Parte 21

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Mason por fin había salido del hospital y tras llegar a casa lo primero que quiso hacer era ponerse a entrenar. Todos le habíamos dicho mil veces que debía descansar; pero el médico le había dado carta blanca para hacer todo el ejercicio que quisiera, muy a nuestro pesar. 

En el instituto se le había echado algo de menos, los entrenamientos habían sido algo aburridos sin Mason a mi lado, pero nada que no se pudiera aguantar. 

Hoy era mi cumpleaños, bueno, quedaban apenas un par de horas pero estaba algo soñolienta. Decidí dejar el móvil en la mesita de noche y dormirme. No me costó nada, ya que con el susto de lo de Ashton y el hecho de que Mason había estado en el hospital, no había dormido apenas. 

Me despertó un sonido; concretamente la puerta abríendose bruscamente. Nada más abrir los ojos vi a mis padres 

-Cumpleaños feliz. -Comenzaron a cantar, vi a Neizan detrás, seguido de Mason. -Cumpleaños feliz, te deseamos pequeña Beca, cumpleaños feliz.

Mi padre llevaba sobre las manos una maravillosa tarta de chocolate, flan y galleta casera. Soplé las velas y me dieron un beso en la cabeza. Eran justo las 12 de la noche.

-Felicidades cariño. -Dijo mi madre. -Mañana te daremos los regalos, pero, muy a pesar de tu padre, hemos decidido que Mason se puede quedar a dormir. -La cara se me iluminó.

-Siempre y cuando la puerta esté abierta. -Refunfuñó mi padre.

-Claro señor Hastings. -Dijo Mason, mi padre le miró extrañado, ¿desde cuando esa formalidad?

Ah claro, cuando el padre de tu mejor amiga pasa a ser tu suegro las cosas cambian. Estaba a punto de decirles lo de que Mason y yo teníamos algo, pero como no se había formalizado decidí cerrar la boca por una vez. Además, eso arruinaría mi noche con Mason.

Neizan se acercó a mi lado y tras darme un gran abrazo me dio una pequeña cajita, al abrirla había una pulsera con un charm de una R y una N. Vaya, mi hermano se había vuelto un blandengue.

-Felicidades pequeña garrapata. -Dijo abrazándome. -Mañana lo celebraremos como es debido, ahora disfruta. -Me guiñó un ojo y salió por la puerta de la habitación junto con mis padres.

-Este sabe algo. -Susurré, Mason se acercó dando grandes zancadas y me envolvió en un gran abrazo, que casi termina con mi vida, me estaba aplastando. Al separarse sonrió y me dio un beso en la frente. Estaba intentado ser cuidadoso, estaba segura de que mi padre estaba cotilleando en algún lado de mi puerta.

-Felicidades Becky Beck. -Dijo él con una sonrisa, me dio una gran bolsa y yo la cogí con gusto. Al abrirla y sacar lo de su interior me tapé la boca con la mano. Era una sudadera negra, que en la espalda tenía una foto de nosotros dibujada en blanco. La dejé a un lado, todavía en shock y me abalancé sobre él, dándole un gran abrazo. Mason se tambaleó un poco, pero en cuanto pudo me abrazó, envolviendo mi cuerpo con sus fuertes brazos. 

Cuando me separé para ponérmela por encima, pude ver que en cada manga tenía bordada una fecha, del cumpleaños de cada uno. 

-Mierda Mason me encanta. -Él sonrió.

-Vi una tienda que hacía este tipo de diseños, y recordé que siempre te habían gustado esos sitios. Y recuerdo que me dijiste que ojala tener una sudadera así con tu novio. -Se rascó la nuca. -Bueno, no somos nada pero creo que es un buen comienzo.

Me acerqué a él y tras cogerle de la nuca estampé nuestros labios, él me cogió de la cintura y profundizó el beso. Me aparté unos segundos después y sonreí.

-Ya podrías hacerlo más a menudo. -Dijo él con una sonrisa. -Y quítate la sudadera, me encanta pero debajo hay vistas mejores.

-Mason. -Chillé tirándole un cojín. -Creo que no querrás que mi padre se entere de que esas palabras han salido de tu maravillosa boquita.

-No hace falta gracias. -Sonreí.

-¿Qué te pasa? -Pregunté con diversión.

-Tu padre da algo de miedo cuando se enfada, y cuando no. -Murmuró él mirando hacia abajo.

-¿Le tienes miedo a mi padre? -Dije estallando en carcajadas.

-Respeto.- Contestó Mason, mirándome.

-Eso no has dicho antes. -Él rodó los ojos.

-Cállate. 

Una ráfaga de viento recorrió el lugar y yo me encogí de frío, pero tuve una maravillosa idea para cerrar la puerta sin que ellos supieran que había sido queriendo. Me acerqué a la puerta y la cerré con cuidado, Mason me miró con horror.

-¿Pero qué haces? -Chilló Mason con voz muy aguda, cuando se dio cuenta del tono de voz que había usado carraspeó. -Quiero decir, ¿estás loca?

-Diremos que fue el viento.

-Cuando me quede sin huevos por culpa de tu padre. -Dijo Mason tratando de abrir la puerta, yo me puse delante.

-Nadie va a quedarse sin huevos Mason. -Dije riendo. -¿Has traído algo para dormir?

Él se quitó la camiseta, quedando en simples pantalones de chándal mientras negaba con la cabeza. Yo me quedé mirando su cuerpo como una maldita estúpida, hasta que reaccioné y me obligué a apartar la mirada. Cuando se acercó a destapar un lado de la cama y los músculos de su espalda se tensaron, tuve que tragar grueso para intentar no hacer ni decir ninguna estupidez. 

Rodeé la cama y me metí en uno de los lados, Mason se acomodó en el otro y cuando estábamos los dos tumbados noté como cogía de mi cintura con su brazo y me acercó a él, pegando mi espalda a su pecho. Yo me quedé quieta, tratando de respirar hondo y no quedarme ahí muerta. 

-Buenas noches Becky Beck, sueña lindo, yo lo haré contigo. -Susurró en mi oído, haciendo que mis ojos se abrieran como platos. Durante los días que habíamos pasado juntos, se había vuelto algo descarado y atrevido, y yo no iba a quejarme.

-Buenas noches, descarado. -Dije con la voz entrecortada, escuché una pequeña carcajada por su parte y me concentré en dormir. Al principio mi respiración se iba volviendo irregular, había días en los que apenas era capaz de dormir, pensaba que me estaban observando.

No fue muy difícil conciliar el sueño con Mason, considerando que Mason pasaba su dedo de arriba a abajo por mi cintura. Desde luego dormir con este hombre era una de las mejores cosas que me podían pasar.

Aquel primer día (Cs2) RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora