Promesas
La semana paso con tortuosa lentitud.
Entre el nuevo trabajo, la universidad, las prácticas, Naruto casi no tenía tiempo. Desgraciadamente tenía dos días donde tenía el turno noche en la universidad, los había tomado pensando en el trabajo nuevo y las prácticas, pero ahora lo dejaban arruinado y no podía llegar a la casa de Hinata a una hora fuera de una visita normal(como a las 23). En el trabajo, él sospechó que Itachi lo puso lo más alejado de Hinata que podía. Él tenía su "oficina"( ya que era un pequeño escritorio con tres paneles entre muchas personas) estaba en el piso 13.
Naruto estaba por terminar su turno de la tarde del viernes. Tenía que ir a entrenar luego, pero esa noche se libraría a las 21. Quería preguntarle a Hinata si no le molestaba que él fuera ese día. Espero mirando el reloj cada cinco minutos, hasta que por fin marco las 18 hs. Subió por el ascensor, mientras sus compañeros bajaban, él subió sintiendo como la corbata comenzaba a apretar su garganta. Se la aflojó sólo un poco.
Él ascensor al fin se detuvo en el piso 34 y él saludo con la cabeza a la recepcionista. Quiso ir directamente a la oficina de Hinata, pero la chica lo detuvo después de dar unos pasos.
—¿A dónde crees que vas?— le pregunto apretando su bíceps, su tono algo duro.
Naruto la miró desde su altura más elevada, subiendo una ceja.
—Necesito hablar con Hinata.
La chica frunció el ceño, su mirada fue a su cabello algo revuelto y luego bajo a su corbata floja.
—Al final ¿trabajas aquí?—, preguntó con sospecha, soltando su brazo y cruzándose de brazos.
Naruto asintió, la molestía queriendo subir a flote, pero también entendía el trabajo de la chica.
—Mi nombre es Naruto Namikaze, y soy un prácticamente de la zona de economía. Piso 13, sector G—. Él extendió su mano y la muchacha se relajó.
Ella estrechó su mano y una sonrisa creció en sus labios pintados de rosa.
—Soy Matsuri, la recepcionista del piso central—. Ella le dió una mirada al reloj de su pulsera cuando lo soltó—. Tu turno ya ha terminado.
Naruto asintió otra vez.
—Necesito hablar con..
—¿Naruto?
Él sonrió al escuchar la voz de Hinata a su espalda y se volvió con una sonrisa. Pero ella miró hacia un costado de él, a Matsuri con el ceño fruncido.
—Hinata—, saludó—. Quería hablar contigo—, dijo dando un paso hacía ella.
Al fin, Hinata levantó la mirada y lo miró, él vió por un momento el enojo, hasta que intentó enmascararlo con distanciamiento y frialdad.
—Ya veo..—, murmuró mirando a Matsuri una vez más y luego a él.
—¿Podríamos.. umm, hablar en privado?— preguntó dando una mirada a la curiosa Matsuri que no se marchaba.
Notó como los brazos de Hinata se tensaban en una carpeta, su columna se irguió y lo miró fijamente por unos segundos. Naruto temió que le dijera que no, pero ella terminó asintiendo.
— Sígueme—, ella se volvió y miró a la recepcionista por arriba del hombro—. Gracias Matsuri—, y comenzó a caminar.
Naruto no le dió una segunda mirada a la recepcionista y caminó tras ella hasta su oficina. Ella abrió la puerta y siguió caminando. Él entró, observando todo con curiosidad, cerró la puerta suavemente y cuando se volvió Hinata estaba sentada tras un escritorio de madera reluciente. Ella parecía más pequeña sobre una silla que sobresalía por su cabeza. Un monitor moderno, negro y bastante grande estaba sobre el escritorio, el teclado a un lado. Hinata dejó la carpeta al frente de ella y volvió a mirarlo con la mirada distante.
Naruto se sintió un poco incómodo, todo el lugar no quedaba con ella y le recordaba que su chica no era la misma que había conocido y amado en la adolescencia. Pero él sabía que esa chica estaba allí, más madura, desconfiada y herida. Él quería ayudarla a sanar heridas, que obviamente nunca había sido su intención en provocar, pero por culpa de su padre, allí estaban.
Hinata no confiaba en él.
Él se detuvo al frente del escritorio, el sudor haciendo que su cabello se pegará a su piel, limpió sus manos mojadas en su pantalón de vestir mirando fijamente a sus ojos claros.
—¿Qué quieres decirme, Naruto?— preguntó al fin cuando él no habló—. Puede que tu horario haya acabado, pero el mío sigue en curso.
Eso lo hizo fruncir un poco el ceño.
—¿A qué hora sales hoy?
Hinata subió una ceja, juntando sus manos y entrelazando sus dedos sobre la carpeta, ella lo quedó mirando.
—¿Eso importa?— preguntó en cambio.
Naruto respiró profundo, intentando no enojarse por su tono frío. Ella se había alejado mucho en pocos días.
—Si lo preguntó es importante para mí—, aclaró.
Hinata reducido su mirada, ella parecía de un humor de perros. Naruto no había visto a una Hinata muy enojada cuando habían sido novios, pero entendía que su carácter tendría que haber cambiado por todo lo que había pasado.
"Paciencia", se repitió.
Sabía que no recuperaría a la Hinata de 16, ni a la de 18, pero quería está Hinata de 21. La chica dura, la de carácter fuerte y maternal, con más curvas de cuando era chica, y de cabello corto.
No tendría a la adolescente Hinata, pero quería a la adulta. Aceptando cada parte nueva de su carácter, amando cada cambio, ayudando en sus inseguridades.
Sólo quería la oportunidad de mostrárselo.
Hinata suspiró.
—Salgo a las 21. ¿Por qué?
Naruto estuvo a punto de quejarse de que no era hora de que ella estuviera en la oficina. Le parecía injusto, pero cerró la boca al ver cómo Hinata levantaba la barbilla, lista para una discusión.
Él también había madurado. Sabía cuando podía ganar una lucha y cuando tenía que retirarse. Obviamente esa era una retirada, por lo menos por ahora.
—Me preguntaba si podía ir a tu casa a cenar—. Hinata frunció el ceño, y abrió la boca para discutir. Pero él rápidamente agregó:— Me gustaría ver a Boruto—, "y estar contigo". Se guardo eso último—. Podría pasar a buscarte a la oficina. Ya que tengo entrenamiento y salgo a esa hora. ¿Qué te parece? Compramos algo de comida para que no cocines y comemos junto a Boruto. Me gustaría pasar más tiempo con él.
Hinata bajó la mirada a la carpeta, pensando en su propuesta. Su corazón pálpito con fuerza en su pecho mientras esperaba su respuesta. Pero finalmente se calmó al ver cómo sus hombros se relajaban.
— Está bien, aunque no necesitas venir aquí. Puedes ir directamente, estará Kurenai.
Naruto dió un paso hacía adelante, pegando su cadera al gran escritorio que le impedía llegar más cerca de ella.
—No es molestía venir a buscarte, Hinata. Tengo un auto. Preferiría llevarte. Me sentiré más tranquilo.
Hinata levantó la mirada, sus ojos aflojándose un poco. Una sonrisa tiró de sus labios, antes de que se obligará a ponerse seria de nuevo.
—Bien, te esperaré en la recepción de abajo.
Naruto sonrió, sintiendo que había ganado una batalla, aunque siendo consciente que la guerra por ganar su confianza rota recién había empezado.
Continuará...
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Promesas (NaruHina 💕)
RomanceNaruto ha estado enamorado desde niño de una sola mujer en toda su vida. Durante la secundaria salieron a escondidas y tuvieron su historia de amor, pero todo se terminó cuando ella le cortó cinco años atrás al ella mudarse. Pero se prometieron uno...