Promesas
Naruto apoyó su pie en el escalón mientras miraba fijamente a la mujer que estaba a unos pocos escalones más.
Era Hinata, él estaba seguro. Su cabello más corto, a la altura de su barbilla, pero seguía siendo oscuro con tintes azules. Su piel, un poco más oscura que la suya seguía pareciendo tersa y limpia. Sus enormes ojos perlas enmarcados con largas pestañas oscuras. No pudo detener su mirada para que bajará lentamente por su cuerpo. Notando que sus pechos habían crecido mucho a comparación de lo que recordaba a la muchacha que había tenido bajo él. ¿O tal vez era la camisa blanca que la hacía más pechugona? Sus caderas anchas estaban bajo una pollera suelta que le llegaba hasta bajo las rodillas, viendo sus pantorrillas, recordando tenerlas al rededor de sus caderas cuando habían hecho el amor.
El burbujeo de su estómago se intensificó, su boca se secó mientras su corazón subía a su garganta, impidiendo que dijera otra cosa más que su nombre en un leve murmullo.
Hinata reaccionó como si en realidad le hubiera gritado y se encogió.
Su pecho subió y bajó con dureza mientras intentaba reaccionar.
Ella estaba allí.
Su Hinata.
Su chica hermosa estaba frente a él.
Naruto apretó la mano en la baranda cuando el mundo pareció girar con lentitud mientras daba un paso más a ella. Hinata abrió su hermosa boca, pero no dijo nada mientras daba un paso hacía atrás. Su rostro estaba teñido de terror y él no sabía que pasaba.
Había soñado con ese momento, pero nada estaba pasando como lo había imaginado. Estaba seguro que Hinata vendría a él, y no lo contrario. Que se abrazarían y se besarían hasta que sus labios se gastarán. Pero Hinata parecía cada vez más pálida.
-Amor..-, murmuró mientras subía el último escalón, esperando que el shock saliera de ambos y poder besarla como quería.
De repente se sintió como un hombre que estaba sediento, teniendo el manantial justo frente a sus nariz, pero sin la fuerza suficiente para alcanzarlo.
-¿Naruto?- murmuró ella y fue como si rompiera el dique que lo estaba conteniendo.
Sus pasos fueron rápidos, su expresión se endureció y ella se pegó a la pared cuando Naruto la encerró entre sus poderosos brazos. No podía detenerse, escuchar su dulce voz fue lo único que necesito para saber que no estaba soñando. Tal vez tomó su rostro algo más duro de lo que le habría gustado, pero estampó su boca en la de ella. Gimiendo cuando un gusto dulce a chocolate le lleno las papilas gustativas. Su cuerpo se endureció con una ferocidad dolorosa, fuego forestal, arrollador y sin control le recorrió desde la punta de los pies hasta los cabellos. Apretó el cuerpo suave de Hinata contra la pared, su suavidad contra su dureza le hizo gemir más fuerte.
Simplemente era un animal salvaje mientras la devoraba la boca y se pegaba contra ella, sus caderas metiéndose con la suficiente fuerza para que Hinata sintiera como de duro estaba.
Sólo para ella, sólo por ella.
Sus manos comenzaron a vagar por sus curvas más pronunciadas. Hinata comenzó a contestar a su beso con la misma ferocidad, sus lenguas sumergiendose en una lucha que ambos ganarían. Ella sumergió sus manos en su cabello y los apretó con fuerza mientras él cerraba su mano en su pecho hinchado. Él tenía las manos más grandes de cuando tenía 16, pero su pecho había crecido mucho más, suave, sus dedos se hundieron en la carne.
Por arriba de la neblina sexual que lo rodeaba, pudo escuchar unas voces y movió sus manos para subir las piernas de Hinata a su cadera. La levantó y la llevó al rincón más alejado del descanso, gimiendo más fuerte cuando ella apretó las piernas en sus caderas haciendo esos ruidos indefensos que lo perseguían en sus sueños. Hinata había ganado un poco de peso, la sentía más suave contra él, pero era perfecta como era, a él no le importaba esas pequeñeces.
Empezó a bajar sus labios por sus barbilla y besar su cuello mientras su polla dura se molía con la unión de sus muslos. La fricción hizo que ambos gimieran bajo, pero era celestial para alguien que no había tenido nada de eso por seis años. Hinata movió su rostro a un costado, dándole espacio y él adoró cada lugar que su lengua y labios tocaron.
Pero de repente Hinata tiró de sus cabello con la suficiente fuerza para que él se quejara y terminará alejado de su piel. Ella lo golpeó en el pecho mientras bajaba las piernas, sus golpes no eran fuertes, pero estaba tan sorprendido que se tambaleó hacía atrás. Sintió que una daga se hundía en su estómago cuando bajó la mirada sorprendida hacía Hinata y ella lo miraba llena de odio.
-¿Amor?- susurró.
-No vuelvas a tocarme, desgraciado-, dijo entre dientes mientras le daba otro empujón.
Naruto sintió que la daga se hundía más mientras daba los pasos hacía atrás, viendo cómo ella se acomodaba la ropa y el cabello mirando hacia cualquier lado que no fuera él.
-¿Qué pasa amor?
-No me digas así, imbécil.
Naruto hizo una mueca, jamás le había importado que otras mujeres le dijeran así, pero que se lo dijera su Hinata era mucho.
Ella se movió para querer agarrar la carpeta, pero él la tomó del brazo sin entender qué pasaba. Hinata se alejó como si él quisiera pegarle. Eso hizo que frunciera el ceño y alejara la mano. Él jamás la lastimaría.
-¿Qué...
-¿Ahora me recuerdas?¿Ahora soy tu amor, Namikaze? Vete al infierno.
Él se quedó congelado mientras la veía tomar la carpeta del suelo y bajar rápidamente las escaleras sin mirar atrás.
Continuará...
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Promesas (NaruHina 💕)
RomanceNaruto ha estado enamorado desde niño de una sola mujer en toda su vida. Durante la secundaria salieron a escondidas y tuvieron su historia de amor, pero todo se terminó cuando ella le cortó cinco años atrás al ella mudarse. Pero se prometieron uno...