Promesas I

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Promesas

Naruto aminoró su carrera cuando su reloj de pulsera vibró, avisándole que había llegada a la hora. Sus piernas fueron perdiendo rapidez hasta que estaba caminando con más tranquilidad.

Los días estaban aún calurosos y el sudor hacía que su camiseta se pegará a su piel. Siempre había sido un hombre que transpiraba mucho, y el ejercicio lo hacía sudar a mares. La música era fuerte en sus audífonos mientras se encaminaba al lugar del parque donde había un bebedero.

Era temprano pero siempre había gente haciendo ejercicios a esa hora en el parque donde él siempre entrenaba. Había un grupo de tres mujeres estirándose cerca del bebedero a dónde él se dirigía. Les dió una leve mirada mientras se acercaba e intentaba despegar su remera de su torso mojado. Notó como las tres lo miraban intensamente, pero él siguió su camino y se sacó un audífono para tomar un poco de agua.

El calor lo estaba matando, así que se sacó la remera por arriba de la cabeza y la uso para sacarse el resto del sudor. Hizo oído sordo a las risitas de las mujeres mientras se echaba agua en la cara y el cuello. Estrujó la camiseta después de mojarla y se la puso una vez más, no era muy bueno eso para su piel, pero se estaba muriendo de calor. Tomó lo suficiente de agua para no sentirse sediento, ni para sentirse pesado y se volvió para ir a la casa.

Naruto se detuvo de golpe para no chocar con la mujer que estaba a su espalda. Ella sonrió cuando la miró, sus ojos corrieron desde su cabello rubio hasta sus pies con zapatillas deportivas. Esperó, con una ceja alzada, que hablará. Al fin su mirada volvió al rostro de Naruto.

-Hola guapo-, dijo con voz baja y sensual.

A Naruto no se le pasó por alto como sus dedos delgados delineaba el escote de su ajustada musculosa. Pero él sólo le dió una mirada fría a sus pechos y volvió a mirarla a la cara.

-¿Necesita algo?- preguntó sin devolver el saludo.

Naruto estaba acostumbrado a este acoso en la calle. Los muchachos a veces se burlaban de él, diciendo que era algo de la fama, pero las mujeres que se le acercaban ni siquiera sabían que era luchador.

-Oh, si-, respondió dando un paso más cerca a él y apoyando su delgada mano sobre su remera mojada.

Naruto bajó la mirada desinteresada a la mano de la desconocida, su cuerpo se tensó. No le gustaba que las mujeres le tocarán, y aunque Suigetsu a veces le decía que tenía una clase de fobia a las mujeres, su amigo no entendía los sentimientos de Naruto.

Él apretó la mandíbula y volvió la mirada fría a la mujer, no pudo evitar fruncirle el ceño casi con ferocidad. Vió como dudaba al notar su expresión, la mujer empezó a ponerse nerviosa cuando él no contestó y se quedó tensó. No podía aguantar que otra mujer lo tocará. Él se relajó cuando ella se apartó un paso y dejó de intentar seducirlo con sus dedos.

-Yo me preguntaba... s-si, tu-u... Mmm.

Naruto metió las manos en los bolsillos de su chandal y siguió observando a la mujer. Había aprendido que cuando las miraba fijamente, la mayoría se acobardaba y lo dejaban en paz. Entonces no hizo ningún esfuerzo por ayudarla ni mostrar simpatía. En todo caso, recorrió su cuerpo con una mirada fría y poco interesada, como si estuviera viendo un montón de ropa sucia. Él mayormente no era descortés, pero odiaba que una mujer quisiera coquetear con él sin siquiera conocerlo y menos si él no había dado el pie para ello.

No es que no le gustarán las mujeres, a veces veía una que otra mujer bonita, pero no pasaba más que observar. Cómo cuando miras un bonito pájaro, o disfrutas de un hermoso paisaje. Pero él sólo quería que una mujer lo tocará de esa manera o que lo mirará, sólo quería un timbre de voz en sus oídos. Y hacía más de cinco años que no la veía...

-¿Te gustaría?

Naruto volvió a la realidad cuando la mujer hizo la pregunta. Él no había escuchado lo otro que había dicho, pero tampoco le importaba.

-Disculpa. Estaba distraído-, se escudo, pero agregó rápidamente:-. Pero si tu intención era tener una cita o cualquiera cosa de esas, no me interesa. Gracias.

Naruto agitó la cabeza en su dirección y rodeó a la mujer que lo miraba casi boquiabierta y caminó hacia la dirección de la casa. Escuchó antes de ponerse el audífono el "idiota" de la mujer. A él no le importaba lo que pensara, y no era la primera vez que lo insultaban por denegar una salida con una mujer. En la universidad le había pasado varias veces, más después de una pelea.

A veces, cuando ganaba una pelea, su representante Jiraiya quería darle una o dos chicas para festejar. Eso había pasado más al principio, cerca de los veinte, pero pronto el viejo había aprendido que a Naruto no le iban esas cosas. Jiraiya había estado tan sorprendido que le había preguntado si era homosexual, después de que él denegada a dos hermosas gemelas con grandes pechos. Naruto había reído, pero no le dijo nada. Había sido la mejor decisión, ya que Jiraiya había dejado de insistir.

Naruto se detuvo en la pequeña tienda que estaba cerca de la casa que compartía con los chicos y Tenten e ingresó dándole un saludo rápido a Chōji, el cajero. Agarró una canasta y comenzó a comprar cosas que sabían que faltaban. El cloro nunca estaba de más, Tenten era una maniática de la limpieza, y el shampoo siempre se terminaba rápido con los chicos. Él compró una botella de agua, ya que aún tenía sed y una caja de condones. No los usaba él, pero siempre había unos cuantos en una cajita del baño y había visto que ya casi no quedaba. No sabía cuál de los chicos los usaba, pero tampoco le importaba. Compró unos cuantos vegetales y fue a la caja para pagar, sabiendo que aún tenía una hora para que la mayoría se levantará o para que llegará Suigetsu de su turno nocturno en el hospital que estaba trabajando desde el verano.

Se sacó ambos audífonos y sonrió a Chōji.

-¿Cómo estás, viejo?- lo saludó con un golpe de puños.

-Bien, Naruto ¿y tu? ¿Estás preparándote para la pelea contra Sora?-, preguntó mientras empezaba a marcar los productos.

Naruto hizo una mueca. Había peleado con Sora el año pasado unas veces, siempre era un tema problemático. Sora era un tipo grande y duro de derribar, pero Jiraiya le había pedido a Yamato que intensificara las llaves, para poder reducirlo. Él tenía varios moretones en el torso que daban testimonio que Yamato había tomado en serio la sugerencia.

-Si, estamos en eso. ¿Irás?- preguntó mientras guardaba los productos en la bolsa reciclable que también había comprado.

Chōji asintió.

-No me pierdo ni una pelea, viejo. ¿Crees que es muy tarde para que entrene?

Naruto le dió una mirada. Chōji era un chico con un poco de sobrepeso y podía ver en sus ojos que había sufrido el acoso de la burla por ello. Él sonrió.

-Nunca es tarde, Chōji. Si le pones ganas, puedes estar peleando en un año contra mí-, dijo con una risita mientras sacaba la billetera.

El chico se rió después de decirle el costo de su compra y aceptó el dinero de Naruto.

-No pelearía contra ti ni loco, Naruto- se burló mientras le daba el vuelto.

Naruto le guiñó un ojo.

-Quien sabe, tal vez puedes ganarme.

-No cuesta nada soñar ¿eh?

Naruto rió mientras se despedía y salía con su compra a la calle. Él sacó la botella y tomó un cuarto para suspirar y seguir su camino

Continuará...

Promesas (NaruHina 💕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora