O4.-

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Podía escuchar el timbre a lo lejos, sin embargo, lejos de levantarse, se cubrió más con las sábanas. Supo quién era en cuánto comenzó a escuchar golpes insistentes en su puerta. Gruñendo, se levantó y caminó con desgano hacia la entrada del departamento, era mejor ir a abrir en ese momento o se sumarían gritos a los golpes y no se sentía con energía para tolerar aquello.

-¡Ya era hora! -dijo Mikey a modo de saludo.

Baji solo gruñó, dejando que Mikey entrara a su departamento seguido de Kazutora que sonreía divertido. El azabache cerró la puerta antes de ir con ellos al salón.

El departamento de Baji quedaba en el piso 15 de un edificio relativamente nuevo en el barrio alto y era grande, demasiado grande para una sola persona. Predominaban los colores grises y negros, lo que daba, para opinión de sus amigos, un aire serio que Baji, en realidad, no poseía, aunque admitían que se veía bastante bien.

-¿Qué es lo que quieren? -preguntó Baji con la voz más grave de lo usual al estar recién levantado.

-Respuestas, obvio -dijo Kazutora mientras se dejaba caer en el sofá seccional de cuero.

-¿Respuestas?

-Sí, después de que conociste a los amigos de Senju, parecías otro.

-No sé de qué hablas.

-De que no dejabas de ver a Chifuyu -dijo Mikey recostándose en el asiento más largo.

-Ah, eso -murmuró Baji, aún estaba de pie y miraba a sus amigos algo incómodo.

-Sí, eso -asintió Mikey colocando un brazo tras su cabeza-. Será mejor que hables porque he corrido mi horario de entrenamiento para saber esto.

-¿Y bien? -presionó Kazutora sonriendo.

-Chifuyu fue mi novio en la escuela -contestó Baji sin moverse.

-¿Qué? -ambos parpadearon.

-Sí, salimos como por año y medio, más o menos.

-¿Y cómo no lo sabíamos? -se extrañó Mikey-. ¡Nos conocemos desde niños!

-Porque era secreto.

-No me digas -dijo Kazutora rodando los ojos.

-¿Recuerdan esa época donde me puse a subir las notas? -preguntó Baji y sus amigos asintieron-. Bueno, era cierto, pero también era porque pasaba mi día con él.

-Un momento -dijo Mikey frunciendo suave el ceño al recordar-. Cuando volviste a salir como antes, estabas extraño, ¿era por él?

-Sí -Baji pasó la mano por su cabello-. Habíamos terminado.

-¿Por qué terminaron? -preguntó Kazutora.

-No quiero hablar de eso.

-Pero Baji...

-Dije que no -negó-. Pero...

Baji hizo una señal con su mano y salió del salón dejando solo a sus amigos. Kazutora miró a Mikey pero este se encogió de hombros mientras negaba. Baji no tardó en volver, se sentó en medio de ambos y les enseñó una tira de fotografía, de aquellas que salían desde las cabinas. Sus amigos no tardaron en arrimarse a cada lado del azabache para ver mejor.

En la primera se veía a un Baji de unos 15 años, con su cabello sujeto en una coleta, que envolvía por los hombros con su brazo izquierdo a un joven Chifuyu, que parecía apoyar la cabeza en el hombro de Baji. Ambos tenían amplias sonrisas y sus ojos cerrados.

En la segunda, seguían sonriendo, esta vez con sus ojos abiertos. Chifuyu señalaba el pendiente de su oreja y Baji el choker de su cuello. Lucían orgullosos de aquello que señalaban.

Dulce y Amargo ¦ BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora