Parte 11

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Rebeca

La navidad llegó casi sin pensarlo y con ella todo lo que eso implicaba. Planes casi todos los días, comerte la cabeza con regalos y lo más importante, pensar en miles de modelitos para 4 cenas importantes.

Había llegado a la edad que todos llamaban "tonta" o al menos así lo llamaban en mi familia. Eran incontables las veces que mi padre había dicho "miedo me da cuando Sara llegue a la edad tonta, porque cuando salí Ginny estaba en ella y madre mía". Se supone que la edad tonta es aquella en la que solo piensas en lo superficial. Yo no estaba ahí.

-Mamá, mira estos son los modelitos, este. -Enseñé un vestido negro de hombros descubierto, de punto y por las rodillas. - es para navidad. -Mi madre asintió. -Estos dos para nochebuena y la cena de familia y este. -Dije señalando un vestido color vino de encaje y pegado hasta la mitad de los muslos. - Para fin de año.

-Demasiado corto. -Dijo mi padre cogiendo el vestido de nochebuena. -Demasiado escotado. -Dijo cogiendo el de la cena de familia. -Demasiado pegado. -Dijo cogiendo el de navidad. -Y este es el peor, una mezcla de todos.

Mi madre y yo nos miramos, rodamos los ojos y ella me dio los vestidos, yo los cogí cómo si la vida me fuera en ello y fulminé a mi padre con la mirada.

-Ya sé que esto te supera cariño, pero nuestra pequeña ya tiene 18 años. -Dijo mi madre quitándole el pelo de la cara a mi padre.

-Pero es demasiado pequeña. -Rodé los ojos y tras darle un beso en la mejilla a mi padre fui arriba a prepararme para esta noche, que era nochebuena.

Me duché y me puse el traje que había elegido tras secarme el pelo y maquillarme. No me gustaba maquillarme en exceso, pensaba que era una pérdida de tiempo y que al final solo estropeaba más las caras de la gente.

-¿Me ayudas? -Neizan vino con el nudo de la corbata deshecho.

-Siempre igual Neizan. -Solté una carcajada y le hice el nudo, me costó un poco ya que el jodido me sacaba una cabeza, pero conseguí hacerlo y cuando terminé le di un par de palmaditas en la espalda.

-Muchas gracias hermanita. -Se acercó y creí que iba a darme un beso, pero en cambio pasó su lengua por mi mejilla. -Qué asco, sabe a...

-Maquillaje idiota. -Se trató de mirar la lengua poniéndose vizco. -Cada día que pasa eres más tonto.

Se marchó y yo escuché el timbre, como parecía que nadie iba a abrir abrí yo, Alia; mi prima, apareció con sus padres.

-Primita. -Me dio un abrazo, que yo respondí con gusto. -Desde luego que has cambiado.

-Tú sigues igual. -Bromeé.

- ¿Y Mason? -Preguntó ella mirando a todos lados, Neizan me miró con los ojos muy abiertos.

-Con su familia. -Dije extrañada.

-Como siempre estáis juntos.

La puerta sonó y mi madre fue a abrir, la cara de Mason apareció por encima de la cabeza de mi madre y yo sonreí, yendo a darle un abrazo que respondió con gusto.

Era costumbre que Mason y yo nos viéramos justo antes de la cena de navidad, cada año iba uno a casa del otro y este año le había tocado ir él a la mía.

-Estás menos fea de lo normal. -Se burló.

-Tú tampoco estás mal, ya dejaste de parecer un ogro.

Escuché cómo carraspearon detrás mía, Alia sonrió al ver que nos separábamos y envolvió a Mason en un fogoso e incómodo abrazo.

-Hola Alia. -Dijo él apartándola de su lado.

-Hola Mason. -Dijo ella en tono coqueto.

Siempre había tenido la sospecha de que a Alia le gustaba Mason; y cómo para no gustarle. Siempre que estábamos juntos y ella estaba cerca trataba de desviar su atención a ella, lo que implicaba que me interrumpía, molestaba e incluso mandaba a callar para hablar de su cosa maravillosa que tenía que decir; que normalmente no era para nada curiosa ni maravillosa.

Yo ya me había acostumbrado, era una realidad que debía aceptar pero llegaba a molestarme, sobretodo porque a Mason le incomodaba. Había tratado de hablar con ella infinidad de veces, pero seguía negando sentir nada por Mason; supongo que prefería intimidarlo y acosarlo desde las sombras, no tan sombras.

-Debería irme, me espera mi familia. -Se despidió de mi familia con un "hasta luego" y sacó de su bolsillo una pequeña caja negra de terciopelo, que me dio antes de darme un beso en la cabeza. -Ábrela a las 12, no vale abrirla antes.

-Lo haré. -Dejé un beso en su mejilla y él se fue, despidiéndose de Alia con un movimiento de cabeza.

-¿Y para mí no hay regalo? -Dijo ella con un mohín.

-Cuando seas más buena y dejes de acosar a Mason te dará algo.

-Que yo no lo acoso. -Dijo ella frunciendo el ceño.

-Y yo tengo novia. -Añadió Neizan pasando por su lado a la vez que rodaba los ojos.

Aquel primer día (Cs2) RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora