Dulce y Amargo ¦ BajiFuyu

O15.-

-Creo que abortaré la misión.

-Pero si ni siquiera la has empezado.

-Es que...

-Eres demasiado blando con él.

-Pero es que míralo...

Baji estaba recostado en el berger reclinable de su salón, vestía de traje, pero la corbata estaba desarmada casi al completo y tenía la camisa arremangada hasta los codos, con los primeros botones desabrochados y fuera del pantalón. Con los dedos de su mano derecha sostenía un vaso con whisky y su mirada estaba clavada en algún punto del lugar, totalmente ajeno a lo que ocurría a su alrededor.

Kazutora y Mikey intercambiaron una sombría mirada, manteniéndose de pie en la entrada del salón.

-Te concedo que no se ve nada bien -dijo Mikey.

-¿Y si le preguntamos? -propuso Kazutora.

-¿Así sin más?

-¿Por qué no?

-Puede funcionar.

Mikey avanzó con paso decidido hacia Baji, quitándole el vaso, logrando que los ojos del azabache se posaran unos segundos en él antes de volver al punto muerto anterior.

-¿Qué es lo que te pasa? -preguntó Mikey apoyando el vaso en la mesa de centro.

-Nada -contestó Baji con sequedad.

-No nos mientas.

-No lo entenderían.

-Somos tus mejores amigos -dijo Kazutora, que se había colocado junto a Mikey-. Danos un poco de crédito, ¿quieres?

-No me siento bien, es todo -dijo Baji sin moverse.

-Es por Chifuyu, ¿cierto?

-¿Qué?

-Lo hemos notado, Baji -dijo Mikey.

-¿Notado? ¿Qué han notado? -preguntó Baji y una sonrisa irónica se formó en sus labios.

-Que el chico te gusta.

-Estás alucinando, enano.

-No lo hace -intervino Kazutora colocando una mano en el hombro de Mikey cuando el rubio frunció el ceño-. Baji, puedes contarnos lo que sea, lo sabes, ¿verdad? Aquí nadie va a juzgarte y vamos a....

-¿A qué? -gruñó Baji, interrumpiéndolo-. No sé qué película se han montado, pero están equivocados, no tengo que contarles nada, porque no hay nada qué contar.

Cuando Baji se levantó de su sofá, se tambaleo un poco y caminó hacia su habitación.

-De lo único que tienen que preocuparse es que este sábado todo sea divertido y memorable en mi despedida de soltero, porque la siguiente semana seré el flamante esposo de la bonita Akane Inui.

Cerró la puerta con tanta fuerza que el cuadro que tenía en la pared, se ladeó considerablemente hacia la izquierda.

Kazutora se había quedado con la boca abierta mirando hacia el dormitorio de su amigo mientras que Mikey arqueaba una ceja antes de mirar al chico del tigre y abrir la boca:

-Creo que necesitamos ayuda de ligas mayores.

-¿Te sientes bien? Has estado callado toda la cena, cariño.