Parte 25

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-Vaya, vaya, parece que todo se ha arreglado entre vosotros. -Exclamó Claire, al ver que Mason y yo entramos en el instituto de la mano. 

-Al parecer Mike ya se dio cuenta de lo que pasaba. -Bromeó Mason, estrechándome entre sus brazos.

-Me vais a dar diabetes, pero me alegro por vosotros. 

Claire y yo entramos en clase y nos sentamos al lado de la ventana, teníamos inglés con el maravilloso profesor que simplemente se dedicaba a mandar y corregir ejercicios. Un par de vibraciones en el bolsillo me hicieron sobresaltarme. 

Mason: ¿Me echas ya de menos? 

Sonreí, y no dudé en contestarle.

Beca: Puede ser. 

Mason: Te tengo un plan irresistible. ¿Y si nos escapamos luego y vamos al bar de al lado?, es mejor plan que aguantar historia.

Beca: Esto nos va a pasar factura.

Mason: Pero, ¿y lo bien que lo vamos a pasar?

Beca: Eres idiota, en una hora te veo en la salida anda.

Mason: Ves, no puedes ignorar mis encantos.

Rodé los ojos y seguí haciendo el ejercicio, cuando terminé; que fue bastante rápido, me puse a mirar por la ventana. Había alguien mirando a todos lados, como si buscase algo, cuando miró hacia arriba y me pilló mirándole, se fue. Esto era raro. 

-Voy un momento al baño. -Le dije a Claire.

Tras pedirle permiso al profesor salí de clase y le mandé un mensaje a Mason, él salió de la suya de inmediato; con cara de preocupación. Me miró de arriba a abajo, cómo si quisiera asegurarse de que estaba bien.

-Había alguien mirando a todos lados en el parking, y cuando le he visto, se ha ido. 

-¿Y qué piensas que es?

-¿Y si es de los de Ashton? -Mason suspiró. -De verdad que parece que estoy loca, pero me cuadra bastante. 

-Dile al profesor que te encuentras mal y te vas. -Dijo Mason. -Nos vemos en la salida.

Entré en clase y tras recoger las cosas y avisar al profesor, me fui. Mason estaba en la salida, al verme sonrió y me dio un beso en la cabeza y comenzó a andar. 

-Supongo que será como buscar una aguja en un pajar, pero no perdemos nada por intentarlo.

-¿Quieres buscarlo?

-Y tener una charlita con él, para que deje de acosar a mi novia. -Sonreí y le di un corto beso en los labios. 

Comenzamos a caminar por las calles de alrededor del instituto, el silencio reinaba en el lugar, pero como era cómodo, intenté no romperlo y concentrarme en ver si conseguía distinguir al hombre que había visto minutos atrás. Algo tiró para atrás de mí, me atrapó y puso lo que identifiqué como una pistola directa a mi sien. Mason no tardó apenas dos segundos en sacar su pistola y apuntarle.

-Pero mira, si tenemos a un príncipe azul por aquí. -Apuntó más fuerte y me llevó hacia un callejón. -Te aconsejo que sueltes la pistola, Mason.

-Vaya, creo que estamos en desventaja. -Fruncí el ceño. -Tú sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo, para ser justos deberías presentarte. 

-Eres muy gracioso. -Se burló el hombre. Yo noté que de nuevo tenía esa presión en el pecho, noté que comenzaba a llorar, y cómo la expresión de Mason se endurecía, empuñando la pistola con más firmeza.

-También puedo ser un capullo. -Contestó Mason, con la mandíbula tensa. -Te aconsejo que la sueltes, en cualquier momento puedo disparar, y créeme que no fallaré.

-¿Seguro? -La voz de aquel hombre sobre mi oído me dio escalofríos. La cabeza me martilleaba, esa sensación de hacía apenas una semana en el concierto volvió, y no tenía a Mason sujetándome para calmarme. 

-Ponme a prueba. -Espetó Mason, dando un paso hacia delante y poniéndose cada vez a menos distancia del hombre. 

Intenté calmarme, pero fue en vano. De repente, sonó un gran estruendo, noté que el agarre del hombre se soltaba y caía al suelo, yo me caí al lado. Mason se acercó y me rodeó con su brazo, con el otro llamó a emergencias.

-Necesito una ambulancia al lado del instituto de la calle Westside. -Escuché la voz de la persona que atendía el teléfono; pero no pude distinguir lo que decía. Me dolía mucho la cabeza y no podía concentrarme. -Sí, impacto de bala en el hombro derecho. -El hombre al otro lado de la línea seguía hablando. -He sido yo, mis padres son Sam y Mary, de la comisaría. 

Colgó y se quedó conmigo, sin apenas decir una palabra. Simplemente me sujetaba con los brazos y miraba al hombre, que se retorcía de dolor. En apenas unos segundos llegó la ambulancia y dos coches de policía, uno se llevó a Mason y yo me subí en el otro.

(***)

-¡¿Cómo cojones se te ocurre dispararle?! -Gritó mi padre. - ¿Acaso no sabes las consecuencias que tiene eso?

-¿Y para qué me has dado una pistola entonces? -Miré a Neizan, que me abrazaba mientras miraba atento la conversación que estaba teniendo lugar en mi salón. 

-Para que amenaces Mason, vosotros sois dos, él era uno, podrían haberte acusado de cosas horribles. -Mi madre se puso al lado de mi padre y le agarró la mano. Mika le miró, con una media sonrisa, y luego volvió a mirar furioso a Mason. -Espero que tengas una muy buena explicación para esto. 

-La tengo. -Los ojos de Mason se posaron en los míos, y yo bajé la mirada. -Estaba apuntándole  a la sien a tu hija con una pistola. -La cara de mi padre era de completo asombro. -Y cuando se trata de ella no dudaría en quemar medio mundo, y deberías saberlo bien. -Mi padre se puso los dedos en el puente de la nariz, se acercó a mí y se puso en cuclillas, quedando a mi altura. 

-Deberías descansar Beca. -Negué con la cabeza. 

-¿Se ha muerto? -Pregunté, mi padre negó con la cabeza. -Lo han llevado al mismo hospital que a Ashton, creo que deberían tener cuidado. 

Neizan se levantó conmigo, y tras darle una mirada cómplice a Mason, se apartó para que Mason me rodeara los hombros con su brazo. Mi madre se acercó y alejó un poco a mi padre, que cogió las llaves del coche.

-¿A dónde vas? -Preguntó mi madre, en un tono bastante intimidante.

-A preguntar por qué coño Ashton no está a tres metros bajo tierra. -Mis ojos se abrieron como platos. -No puede ni hablar, no entiendo qué coño hace ocupando una cama de hospital. 

Mary rodó los ojos y salió junto con Mika, mi madre frunció el ceño y nos dijo que iba a supervisar que nadie más saliese herido hoy. Neizan nos miró durante un par de segundos, como si estuviera incómodo, y decidió irse.

-Neizan espera. -Le frené. -No le digas a papá nada de lo de Mason y yo por favor. -Neizan puso una sonrisa burlona. -Quiero decírselo cuando pase todo lo del imbécil este.

-No va a hacer falta que se lo digas. -La cara de Mason perdió todo el color que tenía. -Ya se hace una idea. ¿Cuánto lleváis?

-Apenas un par de días. -Neizan sonrió.

-Pues papá se piensa que lleváis saliendo toda la vida por lo que, felicidades, no va a ser un golpe tan bajo. -Sonreí. -Lleva preparándose 18 años para esto.

Aquel primer día (Cs2) RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora