12
—¿Mañana irás al colegio, Davis? —inquirió Michael, mientras sostenía el mando del videojuego y sus ojos estaban fijos en la pantalla, discutiendo con un sujeto que ni conocía.
Yo decidí no jugar porque ya estaba harta de escuchar los comentarios de mi amigo cada vez que perdía conmigo, así que a él no le quedó de otra que jugar en línea.
Guardé silencio un momento, mientras seguía encima del pequeño banco colocando estrellas en las paredes de mi habitación.
—Creo —titubee.
Para ser sincera, no me ilusionada ir al colegio. Tener que hacerme la fuerte para tratar de no ver a Noah no era nada lindo. Después de haber publicado aquellas fotos con Karla él siguió andando con la porrista todos los días. ¿Eran novios? ¿Acaso habían vuelto? No lo sabía. Pero los rumores confirmaban que sí.
¿Qué había pasado entonces con lo nuestro? Excelente pregunta. Hasta ese momento ni yo misma lo sabía. Noah sólo desapareció de mi vida como si nunca hubiese estado presente. Fingió a la perfección que yo no era nadie salvo una insignificante compañera. Durante los recreos y frente a las demás personas yo no era nadie. Pero cuando no había alguien viéndonos, el idiota aprovechaba para acercarse a mí.
¿Yo le hablaba?
No.
Siempre me obligué a ser fuerte e ignorarlo. Si cometía el error de responderle, por poquito que fuera, era casi seguro que luego no podría detener lo que fuese a suceder.
Lo más sensato era alejarme de él.
Y así lo hacía día con día.
Aunque la distancia era lo que más me dolía porque perder la atención del chico popular que tanto me gustaba era algo doloroso.
—¡Si! ¡Te gané, estúpido pelirrojo! —gritó Michael abruptamente, eufórico por su victoria. Se levantó de la cama y corrió hacia mí—. ¿Viste, Ann? ¿Viste como le gané? Ese loco dijo muchas veces que me vencería. Pero, ¡LE GANÉ! ¡Jaa! Soy el amo de este juego.
Me crucé de brazos con una sonrisa burlona en mis labios mientras lo miraba.
—Lo eres porque no jugaste conmigo —espeté.
Él entrecerró sus ojos, mirándome con fingida molestia.
—Déjame recordarte que fuiste tú la que no quiso jugar conmigo —dio unos pasos, acercándose a mí—. Me temiste, Davis.
Carcajee.
—¿Yo te temí?
—Sí, lo hiciste.
—Agradece que tuve misericor... —mis palabras fueron acortadas, porque en ese momento, Michael me tomó de los pies y me colocó en su espalda, con la cabeza casi llegándole a su trasero.
Me tomó tan desprevenida que ni tiempo tuve de chillar. Mi cabello caía hacia abajo, con las puntas casi llegando al suelo.
—¿Así que misericordia? —mofó, dejándome inmóvil.
Sentí mi rostro arder por la posición en la que me encontraba.
—¡Hey! ¡Bájame! —vociferé, moviendo mis pies sin cesar. Pero Michael ignoró mis súplicas y continuó caminando por toda mi habitación. Sus risas sonaban por todo mi cuarto—. ¡Que me bajes, maldición!
—¿Sabías que los gritos tuyos alimentan las ganas por molestarte?
—¡No seas necio, Michael! —empezaba a desesperarme—. ¡Bájame!
ESTÁS LEYENDO
Tú, antes que nadie © [Completa]
Novela Juvenil✨HISTORIA PARTICIPANTE DEL CONCURSO PGP2024 ✨ Una chica introvertida enamorada del chico popular del colegio. Un chico extrovertido interesado por la chica introvertida del salón. Una chica introvertida envuelta en un triángulo amoroso entre su mejo...