Una última mirada al sol.

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AN: 

Advertencia, tiene mucha ciencia ficción e intenté que fuera lo más digerible que pude porque tenía ideas muy locas que decidí dejar atrás, es probable que los personajes no se comporten como en el manga pero toma en cuenta que ya son adultos.

Con referencias a Planetarian, Warhammer 40k,  Una historia de misericordia, y a algunas canciones de Mili.

Escrito por:  Polyphonic Beat

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En la sombra de los cerezos en flor una figura encorvada y desconocida se acerca a un edificio abandonado, el cual parece ser un bastión donde el tiempo no pasa. A diferencia del resto del lugar, aquí la vegetación crece sin problemas y la vida es preservada, aún así, el silencio del sitio es sofocante, los restos de pavimento apenas reconocible entre la gran alfombra de pasto camuflan lo que alguna vez fue el camino que jóvenes estudiantes tomaban todos los días para cumplir sus deberes. Y que para ella, resulta una vista familiar llena de nostalgia de sus tiempos de paz. Su mano deteriorada se extiende hacia la gran placa de la entrada que anuncia con orgullo el nombre de la academia.

En este mundo donde la humanidad pereció y terminó cayendo por el peso de sus actos, es donde inicia un encuentro que será, probablemente, la última chispa de vida y misericordia habida en este planeta.

—¿Por qué este lugar está como en mis recuerdos?

En su percepción parece un engaño, una broma cruel del destino y con este sentimiento agridulce decide entrar de nuevo al edificio principal, sus puertas de cristal aún están brillantes y sus llamativos arcos rojos están incluso en mejor estado que cuando ella estudiaba aquí.

—Si él siguiera vivo, le habría encantado volver a declararse en el tejado.

Sus oxidadas rodillas dolían al subir las escaleras pero el soporte del barandal era más que suficiente apoyo para regresar a sus preciados recuerdos. Conforme ascendía, su mala vista logró ver una pequeña sombra negra moviéndose por el tejado, no obstante, sus reflejos estaban ya muy lentos como para poder seguir a detalle su actuar.

—No importa quién sea. Hasta los delincuentes más bajos no se interesarían en hacerme algo.

Con pasos pesados pero firmes continuó su camino.

Al llegar al final de las escaleras y abrir las puertas de vidrio el olor a limpiador y desinfectante le dieron la bienvenida.

Lo único que aún conservaba intacto era su oído, el cual alcanzó a escuchar unos pasos apresurados y suaves. Conforme se acercaba cada vez más, sonaba menos a una amenaza y más como una persona en apuros.

Un hombre joven, esbelto, y bien parecido de cabello negro llegó casi corriendo. Su bata blanca estaba arrugada y por el aspecto de su ropa parecía haber estado durmiendo plácidamente hasta hace un momento.

—Lamento mi descortesía, bienvenida a la academia Kamome para los humanos de oro.

—Ya he estado aquí joven. Pero cuando yo era estudiante solía ser una escuela normal que no distinguía especies.

—Hace casi un siglo que se especializó para jóvenes de oro que buscaban entrar en las distintas áreas de biología, genética y medicina.

El muchacho se acercó a la mujer y ella por fin detalló su figura. Un cuerpo fuerte y bien formado, no era demasiado robusto ni delgado, sus proporciones y belleza la hicieron sospechar; sin embargo, sus ojos negros, que no parecían orgánicos, le dieron la respuesta.

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