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Narrador Omnisciente;

[...]

Catherine se apoyaba contra una de las frías paredes de piedra del pasillo, justo fuera del gran comedor, mientras observaba a Fred sacar una pequeña bolsa de tela del interior de su túnica. George, a su lado, sonreía con esa expresión traviesa que nunca presagiaba algo completamente legal en Hogwarts. El aire estaba cargado de la emoción y el peligro que solo los pasillos vacíos del castillo podían ofrecer.

—Pero si quieren algo más ácido —dijo Fred con un brillo malicioso en los ojos, mientras sacudía la bolsita frente a ellos.

Catherine alzó las cejas, su curiosidad despertada, pero también con esa pizca de escepticismo que nunca la abandonaba.

—¿Esto es legal? —preguntó, su tono mezclando duda y burla.

George se cruzó de brazos, apoyando su espalda contra la pared, su sonrisa ampliándose.

—No en Hogwarts —respondió, dejando caer la frase como si fuera una broma interna.

Harry, que estaba a su lado, frunció el ceño mientras miraba primero a los gemelos y luego al misterioso contenido de la bolsa.

—¿Nos matará? —preguntó, su tono revelando una mezcla de preocupación y curiosidad.

Catherine lanzó una breve mirada a Harry, con esa chispa traviesa en sus ojos. Había algo en la situación que la divertía más de lo que le preocupaba.

—Harry, hay que morir de algo —respondió, encogiéndose de hombros como si la respuesta fuera la más obvia del mundo.

El pelinegro la miró con resignación, claramente sabiendo que, una vez que Catherine decidía algo, no había vuelta atrás.

—Tienes razón —suspiró finalmente—. ¿Cuánto sería?

—La casa invita —dijo Fred, lanzándole una mirada cómplice a Catherine, la cuál sin siquiera mirar a Fred, tomó la bolsita rápidamente y comenzó a caminar, alejándose con Harry a su lado.

[...]

Mientras se dirigían por los pasillos oscuros de Hogwarts, Harry observó a Catherine con una mezcla de admiración y cautela. Ella era impulsiva, sí, pero siempre tenía una forma única de salir ilesa de todo, o al menos eso parecía.

Le parecía admirable y genial.

—¿Puedo verlas? —preguntó Harry, inclinándose para espiar el contenido de la bolsita.

Catherine miró a su alrededor, alerta, mientras cerraba la bolsa de tela con rapidez.

—Sí, pero rápido —susurró, claramente nerviosa ante la idea de ser descubiertos. Las reglas nunca habían sido lo suyo, pero eso no significaba que fuera irresponsable.

De repente, un sonido suave pero constante llamó su atención. Catherine giró la cabeza bruscamente, sus ojos buscando la fuente del ruido. Al final del pasillo, una figura se escondía detrás de una columna, moviéndose con rapidez antes de desaparecer.

—Alguien nos vio —dijo en voz baja, cerrando la bolsita con fuerza y lanzando una mirada seria a Harry—. Y no era un profesor, te lo aseguro.

[...]

En la sala común de Gryffindor, la situación estaba igual de tensa. Ron y Hermione discutían como de costumbre. Hermione tenía la cara rígida de frustración, mientras Ron la miraba como si no pudiera creer lo que estaba diciendo.

𝑢𝑛𝑓𝑜𝑟𝑔𝑒𝑡𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒 - 𝑑.𝑚 EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora