Parte 12

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-¿Te gustó mi regalo? -Preguntó Mason admirando los maravillosos pendientes de perlas que me había regalado hacía unos tres días.

-Me encantaron.

-Me alegro, lo busqué con mucho amor. -Su madre pasó por detrás de él y le dio una colleja.

-Pequeño mentiroso, lo busqué yo. -Dijo ella rodando los ojos.

-Pero mamá cállate. -Soltó Mason rodando los ojos.

-Bueno, lo que cuesta es la intención dicen. -Dije sonriendo.

-¿Hace algo de frío no? -Preguntó Mason cuando nos quedamos solos en el salón de su casa.

-Un poco. -Respondí encogiéndome de hombros.

-Pondré en ese caso la calefacción. -Le dio a un botón del mando que se encontraba en el brazo del sofá y la calefacción se encendió.

La habitación se sumió en un intenso pero cómodo silencio, apoyé mi cabeza en el hombro de Mason y me pareció notar cierta tensión, pero decidí ignorarlo y seguí con lo mío.

-¿Quieres ver algo en la tele? -Preguntó Mason mirándome.

-Como tú quieras. -Suspiré y él se apartó, quedando enfrente mía.

-¿Todo bien? -Preguntó con el ceño fruncido.

-Todo correcto. -Dije con una sonrisa.

-¿Qué tal con Mike? -Preguntó Mason, haciendo que suspirase.

-No lo sé. -Él frunció el ceño.

-Siempre estás así. -Se quejó Mason. -Estás en un punto muerto con él siempre, creo que deberías decírselo.

-¿Estás loco? -Casi me atraganto al oirlo. -Definitivamente me joderá la vida eso.

-Yo lo haría. -Rodé los ojos. -Venga, prueba conmigo.

-¿Cómo? -Este niño cada día me sorprendía más.

-Simplemente coges, me dices lo que le dirías y así ensayas. -Lo dijo como si realmente fuera lo más fácil del mundo.

-Lo dices cómo si fuera sencillo. -Me quejé.

-Es que lo es, joder Beca tenemos confianza, nos bañábamos juntos de pequeños. -Fruncí el ceño.

-Eso no tiene nada que ver.

-Venga, hazlo. -Dudé pero al final accedí, este chico tenía claras dotes para convencer.

-Bueno, hola Mason. -Él rodó los ojos. -¿Qué pasa?

-Tiene que parecer que hablas con Mike, llámame Mike. -Respiré hondo, creo que no era consciente de donde me estaba metiendo.

-Vale. -Me quedé pensando, pero realmente tenía al chico delante y la oportunidad, así que la aprovecharía. -Mike, te llevo queriendo desde peq... Desde que te conocí. -Mason me miraba a los ojos y eso solo me ponía más nerviosa. -Llevo intentando acercarme a ti desde que empezamos a hablar y siento que todo está en punto muerto.

Mason me miraba fijamente sin apenas expresión, y con lo mala que era para expresar mis sentimientos seguro metía la pata.

-Quiero que lo intentemos, porque no voy a ser capaz de seguir ignorando que me muero por besarte mientras te miro a la cara mucho tiempo más. -Mason asintió como si la cosa realmente no fuera con él, porque para él todo esto se lo estaba diciendo a ese tal Mike.

-Muy bien Beca, estás hecha toda una artista de los sentimientos. -Dijo él aplaudiendo.

Si tú supieras.

(***)

Las vacaciones terminaron y eso solo podía significar 2 cosas. Que volvían las clases y que iba a ser mi cumpleaños.

Al caminar por el instituto me sentía rara, para mí le había dicho todo eso a Mason aquella tarde hace unos días pero él apenas sabía nada y bueno, Claire seguía con la insistencia de que debía decirle a Mason que él era Mike.

Volvía a sentirme observada, a veces sentía que me miraba una cocinera en especial de la cafetería del instituto, otra vez era el limpiador o los conserjes. Todos parecían estar fijándose en mí y esto empezaba a darme miedo

-Seguro solo son unos babosos. -Dijo Claire restándole importancia.

-Babosos que lamentarán tocar o siquiera mirar a mi mejor amiga. -Dijo Mason pasándome un brazo por los hombros y mirando con asco al conserje.

-No le mires mal, seguro es una confusión. -Dije restándole importancia al asunto.

-Mejor prevenir que curar pequeña. -Dijo él.

-Es increíble el caso que le haces a tu madre cuando quieres. -Dije riendo y él dejó un beso en mi cabeza. El timbre que indicaba el inicio de la siguiente clase sonó, llevándonos a Claire y a mí a química y al pobre Mason a matemáticas.

-¿Qué ha sido eso? -Preguntó Claire sonriendo.

-¿Eso el qué? -Pregunté confundida. -Yo siempre lo he visto así.

-Mason está como más feliz contigo, más cercano. -Fruncí el ceño.

-Es increíble las ilusiones tan tontas que te haces con nada Claire. -Comenté restándole importancia, pero no pude evitar sentir cómo se me revolvía el estómago de felicidad.

-Entremos. -Ocupamos nuestros asientos y mientras daban la clase yo no pude atender, estuve todo el rato imaginando distintos escenarios donde le decía a Mason lo que sentía. Lo que nunca llegué a imaginar es que el escenario sería ese, ese justo no.

Aquel primer día (Cs2) RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora