Cómo son los puros

243 40 15
                                    

«Cualquiera puede mirarte. Pero muy pocas veces encuentras a alguien que ve el mismo mundo que estás viendo tú.»

JOHN GREEN

Jueves, 25 de enero de 2024

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jueves, 25 de enero de 2024

El tiempo en el palacio Orlov pasaba demasiado lento, como si cada segundo fuese una hora de aburrimiento. Así lo percibía Alek, sin nada que hacer, sin nadie con quien hablar, porque tal parecía que Sergei estaba negado a entablar una conversación más allá de lo necesario, aunque siempre estaba siguiéndolo a todas partes.

—Supongo que es más interesante seguir al Boss bossov que a mí —dijo Alek mientras caminaba por los pasillos, se dirigía al jardín del pabellón, ahí se sentía mejor. Era escoltado por tres alfas además de Sergei.

—Es un honor estar al servicio de cualquier Orlov —contestó Sergei, de forma mecánica como si hubiese ensayado eso muchas veces­—. Y es lo que mi jefe espera de mí.

—Pero estás decepcionado, te degradaron después de todo.

—No he sido degradado de ninguna manera, sigo siendo el jefe de seguridad del palacio y sigo a cargo de la protección del Boss bossov.

En ese momento apareció Yarine y pidió hablar con Sergei a solas, así que este se apartó con ella, luego de pedirle a Alek que se adelantara con los otros escoltas. Sergei era un soldado de la mafia muy capacitado, despistarlo no era una opción ni para Alek, pero los otros no representaban mayor amenaza. Debía asegurarse de que el pasaje secreto por el que podía escapar siguiese disponible para cuando llegase el momento de marcharse con la ayuda de Baran; para comprobar eso debía estar solo.

Apuró el paso dando vueltas por los pasillos, los guardias lo seguían, pero no entendían a dónde se estaba dirigiendo, solo caminaba al azar. Hasta que sus pasos fueron tan rápidos que los escoltas tuvieron que correr para no perderlo, sin embargo, en una esquina, Alek había desaparecido. El palacio estaba lleno de pasadizos secretos que pocos empleados conocían y Alek los ubicaba de memoria, suponía que Sergei también, por eso nunca se había arriesgado a intentar escabullirse cuando él lo vigilaba y siempre lo vigilaba de cerca.

Recorrió el oscuro pasaje hasta que salió a otro pasillo que intuía que estaría vacío, por fortuna, lo estaba. El salón de los ditya luny estaba cerca, en el tercer piso; tomó el ascensor para bajar un nivel y caminó poco más. La habitación que buscaba era el lugar al que solo él había tenido acceso cuando había vivido ahí, porque solo un puro tenía permitido ingresar, razón por la que nadie más sabía de su salida oculta al bosque.

No tuvo inconveniente en llegar, pero sí al tratar de abrir la puerta, estaba cerrada con llave y ese lugar nunca había sido cerrado, incluso la última vez que Alek había estado en el palacio, hace dos años, se encontraba abierto. Supuso que Ethan Orlov era el responsable de ello, ahora debía investigar cómo entrar o buscar otra manera de escapar. Pero ¿cómo hacer eso si siempre tenía ojos encima?

Querido SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora