Lo mejor.

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Habían pasado ya algunos años desde que el cuarto misterio acató mis órdenes y se encargó de crear un mundo perfecto. Un mundo de ensueño. Un lugar donde el deseo de la persona viva más preciada para mi pudiera convertirse en una realidad; desde entonces, no había tenido el valor para si quiera preguntar por el desarrollo de esa historia en la que yo ya no tenía espacio alguno.

En mi lugar había quedado Amane Yugi, compañero de clases de Nene Yashiro. Una creación que tenía como objetivo cuidar y velar por el bienestar de Yashiro en mi ausencia.

Eso bastaría, sería suficiente saber que aunque "Hanako-kun" ya no estaría con ella para molestarla y hacerla sonreír; al menos Amane, una versión mucho más normal que el original, estaría ahí para atesorar cada momento de su vida.

O al menos ese era mi plan.

Así era como debía haber sido durante todos esos años.

Después de todo, había corrido el riesgo de ser exorcizado por el mayor de los Minamoto en cuanto se percató de las anomalías en el mundo real; pero no bastó con que me amenazara y me enfrentara usando sus mejores ataques y tácticas. Por ella, por mi preciada asistente, sería capaz de mandar al carajo la redención de mis pecados si eso le aseguraba una vida larga y feliz.

Salí del tercer cubículo del baño de chicas en el antiguo edificio y admiré la exactitud con la que Shijima había calcado el sanitario. Por un momento incluso llegué a pensar que ni siquiera había salido de mi territorio.

Deambulé por los pasillos.

Hakujoudai me ayudó a rastrear el vínculo que nos unía y, una vez el par de orbes la encontraron, sentí como mi corazón se detuvo por segunda vez en toda mi existencia.

Ahí estaba, de espalda a mí, caminaba hacia la salida de la escuela. Junto a ella una melena parecida a la mía le hacía compañía.

No niego que por un momento sentí celos de él. De quien estaba seguro que era Amane.

Observé desde mi puesto en las sombras como sus manos se entrelazaban, la manera tan natural en que Yashiro recargaba su cabeza contra el hombro de mi homólogo.

Estaba bien, de eso se trataba, ¿no?

Quise sonreír pues al menos tenía el consuelo de saber que, de haber estado vivo y haber vivido en el mismo tiempo y espacio que ella, los dos podríamos haber estado juntos, hubiéramos sido felices.

Me acerqué sigilosamente hasta donde se encontraban. Llámenme masoquista si quieren, pero quería escuchar su voz así fuera por última vez en lo que me quedara de existencia. Me preguntaba, ¿cómo sonaría mi nombre humano siendo pronunciado por esos labios que en más de una ocasión observé con anhelo y curiosidad?

—Espero que en esta ocasión no hagas que nos saquen de la función...

—Prometí que no volvería a pasar, ¿qué tipo de novio sería si no pudiera mantener una promesa?

Novios... así que esa era su relación ahora.

—Eso espero.

—¿Te parece si hoy vamos a mi casa a cenar? Mamá y papá quieren conocerte.

—¿No es muy pronto? ¡Apenas llevamos unos meses de noviazgo!

—Es lo mismo que pienso, pero desde que mi mamá se enteró, no ha dejado de insistir en querer conocerte.

—Vaya que debe ser duro para ti ser el consentido de tus padres.

—Soy hijo único, ¿qué esperabas?

¿Hijo único? Recuerdo que Tsukasa también existía en este mundo...

—Supongo que entonces no puedo negarme, pasaré primero a casa para prepararme y luego iré a cenar contigo y tu familia.

—Muy bien, te esperaré entonces, Nene.

—No tardaré mucho. Nos vemos pronto, Tsukasa-kun.

Sentí como si un balde de agua helada hubiera caído sobre mi. Juraría que incluso mi inexistente corazón se había destrozado. Me faltaba el aire a pesar de no necesitarlo y mis ojos ardían... miré al cielo brevemente y noté que estaba nublado.

¿Tsukasa?

¿Hijo único?

Tsukasa y Nene... ¿eran novios?

No, eso tenía que ser un error, los observé mientras se iban por rumbos separados.

Esto tenía que ser una broma de mal gusto del cuarto misterio. Sabía que no le caía bien; pero incluso esto era pasarse de la raya. Decidido a enfrentarla para demandar respuestas, me dispuse a retirarme. Había visto suficiente por un día.

De repente, la risa de mi yorishiro me hizo voltear. Estaba ahí, tal y como siempre, justo en el momento exacto para terminar de jugar con mi mente.

—¡Hace tanto que no te veía por acá, Amane!

—¿¡Qué hiciste, Tsukasa!?

—¿De qué hablas?

—En este mundo se suponía que los dos estaríamos vivos, ¿por qué solo estás tú?

—Ah, eso... ¿Acaso no te parece lo mejor? A final de cuentas, planeabas abandonarla en este lugar, ¿qué más daba si estabas presente o no? Tu recuerdo le dolería demasiado y podría motivarla a buscar aquello que la hiciera sentir completa... Así que te borré de sus recuerdos y también a Amane. Ahora ella cree que todos los momentos que vivió contigo y Amane, los pasó conmigo. ¿No es una buena idea? Incluso si se diera cuenta de que este mundo es ficticio, me buscaría a mí, no a ti.

—¡El trato no incluía alterar sus recuerdos y manipularla a tu antojo!

—¿Manipular? ¿Quieres que hablemos de manipulación? ¿En verdad tú, el hermano más egoísta de todos, puede regañarme por manipular a alguien?

Sin respuesta alguna solo pude clavarle la mirada. Desde siempre, mi hermano menor había disfrutado con observar las reacciones y expresiones de todos; no obstante, aseguraba que las mías eran sus favoritas... No le daría el gusto de verme tan alterado como me sentía, por lo que desvié la mirada y seguí con mi camino, a final de cuentas, si quería arreglar los destrozos de mi gemelo, tendría que discutir con la dueña del lienzo, no con él.

—Sabes, creo que luego de tanto tiempo conviviendo con ella empiezo a entender porque te gusta tanto... Se le ve muy feliz con Tsukasa, ¿en verdad planeas borrar su sonrisa? ¿Acaso no te hace feliz que tus personas más preciadas sean felices?

Detuve mi andar. Si Yashiro era feliz, entonces mi trabajo estaba completo. Había cumplido con su deseo.

¿Por qué quería que solo fuera feliz conmigo o con una versión mía "viva"? Ese era mi propio anhelo, egoísta lo sé.

Sin más, decidí irme definitivamente. Tsukasa tenía razón, ¿quién era yo para interferir en su felicidad? ¿Acaso no era lo mejor?

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora