Promesas VII

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Promesas

"Vete al infierno"

Naruto subió su defensa mientras rodeaba a su adversario, buscando una entrada. Utakata siempre era difícil de golpear. Ambos se rodearon por la jaula, pero las palabras seguían resonando en su cabeza...

"Vete al infierno"

Vió el movimiento de su hombro y se agachó inclinándose hacía la izquierda y lanzando un frontal a la cara mientras el gancho pasaba por arriba de su cabeza. El golpe no llego, ya que Utakata lo bloqueo con su otro puño y volvieron a rodearse.

"Vete al infierno"

Todavía seguía pensando en las palabras de Hinata, analizando cada reacción, cada movimiento, como si ella fuera un adversario. Ella había estado asustada, enojada, pero también estaba el fuego de la pasión. Ella había respondido a su beso como si también estuviera muriendo de hambre y Naruto sabía que ella no podría haber estado con otro hombre. No su Hinata.

Después de que el dolor de su corazón dejara de embobar a su cabeza, su cerebro tomo lugar para analizar lo que había pasado. El hecho que tuviera práctica esa tarde había sido bueno, él estaba sacando su frustración, pero también lo ayudaba a ver las cosas de otro punto.

"Vete al infierno"

Algo tendría...

-¡Naruto céntrate!

Naruto vió el movimiento, pero estaba más concentrado en el arroyo de sus pensamientos sobre Hinata, que su adversario real y no pudo esquivar el frontal al rostro. Un sonido ahogado salió por su boca mientras se tambaleaba hacía atrás, pero Utakata había encontrado la apertura y no lo dejaría pasar. Los golpes llovieron por su rostro y torso, él apenas pudo cubrirse el rostro cuando un rodillazo en el estómago le sacó el aire.

-¡Aléjate! ¡Maldición!

Naruto lanzó una patada al costado del dorso de Utakata y él se alejó del golpe. Naruto se tambaleó hacía atrás, no importaba cuánto trabajará, los golpes seguían doliendo, no como al principio, pero estaban allí.

Él sonrió a Utakata, prefería el dolor físico a la golpiza emocional que se había llevado con Hinata. Ella lo había dejado nockeado con unas simples palabras.

"Vete al infierno"

-Basta chicas, lo hicieron bien-, dijo Yamato mientras entraba a ring donde entrenaban.

Utakata bajó su guardia igual que él y le sonrió a Naruto mientras se acercaba y le daba una leve palmada en el hombro desnudo y mojado por el sudor.

-Estas distraído-, dijo mientras se llevaba su mano para sacarse la fina liga que usaba para atarse su cabello.

Naruto miró cómo su cabello castaño oscuro caía liso hasta la altura de sus hombros, como había estado el de Hinata.

-Lo siento, tengo algunas cosas en la cabeza-, dijo mientras la agitaba para sacar el pensamiento de Hinata.

-Ve a saltar Utakata-, lo mando Yamato cuando llegó al lado de ambos.

Utakata le guiñó un ojo mientras se movía para salir por las cuerdas y luego Naruto se volteó a su entrenador. Yamato era un hombre de tal vez uno cuarenta años, pero se mantenía en forma, no había cambiado nada desde que Naruto lo conocía. Era casi un segundo padre, pero más estricto, más dominante.

Naruto bajó la mirada y comenzó a sacarse los guantes al ver la mirada dura de su entrenador.

- Así perderás en la primera con Sora-, murmuró.

-Lo sé-, suspiró mientras sacaba el otro.

- Debes concentrarte.

-Si.

-¿Qué es?- preguntó después de un largo silencio.

Naruto se movió a su esquina y tomó la toalla de mano que usaba para secarse la transpiración. La pasó por su rostro, cabellos y por último por su torso, dejó los guantes y la toalla y agarró la botella de agua que se mantenía en el suelo.

Yamato esperó, era más paciente que Minato, su padre y más abierto a hablar. Su padre siempre había sido silencioso desde que él tenía uso de razón. Desgraciadamente él había muerto de un paro cardíaco en plena noche, a los pocos días que él había empezado la universidad. A Naruto sólo le quedaba Hinata, Yamato, Tenten y los chicos de la casa como familia.

"Vete al infierno"

Él hizo una mueca, Hinata ya no lo quería con él...

-¿Está bien Tenten?- preguntó Yamato ya que él no había contestado.

Naruto asintió, su entrenador conocía a cada uno de los chicos y sabía que algo había pasado para que él estuviera tan distraído. No sabía si podría hablarlo con alguien, aún le dolía mucho las palabras de Hinata.

"Vete al infierno"

-No quieres hablarlo-, él no contestó ya que no había sido una pregunta, sino una afirmación-. No queda muchos días, tienes que dejar eso para después de la pelea. Sabes que necesitas el dinero.

-Lo haré-, prometió, aunque le dejó un gusto amargo en la boca. No sabía si podría.

Su cuenta bancaria no estaba muy llena después de todos los problemas que habían surgido en la casa. Si bien las cosas se habían aligerado gracias a la ayuda económica de Neji con Tenten y su padre, seguían complicados. Jūgo trabajaba en una tienda y cuando las cosas estaban complicadas tenía otros trabajos, pero tampoco podía contar mucho con él, ya que ayudaba a su madre que vivía sola. Gaara había trabajado por un tiempo, pero le costaba conseguir uno bueno gracias a su dislexia y no podía pensar en Sasori, que era rechazado por su sordera. Tenten había trabajado un tiempo, pero estaba tan cerca de graduarse y ayudaba a todos, casi la obligó a dejar su trabajo cuando se había enfermado unos años atrás. Suigetsu era un caso aparte, gracias a su apariencia, le había costado encontrar el trabajo en el hospital donde trabajaba, y la paga no era buena comparada a las horas que se pasaba allí.

Todo recaía en él. Pelear era lo único bueno que hacía, hasta ahora. Tendría una pequeña ayuda del nuevo trabajo en la empresa de Uchiha, que se sumaba aunque no mucho. Él pensamiento del nuevo trabajo le hizo apretar la botella hasta que se arrugó en sus dedos, por suerte no queda mucha agua o sino tendría que haber limpiado lo que tiraba.

-Muy bien, deja eso-, dijo Yamato y él se volteó a verlo-. Vamos a practicar los agarres.

Naruto suspiró, pero asintió.

Continuará...

Promesas (NaruHina 💕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora