O27.-

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-Soy gay.

Los flashes llegaron a Mikey de inmediato, cegándolo. Escuchó tantas preguntas al mismo tiempo que le fue imposible volverlas individuales, pero se sintió expuesto y vulnerable, tanto que tuvo el impulso de salir corriendo.

-Por favor -dijo Draken, sentado a su lado-. Manjiro ha decidido hacer pública su orientación sexual solo porque no quiere rumores sin sentido, pero no por eso responderá preguntas más íntimas.

Mikey nunca agradeció tanto tenerlo en su vida como en ese momento. La segura voz de su mejor amigo le dio la estabilidad que, por un minuto, creyó que estaba perdiendo. Estaba seguro que Draken se había dado cuenta de ello. Lo conocía como la palma de su mano.

-¡Señor Sano! ¿Está teniendo una relación?

-¿Quién es el afortunado, señor Sano?

-¿Qué tipo de hombres le gustan, señor Sano?

-¿Mayores o menores?

-¡Aquí, señor Sano, aquí, por favor!

La tranquilidad que le transmitió Draken, le entregó la capacidad de interpretar de forma individual cada comentario y estuvo a punto de echarse a reír, sin entender muy bien por qué. Volvió a agradecer de tener a Draken, que parecía totalmente imperturbable.

-Como representante de Manjiro, puedo asegurarles que esto no cambia en absoluto sus intenciones de ganar el torneo próximo y todos los que vengan. Sinceramente, esperamos que sea lo único que realmente les importe.

Esta vez, los flashes cegaron a ambos.





-¿Cómo puede esperar eso? Draken es un iluso y tonto.

-No hables así de él.

-Que no te ciegue el amor, SeiSei.

Inupi miró con una ceja arqueada al sonriente Kazutora.

Se habían reunido en el hogar del chico del tigre para ver la conferencia de prensa. El dueño de casa había acomodado el televisor hacia el jardín, donde se encontraban haciendo una barbacoa en lo que observaban lo que sucedía con Mikey y Draken.

Los gemelos Kawata habían alejado a Baji de la parrilla en cuánto el azabache dejó un trozo de pollo totalmente rostizado y se estaban encargando personalmente que la comida se viera y oliera delicioso.

Como Baji seguía haciendo pucheros por haber sido sacado de la preparación, Chifuyu le estaba acariciando constantemente la espalda y de vez en cuando le daba besos alrededor del rostro, lo que servía de recompensa para Baji ante las burlas de los Haitani. Kazutora había abrazado por los hombros a Inupi, que se había cruzado de brazos, algo ofendido.

El único que no participaba en ninguna conversación y miraba la televisión con la mandíbula tensa era Takemichi.

Él entendía perfectamente por qué Mikey había tomado aquella decisión, lo apoyaba totalmente, pero no podía evitar sentir cierto temor ante el incierto futuro.

Y no podía evitar pensar que él todavía no le contaba a sus padres. Aunque, sinceramente, a Takemichi no le preocupaba mucho su reacción, solo le preocupaba que no se enteraran por su propia boca.

Lo que realmente le angustiaba era la reacción de la gente. Mikey tenía un gran número de seguidores, de todas las edades, él lo había confirmado personalmente; le preocupaba que el sector homofóbico de la población comenzará a sabotear su existencia de alguna forma.

Dulce y Amargo ¦ BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora