Por Él

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«Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama».

MIGUEL DE CERVANTES

Sábado, 3 de agosto de 2024

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Sábado, 3 de agosto de 2024

El tiempo suele ser engañoso y traicionero, cuando menos se piensa estamos mirando hacia el pasado, sin saber cómo es que hemos llegado tan lejos si hace poco todo era diferente. El tiempo no espera a nadie y los Orlov no son una excepción.

Cuatro meses se habían ido volando en un abrir y cerrar de ojos, muchas cosas habían cambiado y muchas otras se habían mantenido igual, como la relación de los hijos de la luna, cada vez más cercanos, pero nunca pasaban las barreras invisibles que ambos habían construido para no cometer una locura. Se habían convertido en grandes amigos, habían aprendido más uno del otro, concluyendo que, fuera de su apariencia física, eran bastante diferentes. Se veían casi todos los días, estaban juntos casi todo el tiempo y tanto Alek como Ethan deseaban que esos días de paz no acabaran.

Sin embargo, la paz en la vida de Ethan nunca duraba.

Esa mañana de verano, un perfecto sábado, sería el inicio del fin de esos meses tranquilos. El fin del silencio que tanto habían disfrutado.

El boss bossov de los Orlov estaba sumamente emocionado por la visita que recibiría en el palacio, si no fuese porque estaba lleno de trabajo, hubiera ido él mismo a recibir en el aeropuerto a sus invitados, mas, había tenido que conformarse con aguardarlos en la entrada del palacio. Alek observó con alegría como el rostro de Ethan se iluminaba al ver a quien bajaba de la camioneta negra.

—Yura —enunció Ethan y caminó para abrazar al joven omega que arribaba al hogar de los Orlov—. Es bueno verte bien.

Ethan no había visto a Yura desde su matrimonio, aunque había estado en contacto con él, incluso había puesto vigías infiltrados para asegurar que Yura estaría bien con su esposo. Hasta ahora no había encontrado nada que pudiese generar una sola queja hacia Kim Chang Suk, al contrario, este trataba a su esposo con mucho respeto y cariño.

—Boss bossov, soy muy feliz por estar de nuevo en su presencia —declaró Yura.

Alek no entendía por qué hablaba con tanta formalidad, si Ethan y él eran buenos amigos, pero Ethan ya se había acostumbrado, así era Yura y no podía cambiarlo aunque se lo había pedido muchas veces.

—Bienvenido a tu casa —dijo Ethan, volviendo a abrazar a Yura.

De la misma camioneta, Sergei ayudaba a bajar a Chang Suk, pues le habían colocado una capucha en la cabeza para que no viese el camino; los coreanos eran aliados, pero una sola familia en todo el mundo conocía la morada de los Orlov y esos eran los Sokolov, nadie más que ellos podrían saber la ubicación del palacio. Sergei aguardó la orden de Ethan antes de retirarle la capucha a Chang Suk.

Querido SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora