O19.-

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Aclaración: Textos escritos en cursiva corresponden a recuerdos.✦
Advertencia: El capítulo contiene +18 (un poquito)  ✦


A Chifuyu no les sorprendió en absoluto encontrar a Mikey en el departamento. Casi esperaba que en cualquier minuto recibiera el anuncio que el rubio se quedaría de forma permanente, incluso lo contaba para las comidas antes de que Takemichi le dijera que iba a ir.

Antes de irse a trabajar, disfrutó de un extenso y agradable desayuno en compañía de los gemelos, Takemichi y Mikey, por lo que se fue a la cafetería con un muy buen ánimo.

Incluso su horario estuvo tan agradable que realizó un par de horas extras, por lo que abandonó la cafetería casi a las ocho de la noche y, mientras dejaba que el viento peinara sus cabellos, le avisó a Takemichi que tardaría en regresar para después colocarse los audífonos. No deseaba volver a casa aún, quería dar un pequeño paseo por la ciudad, aunque no tenía destino en su mente.

O eso creía.

Porque cuando Chifuyu volvió a ser consciente de su entorno, se dio cuenta que estaba frente a la escuela dónde conoció a Baji. Parpadeó con genuina sorpresa al verse en aquel lugar, incluso leyó tres veces la placa para asegurarse de que era la misma escuela.

Por la hora, se encontraba cerrada, pero aún así, Chifuyu podía ver a través de los barrotes de la reja; sin poder evitarlo, sonrió con nostalgia cuando encontró la ventana del tercer piso, donde antiguamente era su salón. Se preguntó qué tanto habría cambiado el establecimiento, seguramente tenía nuevos pupitres, nuevos pizarrones y nuevo personal, pero en su mente, era difícil no imaginar todo cómo cuando tenía catorce años.

Apoyó con suavidad su cuerpo contra la reja observando el patio, casi podía ver a Baji y a sí mismo conversando hacia la salida.


-¡Mira, Fuyu, he subido mi nota! -diría Baji con una orgullosa sonrisa, enseñándole su hoja de calificaciones.

-¡Te dije que podrías! -le contestaría mientras tomaba el papel para mirar.

-¿Estás orgulloso de mí?

-Siempre lo estoy.


Chifuyu sonrió con suavidad, alejando su cuerpo de la reja a la vez que metía ambas manos en sus bolsillos y decidía caminar con tranquilidad, después de todo, si estaba allí, podría darle un vistazo a lo demás.

Mientras caminaba, su mente seguía dándole pequeños trozos del pasado, escuchándolo de forma tan clara que parecía que sucedían en ese mismo momento.


-Kei, es demasiado pequeño, ¿qué hacemos? -preguntaba con tristeza sosteniendo entre sus brazos a un pequeño gato blanco.

-Lo meteré en mi cuarto -decidía Baji con seguridad mientras sujetaba un paraguas sobre la cabeza de ambos-. Me encargaré de que esté bien de salud hasta que alguien lo adopte.

-Te ayudaré a cuidarlo.

-Sí, porque si mi mamá lo pilla, me mata...


Chifuyu miró un edificio mucho más grande a comparación al cual vivía hoy. Tragó con dificultad, pero entró pisando con firmeza, subió las escaleras hasta quedar en el rellano de descanso que había entre el segundo y tercer piso. Su mente retrocedió a una noche de otoño.

Dulce y Amargo ¦ BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora