Promesas (NaruHina 💕)

Promesas XV

Promesas

Naruto esperó con su paciencia al borde mientras ella tomaba casi todo el té de un sorbo. Hinata suspiró y comenzó a jugar con el pequeño centro de crochet que había en la mesa.

-Me di cuenta que estaba embarazada casi a los tres meses después de que me mudé. Mí papá me había internado en una escuela de monjas. Ellas no lo notaron porque empecé a usar ropa cada vez más holgada. No tuve los síntomas, ninguno. Tal vez algunas náuseas, pero eso fue todo. Una de mis compañeras lo supo cuando yo estaba casi de siete meses porque me quejaba del dolor de panza. Resulta que Boruto quería nacer antes de tiempo.

Naruto apretó las manos con fuerza. Su hijo había nacido antes, pequeño e indefenso, igual que Hinata.

-Las madre superiora llamó a papá para decirle lo que pasaba cuando me internaron en una clínica. Boruto nació, no pudieron detenerlo. Él era muy chiquito-, Hinata tembló y se llevó una mano a los ojos, limpiándose las lágrimas que estaban por caer-. Yo me sentía muy culpable, no había hecho ningún control, aunque comí muchas cosas con hierro, Boruto había nacido débil.

Ella suspiró de manera desigual y siguió jugando con el centro. Naruto quería tocarla, pero se contuvo.

- Él estuvo un tiempo en la incubadora mientras le daban lo que necesitaba. Mí padre estaba furioso, quería que lo diera en adopción, pero yo pelee con uñas y dientes. Ya me había separado de ti, no iba a permitir que me sacará mí hijo también.

Hinata al fin lo miró, sus ojos claros llenos de un fantasma de un dolor pasado y miedo profundo.

- Él me dejó, por lo menos pagó todo lo de la clínica hasta que a Boruto le dieron el alta a los cuatro meses. Pero no me aceptó en la casa. Yo fui a la casa de una tía que vivía cerca. Kaguya era vieja, no había tenido hijos porque no le gustaba los niños, y ya era viuda. Me aceptó, pero fue más como su mucama. Ella me mantenía allí, mientras limpiaba y le cocina. Me daba comida y me daba algo de dinero para comprar las cosas para Boruto. Me fui cuando cumplí los 18.

Naruto sentía su corazón palpitar con fuerza. Quería saber con detalles lo que le había dicho su padre y si ella sabía el porqué. Hinata se acomodó mejor, sacando sus piernas debajo de él y apoyando los codos en la pequeña mesa.

- Había juntado algo de dinero y me vine hacía aquí. Sabía que debías estar en la universidad, pero Boruto estaba muy inquieto, y necesitaba llevarlo a un lugar para que durmiera. Fui a la casa de tu padre-. Hinata tomó aire, y luego lo soltó lentamente-. Minato me recibió bien. Me llevó a tu antigua habitación y dejó allí, para que pudiera cambiar a Boruto, alimentarlo y dejarlo dormir. Cuando bajé para hablar con él, él ya me estaba esperando en la sala. Me hizo sentarme frente a él y me dijo todo eso.

Naruto frunció el ceño y negó con la cabeza.

-Admito que mí padre estaba resentido con las mujeres-, interrumpió su relato logrando que ella lo mirará-. Pero no puedo creerlo. ¿Qué ganaba él...?

Hinata rodó los ojos y suspiró.

-No lo sé, pero créeme cuando te digo que él no dudó un segundo en decirme que estabas con otra mujer. Que habías empezado a hacerte fama en el King boxing y que no ibas a tener tiempo para mí ni para Boruto.

Naruto abrió la boca, asombrado. Hinata asintió.

- Encima de todo, dijo que yo volvía porque sabía que estabas ganando dinero. Me enoje mucho cuando dió a entender que yo te buscaba por tu fama. ¡Yo no sabía que estabas peleando profesionalmente!

Naruto sintió su cabeza palpitar.

-¿Por qué no me buscaste? O a Tenten. Sabías que yo...

-Lo hice- lo cortó ella.

Naruto se tiró hacia atrás. ¿Su amiga también lo había traicionado?

-Me fui esa misma tarde, buscando un lugar a donde vivir. Encontré esta casa que la alquilaban y hablé con la dueña. Era Kurenai, ella había quedado viuda y no quería vivir en la casa que había pertenecido a su marido. Me vió desesperada y joven y me ayudó. A las pocos días fui a la universidad. Siempre te veía acompañado de distintas chicas. Ella siempre estaban en cima de ti y tu les sonreías, parecías muy feliz con la atención-, Naruto frunció el ceño y abrió la boca para defenderse, pero ella siguió-. La última vez que fui te ví bastante meloso con Tenten. Así que vete a la mierda si creías que no me iba a dar cuenta que ella y tú tenían algo. ¿Se rieron de mí cuando me mudé?-. Él notó sus ojos desbordantes con lágrimas, pero más enojada que otra cosa-. ¿O ella me odiaba tanto por lo que dijo mí padre que decidieron jugar conmigo?

-Sabes que Tenten es mí amiga-, murmuró.

-No sabía que los amigos se besaban en la boca, maldito desgraciado-, ella golpeó la mesa e intentó levantarse.

Naruto agarró su brazo y la detuvo, él también levantando su trasero del suelo quedándose de rodillas.

-Nunca, jamás, he besado a Tenten. Tendrías que haberme hablado Hinata. ¡Tendrías que haberme gritado y golpeado si de verdad pensabas en eso!-, su voz se elevó sin poder evitarlo.

-¿Para que se rieran en mí cara?¡Vete a la mierda, Naruto!-, gritó ella contra su cara.

-¡No! Para que te aclarará todas las malditas mentiras. Amor..-, murmuró él mientras levantaba su otra mano para acariciar su mejilla y borrar las lágrimas que caían de sus ojos.

-Eso ya no importa, Naruto. No me importa.

Él negó con la cabeza mientras se levantaba del suelo, casi la obligó con su agarre que se moviera al lado de él y se dejó caer en el sillón. La sentó en su regazo. Hinata peleó un poco, pero se quedó congelada cuando él beso su boca con lentitud. La obligó a abrir sus labios, para sumergir su lengua, gimiendo, apretó su cuerpo tenso contra él.

Quería borrar cada cosa, cada cosa que fuera mala, pero sabía que no podría y lo estaba volviendo loco.

Hinata se separó con fuerza y le empujó los hombros intentando levantarse, su rostro ladeado a un lado, lejos de su boca.

-Te amo, amor-, le murmuró al oído, logrando que ella se detuviera-. No sé cómo lograr arreglar esto, pero lo haré. Por ti. Por Boruto. Por nosotros. Sé que me amas, Hinata. Nuestro amor es demasiado puro y real para que se haya borrado. Sólo está allí, enterrado-, él apoyó su mano entre sus pechos-, aún lo siento latiendo.

Continuará...