Uvas

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«Que la unión de los hombres sea como un racimo de uvas: de la misma planta, de tacto aterciopelado y que la dulzura les hermane».

ABEL PÉREZ ROJAS

Lunes, 4 de marzo de 2024

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Lunes, 4 de marzo de 2024

A veces un sueño se realiza demasiado tarde, cuando se ha cambiado de sueño, cuando ya no importa, a veces se interpone con los nuevos sueños. A veces se realizan tan tarde que pasan a ser trivialidades, incluso cargas. Era así mismo como Selim Aslan veía a su familia, como una pesada carga que le impusieron. Tenía una bella esposa que lo amaba, un pequeño hijo hermoso y sano, y esperaba otro más.

Amaba a su familia, no tenía dudas de eso, daría hasta la vida por ellos, pero su hijo no era el pequeño de ojos dorados que nació de su soulmate, su esposa no era el amor de su vida. Esa vida no era la de sus sueños.

Ellos no podían reemplazar a Ethan Orlov.

Tanto así que no dudaba ni un segundo de que sería capaz de abandonarlo todo por él, cambiaría todo por verlo de nuevo. No le importaba nada, ni que lo tacharan de mala persona, ya se sentía como un miserable desde hacía mucho tiempo. Por ello todas las noches pedía un milagro, pedía que su camino volviese a cruzarse con el de Ethan, aunque fuese solo unos segundos, ansiaba verlo, hablar con él, abrazarlo para que no volviese a desaparecer. Sus sentimientos no se habían debilitado ni un poco en esos años sin verlo.

La horrida sensación que había experimentado al abrir los ojos, luego del rompimiento de su lazo, seguía presente, causando dolor, insomnio, pesadillas... No quedaba ni rastro del joven alfa enérgico y vanidoso que solía ser, había adelgazado demasiado, sus feromonas ya no eran tan fuertes, a veces ni su omega las percibía. Odiaba ver sus ojos en el espejo, así que había empezado a usar lentes de contacto para ocultar su color: el dorado que tanto le gustaba a Ethan. Su esposa se había cansado de preguntar sobre el pasado, sobre la razón de su tristeza, pues Selim nunca hablaba de eso.

Cada mención de los Orlov lo ponía en alerta, expectante de escuchar noticias de Ethan, aunque en dos años no había oído su nombre más que en las noticas, cuando fue nombrado líder. Estaba convencido de que sus padres tenían más información, ya que eran cercanos a la 'Ndrangheta, pero estos se negaban a hablar; su padre se molestaba demasiado cuando Selim preguntaba algo sobre la mafia rusa y ni mencionar el nombre del "niño ruso que casi había acabado con su familia", estaba prohibido. Por eso y por su estabilidad mental, los Aslan habían alejado a su hijo de la empresa, para que se dedicara a su familia y a sus estudios, que ya estaba terminando.

Sin embargo, por descuido, su padre había revelado información valiosa. Se había estado quejando de tanto trabajo y se le salió decir: «Esa maldita reunión de la élite me hace más difícil la vida. ¿No podían buscar otro país para hacer su orgía de poder y dinero?».

—¡¿La reunión de la mafia será en Altharwa?! —preguntó Selim, sin ocultar su asombro.

Beyhan quiso golpear a su esposo por su imprudencia, también se recriminó a ella misma por no haberle advertido que no tocara ese tema durante frente a Selim. Afortunadamente la omega de este no estaba en casa, sino en el trabajo; Beyhan conocía a su hijo, sabía que no podía controlarse cuando se trataba de Ethan Orlov.

Querido SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora