O25.-

3.1K 345 112
                                    


-Entonces...

Mikey se encontraba en la habitación del hotel donde Shinichiro se hospedaba, sentado al estilo indio en la enorme cama del dormitorio, abrazaba con firmeza uno de los almohadones y miraba incómodo a sus hermanos.

Emma e Izana estaban sentados en el sofá de dos cuerpos que ofrecía la suite y Shinichiro estaba apoyado en el brazo del mismo mientras que Wakasa los vigilaba desde el baño, simulando que estaba terminando de vestirse, por lo que se mantenía sólo con el pantalón.

-Mikey, entendemos que esto sea difícil -empezó Emma viéndolo con la culpa en sus ojos-. No queríamos decirte antes de la boda, teníamos otra cosa planeada pero no esperábamos que pasara nada de esto...

-Deberíamos esperar a Baji -murmuró Mikey, abrazando más el almohadón-. Él también es nuestro hermano...

-Sí, pero no creo que Keisuke quiera dejar a su chico -dijo Shinichiro con una pequeña sonrisa.

Mikey lo sabía. Él mismo dejó a Takemichi en el hospital, aprovechando de saludar a Chifuyu que estaba en compañía de Baji y Kazutora, incluso se quedó tanto tiempo que solo se fue tras la cuarta llamada de Emma.

-Ya...-dijo Mikey y luego carraspeó mirando a Izana-. Así que eres mi medio hermano.

-Sí -asintió Izana; como habían pasado algunos días, su labio estaba prácticamente sanado y sus morados habían disminuido-. Tenemos el mismo padre.

-Ya lo siento por ti -murmuró el rubio.

Shinichiro se acercó a Mikey, quitándole con cuidado la almohada que usaba como escudo para después acariciar con cariño la mejilla. Vio como los ojos de Mikey expresaban más que incomodidad, sino el miedo a lo desconocido. Una parte de él, vio al pequeño niño que prácticamente había criado ante la ausencia de sus padres.

-Iza es un buen chico -dijo Shinichiro con suavidad-. Lo conozco hace un tiempo y te aseguro que no es nada como él. Izana solo quiere conocernos y que tengamos el lazo que tenemos nosotros tres, dale una oportunidad, ¿si?

Mikey pareció meditarlo, manteniendo su mirada en la de Shinichiro. Le gustaba verlo a los ojos, sabía que ambos tenían los mismos ojos oscuros, pero los de su hermano eran mucho más bondadosos. Disfrutó de la caricia de su hermano, sonrió un poco y asintió, después de todo, él haría cualquier cosa por sus hermanos, en especial si era Shinichiro quién lo pedía, por lo que dirigió su mirada hacia Izana, solo que esta vez sin tanta crítica expresada.

-Eres mayor que yo, ¿no? -aventuró Mikey-. ¿Conoces a mi padre? ¿Él sabe de ti?

-Lo conocí cuando era niño -asintió Izana-. Pero un día, simplemente dejó de ir a verme.

-¿Te dejó de ver así como así?

-Sí -Izana tiró un poco de su pantalón-. Seguramente fue en la época que tu mamá quedó esperando a Emma... -carraspeó-. Mi mamá me contó, mucho tiempo después, que él era un hombre casado y bueno, ella era su amante, así que...-se removió-. Supe que tenía otros hermanos poco antes de que ella falleciera.

Izana sentía que su pulso se estaba acelerando, le costaba un poco respirar. No veía ni sentía miradas de desprecio hacia él, pero algo se removía en su interior. Tenía que calmarse, pero sabía que para eso necesitaba la tranquilidad que le entregaba Kakucho. Respiró profundo, no quería depender tanto de su novio.

-Solo tenía el nombre de papá, así que, ya saben, internet -siguió Izana-. Supe primero de ti, Mikey, por los artículos de deporte, luego de Shin y Emma -sonrió suave-. La prensa ayudó bastante, ¿saben? Escribieron que el hijo mayor de Akito Sano se había mudado a Alemania y lo busqué...

Dulce y Amargo ¦ BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora