Desde su comienzo todo esto no fue más que un espiral que a veces la hacía elevarse hasta el punto más alto del cosmos y luego descender hasta el abrasador núcleo terrestre.
Ella lo sabía.
Probablemente desde antes de haber iniciado con aquello, sabía sobre lo que le aguardaba en cuanto quiso sumergirse en las profundidades del lado oscuro de su alma.
Aquel lado que la arrullaba y guiaba a sueños sobre fantasías sacadas de sus mangas favoritos, el que le provocaba pensamientos perversos sobre orgullo y vanidad, el que alimentaba su ego en cada encuentro con su fiel devoto, el que sabía perfectamente bien de lo que era capaz por ella. Su adorado chico de mirada lunar.
.
.
.
Si esta historia tuviera un prefacio, este iniciaría con aquel primer caótico encuentro dentro del baño de mujeres del viejo edificio en su bachillerato.
Un encuentro inesperado en su primer día de escuela. Inesperado y probablemente destinado a ocurrir.
¿De qué otra manera podría haber explicado el leve sonrojo que le provocó el simple roce de sus manos cuando la ayudó a levantarse luego de haber resbalado con un charco de agua jabonosa?
El tiempo pasó y al igual que en cualquier otra historia de romance cliché, los roces inconscientes, las miradas de complicidad, las sonrisas sinceras, el sonrojo involuntario así como las primeras salidas, no se hicieron esperar.
Probablemente se llevaría a la tumba el recuerdo del calor de su mano entrelazada a la suya mientras caminaban a la sala de cine, la intimidad otorgada por la oscuridad que la hacía estar mucho más atenta a la silueta de su perfil, o incluso la mentira que tuvo que soltar cuando le preguntó si le había gustado la función.
"Sí," había sido su respuesta. Aunque se refería a algo más que la había atolondrado.
Podría decir que después de eso las cosas cambiaron en más de un sentido. Algunas desaparecieron y muchas otras surgieron.
Era como si a partir de aquella primera "cita", cómo en ese momento le había gustado nombrarla, hubiera marcado un antes y un después en su relación con el chico de cabellera oscura a quien consideraba su amigo.
Los roces, las miradas, las sonrisas, el sonrojo y más salidas seguían ahí; aunque las sensaciones eran mucho más intensas. Era un frenesí de éxtasis que en ocasiones la hacía sentir al límite de la cordura y que en otras llenaban los recovecos de su rota alma de enamoradiza empedernida.
Hasta que por fin un viernes por la tarde, cuál romance shoujo, aquel a quien había bautizado en su mente como su "caballero de brillante armadura", la había citado bajo el cerezo aledaño al club de jardinería y declaró entre tartamudeos y miradas esquivas su más profundo sentir.
Mentiría si dijera que no le había conmovido verlo así, tan vulnerable y ansioso mientras esperaba su respuesta. Sabedora de que ahora tenía su corazón en sus manos le hubiera resultado tan sencillo, y tal vez un poco gratificante, destrozarlo con un sólo monosílabo pero sería como si ella misma se engañara, pues en su pecho el sentimiento recíproco a la declaración le exigía liberación y así sucedió, sellando su promesa de amor eterno con un inocente beso y el sol del ocaso decorando su alrededor.
.
.
.
Pasaron años, tan solo un par, antes de que una discusión los llevara a separarse momentáneamente y eso bastó como para que la protagonista de esta historia terminara compartiendo más que un par de besos en un sucio baño de club nocturno con un total desconocido; lo peor de todo, era que lo había disfrutado.

ESTÁS LEYENDO
One-shots
FanfictionCreo que el título habla por sí mismo, ¿no? *La obra original JSHK/TBHK pertenece a Aida/Iro*