientras revisaba la nota, escuché un ruido fuera. Me asomé por la ventana y vi a uno de los gemelos Weasley, era difícil saber cuál, tocando la puerta con una llave, mientras sostenía un paraguas. Detrás de él estaban Ginny y Ron. Este último me miró y me ofreció una pequeña sonrisa que, para mi sorpresa, devolví automáticamente. ¿Será que este año será menos incómodo?

Suspiré, agarré los galeones de la mesa y mi maleta antes de dirigirme a la puerta. La humedad del aire me golpeó en cuanto salí. Me saludaron, y les devolví el saludo, intentando no mostrar lo incómoda que me sentía. Subimos al auto, y me senté al lado de Ron, quien parecía algo nervioso. Al menos no soy la única.

Mientras el auto avanzaba, miraba por la ventana, observando las gotas de lluvia deslizarse por el cristal y pensando en lo lejos que estaba mi gata, mirándome desde la ventana de mi habitación. Me quedé en silencio. La verdad, nunca me había sentido del todo cómoda con los Weasley, ni ellos conmigo, salvo quizás Ron, con quien había intercambiado palabras de vez en cuando. Pero incluso eso siempre había sido breve y torpe.

—Hola, Cathy, ¿estás lista para tu primer día en Hogwarts? —La voz de Molly rompió el silencio, volteándose desde el asiento delantero para mirarme con una sonrisa maternal.

—Ah, sí, supongo —contesté, forzando una sonrisa que no llegó a mis ojos. Claro, estoy "emocionada". ¿Por qué no? Solo es el primer día de una vida completamente nueva rodeada de extraños. Molly sonrió con comprensión, aunque probablemente no captó la ironía en mi respuesta.

El resto del viaje fue un poco incómodo y en su mayoría silencioso. Cuando llegamos a la estación, me bajé rápidamente del auto, agradeciendo el aire fresco aunque todavía estaba húmedo por la lluvia reciente.

—¿Estás emocionada? —Fred me preguntó, acercándose con una sonrisa traviesa en el rostro.

Lo miré y levanté una ceja, con una mueca. —No tanto. —Honestidad brutal, siempre mejor que fingir entusiasmo.

Mientras nos organizábamos para pasar por la plataforma, sentí una mirada fija en mí. Me giré y vi a un niño con gafas y cabello alborotado, que me observaba con una expresión curiosa mientras miraba mi varita. Fruncí el ceño y la guardé rápidamente en mi bolsillo. ¿Quién es este chico y por qué me mira así?

—Rápido, Percy, tú primero —anunció Molly, señalando la columna de ladrillos. Fred, como siempre, no perdió la oportunidad de burlarse, fingiendo ser George.

Me reí un poco cuando Fred corrigió a su madre, pero pronto mi atención volvió al reloj. Falta poco. Unos minutos más y esto comenzará de verdad.

De repente, el niño de las gafas se acercó a Molly, claramente perdido.

—Disculpe... —comenzó, nervioso.

Molly, siempre amable, le ofreció ayuda de inmediato, y pronto todos nos dirigimos hacia la plataforma.

Una vez en el tren, me apresuré a buscar un lugar, pero cada compartimiento parecía estar lleno o ocupado por grupos de personas ya formadas. Evan, mi hermano, decía que el tren era el lugar perfecto para hacer amigos, pero esto está resultando más complicado de lo que esperaba. Al final, encontré un asiento vacío junto a un niño que sostenía una rana. Nos quedamos en silencio, me crucé de brazos, hasta que él decidió hablar.

—Hola, soy N-Neville —tartamudeó, acariciando nerviosamente a su rana.

—Catherine, un gusto N-Neville —dije, imitando su tartamudeo de forma juguetona, sin intención de ofenderlo, pero aparentemente no lo tomó así, porque de inmediato bajó la cabeza y salió corriendo del compartimiento. Bueno, eso fue... genial. Catherine, haciendo amigos desde el día uno.

Suspiré y me dejé caer en el asiento, poniendo los pies en el asiento de enfrente. Quizás Evan estaba equivocado. Hacer amigos no es tan fácil como lo pinta.

De pronto, un grito resonó por el vagón.

—¡AAAAH! ¡UNA RANA! —gritó una mujer mayor, y supe de inmediato de qué se trataba.

Poco después, una niña con cabello enmarañado apareció corriendo tras la rana, junto con el niño de antes. Esto parece el comienzo de una comedia de errores.

—¿Has visto una rana por casualidad? —preguntó la niña, asomándose repentinamente por la puerta del compartimiento. Negué con la cabeza, y ella bufó con frustración antes de presentarse rápidamente.

—Soy Hermione, por cierto —dijo, y luego se fue apresuradamente sin esperar una respuesta.

Me encogí de hombros, ok.

Volví a perderme en mis pensamientos mientras el tren seguía su curso hacia Hogwarts, preguntándome si las cosas mejorarían una vez llegara allí. Es mi primer día, después de todo. Algo bueno tiene que pasar... ¿verdad?

Hermione's Pov:

Luego de pasar por algunos vagones, pasé por uno donde se encontraban dos niños, uno pelirrojo que tenia una rata y su varita mientras el otro comia montones de golosinas.

-¿Han visto a una rana? Se le perdió a un niño llamado Neville- El pelirrojo me miró y dijo que no -Oh, estas haciendo magia, continua.- le indique que siguiera.

El pelirrojo hizo un hechizo muy extraño que claramente no resultó, ambos se miraron confundidos, fruncí el ceño.

-¿Seguro que es un hechizo de verdad? Bueno, no funciona ¿O si? Claro que yo solo he probado hechizos sencillos, pero han funcionado bien- presumí sacando mi varita

Me senté enfrente de uno de ellos, pude notar que sus gafas estaban rotas.

-Por ejemplo, ¡Oculus Reparo!- Usé un hechizo haciendo que sus gafas se repararan y ambos se asombraron. Lo mire mejor y me di cuenta que no era cualquier niño.

Tomé aire -¡Caracoles hervidos, eres Harry Potter! Soy Hermione Granger...Y ¿Tú eres?- hablé mirando al pelirrojo.

-Umm Ron Weasley...- contestó con chocolate en la boca.

-Un placer...- contesté con asco, les dije a ambos que se cambiaran y me retiré.
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24/01/22

𝑢𝑛𝑓𝑜𝑟𝑔𝑒𝑡𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒 - 𝑑.𝑚 EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora