HoSeok es el sirviente real del príncipe TaeHyung, uno muy particular.
«La desgracia de un ser que desprendía inocencia, la humanidad jamás estará lista para enfrentar la pureza»
➤ ʜᴏsᴇᴏᴋ ʙᴏᴛᴛᴏᴍ
⊗PROHIBIDA LA COPIA DE ESTA OBRA. ASÍ MISMO NO AUTOR...
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—SeokJin, no, suéltame.
NamJoon tomó a SeokJin por lo hombros y lo alejó de su cuerpo, este lo miró con asombro, extrañado. El mayor lo había llevado hacia una de las habitaciones vacías con la intención de hacerle el amor como todos los días, pero NamJoon ni siquiera había correspondido a sus besos o caricias desde el momento en que llegaron.
—¿De qué hablas, Nam? ¿Estás nervioso por la boda?
NamJoon no lo miraba a los ojos, manteniendo su vista hacia abajo.—No podemos hacer esto de nuevo.
SeokJin frunció el ceño.—No comprendo.
El menor tomó una larga respiración.—Yo... me voy a casar, SeokJin.
—Lo sé, estoy trabajando en ello para impedirlo.
—No puedes.—El menor conectó su mirada con la de su hermano.—No puedes evitar esto, SeokJin. Quizás es lo mejor para ambos.
—No... no, cariño, lo arreglaré, lo prometo.—Acercó a NamJoon a su pecho, apretandolo con desesperación.—Estaremos juntos. No importa qué tanto deberé hacer, arreglaré esto.
NamJoon se alejó del tacto y sonrió con tristeza, colocando sus manos sobre las mejillas ajenas, acariciando lentamente.—Te amo, SeokJin. Pero esto es imposible.
SeokJin negó con la cabeza, apretando su agarre sobre la cintura del menor lo cual le hizo gemir de dolor.
—Me estás lastimando, SeokJin.—Se quejó NamJoon. Intentando apartarse del tacto de su hermano.
—Arreglaré esto, NamJoonie, pero no me dejes. Quédate conmigo siempre.
NamJoon tragó saliva y negó.—Suéltame.
—Eres mío, maldición.
SeokJin lanzó a NamJoon sobre la cama, colocándose enseguida sobre él y haciendo a este asustarse.
—¡SeokJin, no!—NamJoon sintió sus ojos llorosos.—¡Piensa en lo que estás haciendo!
—Estoy reclamando lo que siempre fue mío. Eres mío, NamJoonie, solo mío. Y ni un estúpido tratado podrá separarme de ti.
NamJoon sintió las manos del príncipe dentro de su pantalón, acariciando su extensión sin pudor y haciéndolo llorar con desesperación, empujando los hombros de SeokJin para apartarlo de su cuerpo hasta que la puerta fue abierta bruscamente.
Ambos se giraron de inmediato hacia la sirvienta que miraba la escena horrorizada, colocó sus manos sobre su boca dejando caer las limpias sábanas blancas al suelo. Hizo una rápida reverencia y salió corriendo del lugar.
