O3.-

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-¿Chifuyu?

Takemichi había dado una disculpa rápida antes de salir tras Chifuyu cuando lo vio correr hacia el baño como si el diablo persiguiera su alma. Sin embargo, cuando entró al baño de varones, se quedó con la boca abierta por la sorpresa: era en extremo limpio, con azulejos blancos y grises, el espejo abarcaba la mitad de la pared de donde se encontraban los lavamanos, había dispensadores de papel de mano, secadores de aire y también una máquina de condones. Los cuatro cubículos estaban separados por, aproximadamente, un metro entre cada uno y era evidente que eran amplios por dentro.

Takemichi sacudió la cabeza para volver en sí y caminó por el lugar, inclinándose un poco para ver por las aperturas de los cubículos, reconociendo las zapatillas de su amigo en la cabina más alejado de la puerta.

-¿Chifuyu? -repitió.

Como no obtuvo respuesta, Takemichi decidió abrir con cuidado, encontrando a Chifuyu apoyado en la pared del cubículo, con una mano cerrada en un puño en su pecho y con la otra se cubría la boca, su mirada parecía algo pérdida. Frunciendo suave el ceño, Takemichi entró al lugar y le sujetó la mano que tenía empuñada, lo que pareció hacer reaccionar a Chifuyu, que bajo suave la mano de su boca.

-Es él, ¿no? -aventuró Takemichi, tocándole la frente.

-Sí -asintió Chifuyu-. No puedo creer que esté aquí.

-Pareces a punto de un ataque -lo miró preocupado-. ¿Quieres que volvamos a casa? O quizás ir a un bar más tranquilo.

-No, estoy bien -negó suave-. Solo es... la impresión.

Takemichi asintió, inseguro, mientras su mente recordaba aquella triste expresión con la que conoció a Chifuyu. Nunca había insistido en conocer en profundidad la historia del primer amor de su amigo, ya que era algo que parecía dolerle demasiado a Chifuyu. Sin saber muy bien qué decir, Takemichi optó por acariciarle suave la espalda hasta que su amigo asintió y ambos salieron del cubículo. Takemichi observó como Chifuyu se lavaba el rostro mientras suspiraba profundo.

-Menudo baño, ¿eh? -comentó Takemichi.

-Y que lo digas -asintió Chifuyu a la vez que sacaba unas toallas para secarse-. Ricos bastardos.

-¿Estás listo?

-Sí, vamos.

Takemichi vio en los ojos de Chifuyu una determinación que hace dos minutos atrás no existía, por lo asintió, algo más seguro, y ambos salieron del baño. Vieron que Senju y Akkun conversaban con Emma, Seishu, Akane y un chico al que aún no conocían, mientras que los gemelos estaban con Mikey, Draken, Kazutora, Baji y otro muchacho que habían visto bailando con Emma en algún minuto.

Angry se había acercado a ellos, pero antes de poder hablar, alguien se le adelantó, el mismo chico que había estado bailando con Emma, de cabello corto cabello lila y ojos lavanda, tenía un arete negro con cruces plateadas en su oreja izquierda, una gran sonrisa cruzaba su rostro.

-¿Tú eres Hanagaki? -preguntó entusiasmado.

-Sí, lo soy -contestó Takemichi, confundido.

-¡He visto tus cuadros!

Angry y Chifuyu intercambiaron una mirada extrañada mientras Takemichi ladeaba suave su cabeza y el chico se acercaba un poco más a ella a la vez que buscaba en su móvil para después enseñarle la pantalla a Takemichi, que no tardó en enrojecer hasta las orejas.

-Soy Takashi Mitsuya -se presentó sonriendo-. Me encontré con tus cuadros en la universidad por casualidad y realmente me encantan.

-Takemichi Hanagaki -se presentó, avergonzado-. ¿En la...? ¿También estudias en Bonten?

Dulce y Amargo ¦ BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora