Capítulo 13 Acercamientos

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Despertó sin hacer ruido, sin alarma y con la luz del sol entrando por la ventana de su balcón. Apenas abrió los ojos se levantó de un salto de la cama y tendió las sábanas rápidamente. Sin pensar era todo más rápido. Abrió suavemente su puerta de madera, la cual era vieja y hacia ruido. Entonces, tiró de esta de a poco...abriendola pulgada por pulgada. Cuando finalmente su cuerpo pasaba por la abertura, se dirigió al cuarto de baño de puntitas.
Su padre no debía enterarse.

Cerró la puerta detrás de él y se acercó al lavabo. Se lavó la cara y los dientes, viendo su rostro blanquecino y pálido; con grandes ojeras bajo sus ojos.
Suspiró al ver su cabello castaño , estando rebelde: Como si acabara de salir del ciclo de centrifugado de la lavadora.

- Agh... - se quejó cuando su estómago gruñó de hambre. Salió de allí y se dirigió nuevamente a su habitación. Tomó las dos mochilas negras que había dejado preparadas la noche anterior y salió hacia la cocina. No le hacía falta cambiarse, se había dormido con la ropa puesta: Pantalones de Jean negros con las rodillas tajadas. Un polerón blanco sin mangas y una gorra negra.
Bajó las escaleras y comenzó a hacerse un café. Abrió la nevera y sacó un plato con una bolsa sobre este. Lo dejó en la mesada y cerró la puerta de metal.
Mientras esperaba el café, se dirigió a la mesa del living, donde la noche anterior había dejado sus Converses negras; con la excusa de que iba a lavarlas, lo cual era mentira ya que las dejó allí para no hacer ruido a la mañana al bajar las escaleras.

Yibo ya era todo un experto.

Se las puso y volvió a su café ya listo , sirviéndose en una taza térmica para llevar y agarrando un trozo de queso fresco del plato que había sacado de la nevera. Lo volvió a colocar dentro y salió de su casa.

Bien, ya podía respirar.

Colocó las dos mochilas a sus hombros y comenzó a caminar hacia la plaza donde se reuniría con su grupo.

No sin antes, claro, buscar a Zhan.

No le hacía falta sacar el celular para verificar la dirección: Cuando el pelirosado le envió el mensaje ayer, se la aprendió de memoria.

Así que caminó: Dos calles por la Avenida Weist, doblando en el semáforo que no funciona. Viendo un hospital enorme, rodeándolo y pasando por la calle paralela a su entrada. Una calle a la derecha, casa roja con plantas.
Puerta negra y rejas del mismo color.

El castaño se acercó a la entrada de fierros y tocó el timbre, a la espera de Zhan.

Nadie contestó.

Tocó nuevamente y esperó unos segundos.

La puerta se abrió, dando paso a un hermoso chico de pelos pasteles, y ondulados.
Yibo quedó boquiabierto. Zhan traía puesto una remera a rayas con mangas, unos pantalones parecidos a los suyos sólo que mas rotos. Unas Converses blancas de tela y el pelo...

El pelo.

- Hola Yibo, buenos días - dijo el chico saliendo por el portón y cerrando con llave. Yibo creía estar viendo a un hada. Con cada paso que daba parecía flotar y elevarse.
El peli-rosa estaba a punto de acercarse a abrazarlo, pero recordó el problema y optó por solamente palmear su hombro.

- Hola Zhan - respondió cuando el tacto del chico le despertó - estás...

- Lo sé. Ayer me aclaré un tono más el pelo y está aún más rosa pastel.

- No me refiero al color...aunque también, sí que va, el color también, sólo que tu cabello está... - trataba de explicar, moviendo las manos, buscando la palabra - Sólo me sale la palabra en inglés...está muy curly.

Zhan rió por lo bajo y asintió.

- Así está por las mañanas, además de que no me lo he planchado hoy. Se me forman pequeñas ondas y rulos...¿Qué te parece? - dijo acercándose aún más al menor, elevando las comisuras de sus labios y mirando fijamente al menor a los ojos.

Basta Zhan, no puedes coquetear con él...Espera ¿Desde cuándo coqueteas? - pensó el pelirosado.

Yibo trató de alejarse pero destrastabilló por el final del cordón de la vereda. Zhan rió por lo bajo como por tercera vez en la mañana.

- Está...genial. Me gusta el cambio.

Ambos rieron y comenzaron a caminar .
El castaño notó la mochila que llevaba Zhan y le preguntó:

- ¿Trajiste lo que te dije?

- Ajá. Todo todito.

- Bien. Ten - dijo Yibo entregándole su vaso de café. Zhan lo miró dubitativo pero luego de unos segundos lo aceptó.

- ¿Preparado para la posible marcha más grande del año?

Zhan asintió con entusiasmo. Quería ya mismo pintar la enorme pancarta. Tenía demasiada inspiración.

Observó la taza caliente y se acercó el borde a la boca. Inhalando el aroma a café, pero también buscando algún indicio de que Yibo había tomando de esta.

Aroma a pasta de dientes.

El pelirosado sonrió y colocó suavemente los labios sobre el metal hermético y bebió.

El mejor beso indirecto de su vida.

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