Parte 23

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Estaba esperando a que la lentorra de Claire se preparase, mientras veía como me quedaba lo que había elegido para el concierto. Llevaba un jersey verde agua y negro por encima del ombligo; que dejaba ver mi piercing, junto con una falda negra y unas plataformas del mismo color. Claire había elegido ir con un vestido ajustado negro y unos tacones de aguja, sí, unos tacones de aguja, para un concierto. No tratéis de entenderla, solo haced como que tiene la razón y listo. 

-¿Puedo pasar? -Preguntó mi madre con una sonrisa.

-Sí claro. -Dije, ella entró y se sentó en la cama.

-Nos está costando dar con todos los que tiene contratados Ashton. -Asentí. -Traté de convencer a tu padre de lo contrario, pero hemos hablado con Domi y lo mejor es que lleves siempre una pistola encima.

-Para eso tengo que saber usarla. -Dije con el ceño fruncido.

-De eso nos vamos a encargar tu padre y yo. -Le miré perpleja. -Mason también llevará una, llevan un par de días entrenándole ya y al parecer tiene muy buena puntería.

-¿Saben?, nunca pensé que realmente fueran a dejarme usar una. -Dije sonriente. -Pero vale.

-Pero no te pases. -Dijo mi madre. -Solo pasará si tú quieres, a mucha gente no le gustan las armas y no queremos obligarte.

-Me parece bien mamá. -Contesté con una leve sonrisa. 

Mi madre salió de la habitación y Claire salió del cuarto de baño, mirándome perpleja. Yo me encogí de hombros y ella se retocó un par de veces más.

-Claire vamos. -Le cogí del brazo y bajé las escaleras, despidiéndome de mi madre y Neizan y saliendo por la puerta.

Mason estaba apoyado en el coche, llevaba una camisa negra y unos vaqueros del mismo color. Claire me dio un pequeño empujón, y cuando vio que Mason me saludaba con un pequeño beso en los labios, casi le da un infarto. De hecho gritó, hasta tal punto que mi madre y Neizan salieron corriendo al porche.

-No es nada mamá. -Dije sonriendo. -Simplemente fue la loca de Claire.

-Ah bueno. -Dijo mi madre con una sonrisa. -Pasadlo bien.

(***)

Había una cola increíble, menos mal que íbamos con tiempo. Al llegar nos metimos de lleno en una de las primeras filas, pero la gente empujaba tanto que tuvimos que movernos un poco.

El concierto comenzó, pero al parecer Claire no iba a verlo mucho, porque comenzó a hablar con un chico y terminaron comiéndose la boca.

Yo estaba pendiente del concierto, tenía a Mason pegado a mi espalda, sujetándome la cintura y apretando cada vez que alguien me empujaba. Eran incontables las malas miradas que les echaba Mason a los que pasaban por mi lado y me pisaban o empujaban.

Cuando comenzó a haber más gente noté de nuevo esos latidos irregulares en mi corazón, intenté respirar hondo para relajarme, pero me fue inútil. Mason pareció notarlo, ya que se puso enfrente mía y con el ceño fruncido, puso una mano en mi corazón.

-¿Estás bien? -Preguntó Mason, clavando sus ojos en los míos. Yo asentí, pero pareció no convencerle. Las palmas de las manos me hormigueaban y sentía que me estaba ahogando, mi pecho comenzó a subir y bajar rápidamente y comencé a mirar a todos lados, alguien me observaba. 

Mason me miraba de arriba a abajo, me cogió de la muñeca cuando la respiración se volvió más irregular y me llevó a los pasillos. Me sujeté la cabeza, que me martilleaba con fuerza y él me miró con clara preocupación. 

-Rebeca. -Dijo él, tratando de llamarme. Me deslicé por la pared hasta que estuve hecha una bola, él se sentó enfrente mía y me puso las manos en la cara.-Relájate, no pasa nada. Estoy aquí contigo. 

-Me están observando. -Contesté, él asintió y tras levantarme me rodeó con sus brazos. 

-No pasa nada, no te van a hacer nada. -Dijo Mason, acariciando mi cabeza. -Estoy aquí contigo Beca. 

Me abracé a él cómo si la vida me fuera en ello hasta que, pasados unos minutos, desapareció la sensación. Él no se movió en todo ese tiempo, estuvo sosteniéndome totalmente quieto. Me separé y me miró serio, aunque en el fondo, su cara reflejaba una gran preocupación.  

-¿Quieres que nos vayamos? -Preguntó, rozando mi cara con sus nudillos. 

-No, pero quedémonos más atrás. -Asintió y me guió hasta llegar de nuevo a la zona del escenario, esta vez donde había menos gente. Volvió a posicionarse detrás mía, sus brazos firmes a ambos lados de su cuerpo, pero notaba que de vez en cuanto me rozaba levemente la espalda. 

-No te va a pasar nada mientras yo esté a tu lado Beca. -Susurró en mi oído, causando que la piel de la zona se erizase. -No voy a dejar que nadie más te haga daño. 

Aquel primer día (Cs2) RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora