11 - Tu fuego III

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26/01/22 - Contexto: Continuación Tu fuego II

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De pie, frente a ese hombre pelirrojo que sentado frente a su ordenador miraba la pantalla frunciendo el ceño, sus manos sudaban dentro de sus guantes y uno de sus pies no dejaba de dar golpes nerviosos contra el piso.

Bossier, que era el jefe de los bomberos, luego de teclear unas cuantas cosas puso su atención en él y le dirigió la palabra.

─ Lo siento, esa persona no forma parte del cuerpo de bomberos, y personalmente no me suena el nombre de Horacio Pérez para nada.

─ ¿Está seguro? es de suma importancia.

─ 10-4, conozco bien a todos mis compañeros señor... director del FBI.

─ Solo Volkov

─ Volkov.

─ Gracias de todos modos...

Se fue del lugar algo triste y decepcionado, tratando de ver cada rincón, esperando encontrarlo en alguno de los hombres que veía pero no fue así. Estando en su auto, camino a su sede, se le ocurrió que siendo Horacio, de seguro se habría buscado una nueva identidad, él hubiera hecho lo mismo... pero era imposible saber cómo se llamaría para poder buscarlo.

Pensó que tal vez hubiese podido describirlo, tal vez brindar algunas de sus características físicas, de seguro lo reconocerían por sus tatuajes, pero eso significaba revelar su verdadera identidad perjudicándolo, y era lo menos que quería hacer, sabiendo que Horacio tenía razones completamente justificadas para hacer lo que hacía.

De ese modo, sin dejar que tener esperanzas que otra oportunidad de verlo se repita, esperó al menos una semana. En esos días se acercaba a cada reporte de incendio con la excusa de poder brindar apoyo, pero no lo volvió a ver, no a ese hombre que parecía ser Horacio, hasta que un día cerca al puerto del sur, en ese hangar y puerto que ambos conocían, se presentó una explosión.

La labor de los bomberos se hizo casi imposible, observó a la distancia como arduamente luchaban contra el fuego y como las horas pasaban logrando apenas controlarlo. Pero algo le decía que se quedara, que ese lugar significaba algo, y si que significaba, para él y para Horacio.

De lejos vio la estructura carbonizarse y el humo blanco adornar el cielo hasta que al fin el incendio cedió a la fuerza de los bomberos, los médicos atendieron a los extenuados miembros de la SAFD y él aprovechó la oportunidad para pasearse buscando encontrar su rostro entre aquellos hombres y mujeres.

Sin poder evitar preocuparse buscó su mirada hasta que al final, alejado de todos observó cómo su cabello rubio, su tan característico nuevo peinado, al que le costó un poco acostumbrarse, asomó cuando se retiró el casco y la máscara contra humo.

Sus miradas se cruzaron, sus pies se detuvieron de golpe pero solo por unos segundos, se acercó a él y Horacio retrocedió, solo unos pasos, se alejó de él y le dolió. "¿Me temes? ¿Por qué?" pensó.

─ ¿Volkov? ¡¿Qué haces aquí?! No deberías estar aquí...

─ Que ¿Qué hago aquí?

No lo había visto durante meses, lo había estado buscando hasta el cansancio, y ahora solo recibía su mirada asustada y ¿rechazo?

Por un breve momento sintió ganas de golpearlo, de frustración y dolor ¿Él no lo había extrañado? Horacio se había ido sin siquiera despedirse en persona y ahora solo recibía eso...

Se acercó dos pasos más y esa vez Horacio no retrocedió, buscó su mirada y lo entendió. De verdad Horacio estaba asustado. Volteó a los lados y pudo ver algunos bomberos y médicos cerca, ese no era su Horacio, y ni siquiera sabía cómo llamarlo en ese momento.

Se vio a sí mismo en sus ojos, era el único que lo conocía realmente, el que sabía quién era y lo que había vivido, el único despojo de su pasado, ese que Horacio parecía haber querido rechazar y olvidar para siempre, el único que podría revelar a todo el mundo su verdadera identidad. Trató de relajarse, no era el momento ni el lugar, pero no permitiría que se escapara, no otra vez, necesitaba hablarle, obtener explicaciones y explicarse él mismo.

─ Tenemos que hablar ─ dijo en voz baja.

─ Entiendo... se que me merezco cualquier cosa...

─ ¿Cómo? No Ho...

─ Aquí no, mañana en el Pier a esta hora.

Lo miró a los ojos sin hablar, solo tratando de entenderlo, Horacio respondió devolviéndole la mirada y una sonrisa triste tan ligera que solo él podría ser capaz de distinguirla, por lo mucho que conocía su rostro y sus más mínimos gestos. Sintió unas ganas terribles de abrazarlo, lo sentía roto por dentro, tanto como él mismo se sentía al pensar que tal vez nunca más lo encontraría. Se imaginó abrazándolo, así como había hecho con el calendario en el que vio dibujada su espalda, pero se contuvo, "Solo un día más".

─ ¡Hope! ¡Nos vamos! ─ se escuchó a lo lejos a lo que el moreno respondió.

─ ¡10-4 capitán!

─ ¿Hope? ─ Volkov preguntó viendo cómo Horacio se colocaba su casco y antes de irse pasando por su lado susurró.

─ Hope ─ respondió Horacio ─ irónico, solo tú podrías descifrarlo... Mañana.

Observó cómo ese hombre que no era su Horacio sino HOPE, se marchaba y las luces de las sirenas alejándose era señal de eso. Pensó en el momento en que a Horacio se le habría ocurrido esa nueva identidad, tan bien diseñada y tan suya, aunque ahora no podía ver ninguna esperanza en esos ojos.

"Mañana" se dijo a sí mismo, solo quedaban 24 horas para al fin poner en claro sus asuntos, y como era falta, como sentía sumamente necesario, también su relación, esa que esperaba no haber perdido para siempre.

OjaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora