12 - Tu fuego IV

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26/01/22 - Contexto: Continuación Tu fuego III

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Se acercó distraído siguiendo sus pasos, a esa banca, esa que se había convertido de ambos, no esperaba verlo, había llegado antes, pero ahí lo encontró, con la mirada perdida en el mar, y casi con miedo, sin decir nada se sentó a su lado.

─ Llegas pronto... ─ le dijo Horacio sin más.

─ No pensé encontrarte.

─ Llevo acá más de una hora, pescando ─ fue en ese momento que se fijó en el cubo a sus pies ─ lo siento, atrapé una que otra manta raya, pero las devolví al mar.

Volkov sonrió ante ese recuerdo, y sin pensarlo se acomodó sentándose un poco más cerca del moreno, rendido a esa energía magnética que siempre sentía estando a su lado, Horacio solo se revolvió en su sitio, pero no se alejó.

─ Bien hecho... Hope.

─ No sé por dónde empezar Volkov... siento que tengo tanto que explicar que no sé si realmente tenga sentido hacerlo.

─ ¿A qué te refieres?

─ Que no cambiará nada. Supe, cuando decidí escapar, que nadie me perdonaría, pero al menos tenía que despedirme de alguna forma, al menos de ti, lo siento por darte esa presión, no fue justo, pero no podía no decirte nada, eras lo más cercano que tenía.

─ Pero... todos te buscamos, nadie te odió.

─ Siento haberles hecho perder el tiempo...

─ No fue así.

─ Solo olvídense de mí.

Horacio se puso de pie y caminó hasta el barandal, Volkov lo siguió y se puso a su lado. Trató de descifrar sus gestos, pero Horacio, desde que llegó, no le había dado la cara.

─ No podemos hacer eso Horacio.

─ Claro que pueden, puedes, debes. ¿Por qué no aprovechaste la oportunidad de irte? ─ por primera vez volteó el rostro y lo miró a los ojos ─ Lo siento por haberte hecho regresar a esta ciudad, y lo peor de todo es que luego me marché yo, pero debiste irte, ya no había razones para quedarte, y menos si no... bueno... si no... como dije... puedes buscar a esa persona que necesitas y no soy yo. No quiero causarte problemas, a nadie, eres libre, busca tu verdadero hogar.

Volkov se lo quedó mirando pensativo, tenía cosas que explicar, cosas que dejarle en claro, y ahora era el momento.

─ Primero... y como ya te dije, aunque no se si llegaste a leerlo, tú no causas problemas a nadie, no me causas ningún tipo de problema, nunca lo has hecho. No podía irme, no... no si no sabía de ti, si estabas bien...

─ Estoy bien.

─ Me alegro, aunque sinceramente no lo parece.

─ Gracias eh.

─ Horacio, usas otro nombre, te has ocultado de todos, se que no estás bien.

─ Ese no es tu problema Volkov.

─ ¡Sí qué lo es!

─ ¡¿Por qué?! ─ "¿Por qué?" era una buena pregunta ─ solo he sido un estorbo que te ha abrumado con sentimentalismos, que te ha obligado a vivir en esta ciudad de mierda, que te ha expuesto a peligros que no tenían nada que ver contigo. ¿Ya fueron suficientes años de soportarme no lo crees? Vamos, solo aprovecha la oportunidad y vete.

─ ¡No! Tu no me has obligado a nada, nunca. Regresé porque quise, porque quería estar aquí contigo, te lo dije muchas veces, regresé por ti. Las cosas que hayan pasado... el peligro que dices que pasé, no es tu culpa.

OjaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora