Los cuadros eran hermosos, y Zhan le había sacado fotos a cada uno de ellos.
Sus alumnos habían captado cada movimiento de Wang en el papel, desde sus manos totalmente definidas a las penumbras de sus rostros cuando ninguna luz le iluminaba.
Habían pintado a Yibo moviéndose, habian pintado a Yibo con sus manos hacia el cielo y habían pintado a Yibo arrodillado, con sus manos sobre la cabeza.
Pero el último cuadro de Zhan vio, fue el que le toco algo dentro suyo.
Yibo estaba arrodillado con sus manos apoyadas en cada muslo y rodilla, con sus palmas hacia el cielo, descansando, mientras su cabeza apuntaba hacia las estrellas pero sus entrecerrados ojos y su cansada sonrisa miraban hacia delante.Hacia Zhan.
- Necesito sacarle una foto también - murmuró Zhan sacando su móvil, preguntándole a su alumno como iba a terminar el cuadro. Se quedaron hablando unos segundos cuando Zhan se dio cuenta que no tenía memoria en su móvil, pues estaba lleno de todas las demás fotos.
Wang apareció detrás suyo, observando con un semblante sereno el cuadro frente suyo y felicitando al alumno. Era sin dudas, su favorito.
- Yibo, ¿Puedes hacerle una foto de tu móvil? No tengo más espacio.
Wang asintió, desbloqueado el aparato para darse cuenta de todas las llamadas perdidas y los mensajes.
- ¿...Qué? - murmuró, fijándose de quien provenían.
Zhuo Cheng.
Llamo a su amigo rápidamente, mientras se alejaba de allí cerca del lago. Zhan se disculpo con sus alumnos, pidiéndoles que comenzaran a guardar todo mientras corría detrás de su Musa quien marcaba el teléfono temblando.
- ¿Zhuo Cheng? ¿Qu...
- ¡Es Hai Kuan, Yibo! No puedo lograr que salga del balcón, se llevo la caja y cerro las puertas con llave. Yibo por favor...yo...ayúdame, no sé que más hacer, está allí hace dos horas.
El castaño le indicó a su amigo que llamara a la policía, mientras esperaba que llegase. Corto la llamada y se dispuso a buscar sus cosas.
- Yibo - le llamaba Zhan pero el más alto estaba ido, desesperado - Yibo, ¿Qué pasó? ¿Está todo bien?
Pero nada respondía, y Wang comenzo a buscar su calzado que se había quitado.
- ¡Yibo, joder! - le grito Zhan, y fue la primera vez en captar la atención de su Musa. Este le miro, término de colocarse el calzado y se levanto frente a Zhan, captando su mirada de preocupación.
- Zhan, es Hai Kuan. Algo ocurre con él...debo ir.
- Déjame acompañarte...
- No, Zhan. Es algo por lo cual no deberías preocuparte, Hai Kuan no es tu mejor amigo ni nada. No hace falta que...
- No voy por Hai Kuan, voy por tí, Yibo. Déjame ir.
El castaño se lo pensó mejor y asintió, mientras esperaba que Zhan le informara a sus alumnos que esperaban para despedirse que se fueran sólos, cosa que ya sospechaban.
Ambos tomaron las cosas restantes y se dirigieron a la parada de autobuses más cercana, tomados de las manos mientras subían y esperaban llegar lo más rápido posible a la casa de Zhuo Cheng.
- ¿Qué sucede exactamente, Yibo?
El castaño le miro preocupado, y suspiro, releyendo los mensajes que Zhuo Cheng le había enviado.
- Hai Kuan se...encerro en el balcón del departamento. Zhuo Cheng dice que se llevo la caja consigo y que no puede hacer que se aleje del barandal.
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Pastel
AcakHay veces en que las personas no son del todo lo que creías que eran. Porque las apariencias engañan, y las cosas que menos esperamos son las que nos cambian. Y la vida nos prepara para enfrentarnos a esas apariencias, a esas corazas. Para romperlas...