Capitulo 16

331 16 0
                                    

16

Ya había volteado los ojos varias veces durante la cena.

Escuchar a Valentina alardear tanto sobre su viaje a Europa y lo encantador que era vivir en Estados Unidos, era tan indignante que ya hasta quería vomitar.

—La verdad es, que, en New York, todo es más hermoso —mencionó mi prima, terminando de comer el chifrijo que mi madre había preparado especialmente para ella—. No hay comparación con ningún país.

La miré con cansancio y fastidio, mientras tamborileaba sobre el borde de mi plato vacío.

—¿Y ya has conocido todo Costa Rica para que te refieras a este país con tanto menosprecio? —inquirí, enfadada—. Se considera que Costa Rica posee la mayor densidad de biodiversidad de cualquier país del mundo. Es conocida por ser una de las reservas naturales mejor conservadas del planeta. ¿No es suficiente?

Valentina me miró de inmediato, parpadeando un par de veces. Recordé cuando era niña y solía parpadear como mil veces por minuto, mayormente cuando estaba nerviosa. En ese instante, su rostro me gritaba que no me metiera en la conversación y que mi información claramente no le interesaba.

—Solo dije que New York es más bonito. Cualquier persona lo diría —resopló—. Nunca mencioné a Costa Rica. Aunque las diferencias son muchas. Empezando por la asquerosidad de internet —carcajeó. Sólo mi madre emitió una risilla. Más lo creía que era por quedar bien con Valentina. El comentario no era nada agradable.

Me llevé el vaso con Coca Cola a los labios al mismo tiempo que volteaba mis ojos.

—Creo que son opiniones de cada persona —rebatí, frunciendo las cejas mientras colocaba el vaso en la mesa—. Pero yo me quedo mil veces con mi país y su naturaleza. Jamás compartiría tu opinión.

Ella volteó los ojos.

—De por sí, tú y yo nunca podremos estar de acuerdo. Tú luchas por llevarme la contra y hacerme ver como la peor persona del mundo —murmuró, mirando hacia abajo mientras hacía una mueca de dolor. Claro, estaba fingiendo. Era obvio.

Formé una fina línea con los labios al escuchar sus palabras y por su estúpida falsa expresión facial.

—Lamento que pases por esto, Vale —intervino mamá, endureciendo su expresión—. Ann últimamente se ha comportado de una manera muy egoísta.

Mi rostro pasó de perplejo a molesto en un segundo.

—¿Pero qué dices? —inquirí, con mucha molestia—. Mamá, eso no es cierto, estos días yo...

—Estos días solo me has demostrado tu rebeldía —espetó, tajante.

Hice una mueca.

¿Cómo se le ocurría decir eso?

¿Acaso yo, ante los ojos de mi madre, nunca sería una buena hija?

Demonios, eso me enfureció demasiado.

Me levanté de la silla abruptamente, sintiendo la mirada de todos sobre mí. Valentina siempre buscaba la manera de hacerme la vida imposible y buscar dejarme como la mala, y lo peor es que lo conseguía. Mi prima me advirtió que no le diría a mi madre que yo la había abofeteado, pero que, por eso, me haría la vida imposible, y supongo que eso que había pasado, era consecuencia de. De verdad que odiaba a mi prima.

Salí de la casa y empecé a caminar por la oscura y vacía carretera. Eran las ocho de la noche, pero, aunque era muy tarde, mi barrio solía ser muy tranquilo, así que no eran peligrosas las caminatas nocturnas.

Tú, antes que nadie © [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora