Despertó sin hacer ruido, sin alarma y con la luz del sol entrando por la ventana de su balcón. Apenas abrió los ojos se levantó de un salto de la cama y tendió las sábanas rápidamente. Sin pensar era todo más rápido. Abrió suavemente su puerta de madera, la cual era vieja y hacia ruido. Entonces, tiró de esta de a poco...abriendola pulgada por pulgada. Cuando finalmente su cuerpo pasaba por la abertura, se dirigió al cuarto de baño de puntitas.
Su padre no debía enterarse.Cerró la puerta detrás de él y se acercó al lavabo. Se lavó la cara y los dientes, viendo su rostro blanquecino y pálido; con grandes ojeras bajo sus ojos.
Suspiró al ver su cabello castaño , estando rebelde: Como si acabara de salir del ciclo de centrifugado de la lavadora.- Agh... - se quejó cuando su estómago gruñó de hambre. Salió de allí y se dirigió nuevamente a su habitación. Tomó las dos mochilas negras que había dejado preparadas la noche anterior y salió hacia la cocina. No le hacía falta cambiarse, se había dormido con la ropa puesta: Pantalones de Jean negros con las rodillas tajadas. Un polerón blanco sin mangas y una gorra negra.
Bajó las escaleras y comenzó a hacerse un café. Abrió la nevera y sacó un plato con una bolsa sobre este. Lo dejó en la mesada y cerró la puerta de metal.
Mientras esperaba el café, se dirigió a la mesa del living, donde la noche anterior había dejado sus Converses negras; con la excusa de que iba a lavarlas, lo cual era mentira ya que las dejó allí para no hacer ruido a la mañana al bajar las escaleras.Yibo ya era todo un experto.
Se las puso y volvió a su café ya listo , sirviéndose en una taza térmica para llevar y agarrando un trozo de queso fresco del plato que había sacado de la nevera. Lo volvió a colocar dentro y salió de su casa.
Bien, ya podía respirar.
Colocó las dos mochilas a sus hombros y comenzó a caminar hacia la plaza donde se reuniría con su grupo.
No sin antes, claro, buscar a Zhan.
No le hacía falta sacar el celular para verificar la dirección: Cuando el pelirosado le envió el mensaje ayer, se la aprendió de memoria.
Así que caminó: Dos calles por la Avenida Weist, doblando en el semáforo que no funciona. Viendo un hospital enorme, rodeándolo y pasando por la calle paralela a su entrada. Una calle a la derecha, casa roja con plantas.
Puerta negra y rejas del mismo color.El castaño se acercó a la entrada de fierros y tocó el timbre, a la espera de Zhan.
Nadie contestó.
Tocó nuevamente y esperó unos segundos.
La puerta se abrió, dando paso a un hermoso chico de pelos pasteles, y ondulados.
Yibo quedó boquiabierto. Zhan traía puesto una remera a rayas con mangas, unos pantalones parecidos a los suyos sólo que mas rotos. Unas Converses blancas de tela y el pelo...El pelo.
- Hola Yibo, buenos días - dijo el chico saliendo por el portón y cerrando con llave. Yibo creía estar viendo a un hada. Con cada paso que daba parecía flotar y elevarse.
El peli-rosa estaba a punto de acercarse a abrazarlo, pero recordó el problema y optó por solamente palmear su hombro.- Hola Zhan - respondió cuando el tacto del chico le despertó - estás...
- Lo sé. Ayer me aclaré un tono más el pelo y está aún más rosa pastel.
- No me refiero al color...aunque también, sí que va, el color también, sólo que tu cabello está... - trataba de explicar, moviendo las manos, buscando la palabra - Sólo me sale la palabra en inglés...está muy curly.
Zhan rió por lo bajo y asintió.
- Así está por las mañanas, además de que no me lo he planchado hoy. Se me forman pequeñas ondas y rulos...¿Qué te parece? - dijo acercándose aún más al menor, elevando las comisuras de sus labios y mirando fijamente al menor a los ojos.
Basta Zhan, no puedes coquetear con él...Espera ¿Desde cuándo coqueteas? - pensó el pelirosado.
Yibo trató de alejarse pero destrastabilló por el final del cordón de la vereda. Zhan rió por lo bajo como por tercera vez en la mañana.
- Está...genial. Me gusta el cambio.
Ambos rieron y comenzaron a caminar .
El castaño notó la mochila que llevaba Zhan y le preguntó:- ¿Trajiste lo que te dije?
- Ajá. Todo todito.
- Bien. Ten - dijo Yibo entregándole su vaso de café. Zhan lo miró dubitativo pero luego de unos segundos lo aceptó.
- ¿Preparado para la posible marcha más grande del año?
Zhan asintió con entusiasmo. Quería ya mismo pintar la enorme pancarta. Tenía demasiada inspiración.
Observó la taza caliente y se acercó el borde a la boca. Inhalando el aroma a café, pero también buscando algún indicio de que Yibo había tomando de esta.
Aroma a pasta de dientes.
El pelirosado sonrió y colocó suavemente los labios sobre el metal hermético y bebió.
El mejor beso indirecto de su vida.
ESTÁS LEYENDO
Pastel
RandomHay veces en que las personas no son del todo lo que creías que eran. Porque las apariencias engañan, y las cosas que menos esperamos son las que nos cambian. Y la vida nos prepara para enfrentarnos a esas apariencias, a esas corazas. Para romperlas...