Capítulo 4|| "Juguemos mientras la luz siga encendida"

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Las clases comenzaron de la mejor manera. La gente no estaba triste y deprimida por lo sucedido la semana anterior. Y eso era porque no les importaba en lo más mínimo.

La escuela de Daphne: Diamond High, se caracterizaba por tener a los jóvenes más arrogantes y egocéntricos de todo Eldrid. Claro, que ellos no se consideraban así. Solo se creían los mejores, porque para ellos, lo eran.

El instituto era un lugar asombroso. Donde los estudiantes tenían todo para potenciar sus habilidades. Daphne, se encargaba de cumplir con esa parte del trabajo. Le encantaba hacer de todo, y siempre recibía las mejores calificaciones.

Llegó a la escuela como toda una reina. Como habituaba. El uniforme de las Zafiros se entallaba a su cuerpo y todos la miraban pasar, no por nada era la más bella de la escuela. Sus amigas, Piper y Maya la seguían a sus costados, buscando acaparar algo de atención, cosa que era imposible.

Siempre al llegar, acostumbraban dirigirse con los chicos de los Cuervos Dorados, porque Tyler se encontraba allí. Pero no fue lo que hicieron, porque todos sabían lo que había pasado entre ellos y aunque la rubia quería regresar a sus brazos, frente a los ojos de todos, ella no daba segundas oportunidades.

—¿Saben con quien jugaremos?—preguntó Maya, mientras se acercaban a los casilleros.

—¿Contra EES?—dudó Daphne, esa escuela era su principal contrincante y más fielmente declarado enemigo.

—Eso parece—comentó Piper—pero dicen que tuvieron un par de bajas. Podemos hasta dormidos, contra ellos.

Era verdad, su nivel era mucho más alto del de la otra escuela. No debían disimularlo, todos lo sabían.

—No importa, igual debemos prepararnos. El partido es mañana y aún no se cuando  es la competencia. Pero es mejor practicar.

—Estoy de acuerdo.

—¿Qué haremos con Shelby?—preguntó Maya y Daphne tragó seco.

—Un remplazo es lo mejor.

—Esa chica de tercero es buena—comentó Piper, mientras abría una barrita de cereal.—Podríamos llamarla para que de las pruebas.

—Si...no está a nuestra altura—opinó Daphne.—Pero de todas formas debemos publicar para que quien quiera haga las pruebas. Será lo mejor.

—Yo puedo hacer los panfletos—se ofreció Piper—Descubrí una nueva app que está genial.

Mientras Daphne acomodaba unas cosas dentro de su casillero, Gunner, el mariscal de campo junto a Viper y Ake se acercaron a ellas. Eran amigos pero más que nada por compartir la popularidad y formar parte del equipo.

—¿Qué cuentan bellezas?—preguntó Gunner, llevaba su cabello rubio todo desordenado y unas gafas oscuras mientras rodeaba por los hombros a Piper.

—¿Por qué llevas gafas? Recién es el primer día de clases.

—Puede que ayer haya tomado un poco de más y la resaca me está matando.—dijo, con una sonrisa.—D, no te preocupes que le dijimos a Ty que se mantenga lejos.

Ella sonrió ante eso y se volteó a verlos, luego de cerrar su casillero.

—No te preocupes Gun, yo tengo todo controlado.

Eso obviamente no era verdad. Miró hacia donde Tyler se encontraba, parecía realmente triste y desilusionado, pero no quiso quedarse mirándole, así que volvió a los chicos, que ahora hablaban de la fiesta después del partido.

—Puedo poner casa—dijo Ake, era el más predispuesto para esas cosas, siempre tenía el espíritu fiestero.

—Viper, tú búscate las bebidas y antes del partido las llevamos.

MADNESS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora