Treinta

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—Detente...—HoSeok jadeo del dolor cuando el agarre se apretó alrededor de su brazo.—¡DÉJAME IR, MALDICIÓN!

SeokJin se detuvo de manera abrupta y giró su cabeza para mirar a HoSeok quien tenía su ceño fruncido y sus ojos llenos de lágrimas mientras trataba de apartarse del agarre. El rey lo miró con atención y luego continuó subiendo las escaleras a pesar de los gritos de HoSeok para que lo liberara.

—Te lo di todo.—Murmuró SeokJin mientras caminaba.—Te di riqueza, cariño, poder y a un hijo... pero aún así.—Se detuvo frente una enorme puerta de madera, la abrió y arrojó a HoSeok al suelo cerrando la puerta tras él.—Te atreviste... ¡a engañarme!—Sin chistar, pateó con fuerza sobre el estómago de HoSeok causando un grito por parte de este mientras trataba de cubrirse.

—¡NO!—Gritó HoSeok cuando una segunda patada fue a dar nuevamente a su estómago.

SeokJin se colocó de cuclillas y tomó unos mechones del cabello rojizo para hacer que su vista se encontrara con la de HoSeok quien lloraba sin parar, SeokJin suspiró y luego acarició la mejilla del menor.—Estaremos bien.—Susurró con dulzura.—Sacaré a la porquería que ahora debes tener en el vientre y volveremos desde el inicio.

HoSeok abrió en grande sus ojos y un sollozo fuerte salió desde su garganta.—Ya basta...—Susurró.—Detén esta locura.

SeokJin se mantuvo serio y luego suspiró, caminó por la habitación y abrió las puertas que daban hacia el balcón, miró desde lo más alto del palacio, habían caballeros del reino Neraia y de su reino luchando en los jardines, los gritos de horror por parte de los sirvientes se escuchaban desde donde él estaba.

HoSeok tosió y miró la sangre sobre el suelo, el horror lo invadió, comenzó a llorar y gritar con fuerza.—¡MI HIJO!—Gritó entre sollozos.

SeokJin parpadeó y se giró para caminar con tranquilidad hacia HoSeok mientras este escupía sangre sin parar de llorar, el rey alzó en sus brazos a su esposo quien parecía demasiado afectado por lo que sucedía, lo llevó hacia uno de los sofás dentro de la habitación y se sentó dejando al pelirrojo sobre su regazo.

—¿Lo ves? comenzaremos de nuevo, cuando todo este alboroto termine no habrá más secretos entre nosotros... seremos felices amándonos.

HoSeok sollozó y se dejó envolver por el abrazo del rey.—Mi hijo...—Balbuceo llorando.—Mi bebé...

SeokJin suspiró y dejó un beso sobre la frente de HoSeok.—Te daré otro... te daré muchos más hijos, amor mío.

HoSeok tembló en su lugar y luego su mirada se encontró con la de SeokJin quien parecía regocijarse por lo que había hecho, sus puños se apretaron sobre la camisa del rey, se alejó rápidamente de SeokJin cayendo sobre el suelo, la adrenalina invadió su cuerpo y con ello el cansancio. Volvió a llorar por impotencia, porque sabía que nuevamente se quedaría dormido y que no despertaría hasta que el alboroto terminara y seguramente todo seguiría igual.

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