Capítulo 22|| ''Más extraños que ya no son extraños''

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Una oficina toda blanca donde solamente una silla de color rojo resaltaba era donde conocerían al jefe. Quien no estaba enterado de la nueva incorporación del equipo 22.

—¿Entonces se encargaron de todo lo establecido?—preguntó el susodicho: era un señor muy flaco, lucia como un palo de escoba y vestía un traje blanco en composé con todo, su cabello estaba deteriorado por su edad y tenia unas canas grisáceas. Sus rasgos eran de un anciano, pero parecía tener mucha vitalidad.

—Así es, todas las misiones fueron completadas. Hubo algunos altercados, pero los solucionamos—Hades habló, se encontraba a un paso delante de todos los demás.

—Excelente, ya tengo la nueva lista de tareas restantes.

Se podía escuchar el sonido del encendedor de Flama cada vez que abría y cerraba la tapita. Daphne estaba nerviosa.

—Algo que me interesaría saber es porqué toman decisiones sin mi permiso—soltó el flacucho como si estuviera pensando en voz alta—Quisiera hablar con la nueva incorporación al equipo maravilla.

Daphne buscó ayuda en Cruella, pero no la recibió. Así que no tuvo otra opción que dar un paso al frente, Hades suspiró y tiró la cabeza hacia atrás.

­—No es necesario, yo la recluté—comentó el chico de cabello platinado.

—No eres quien para hacer eso, ahora déjame hablar con la chica.

Hades dio un paso atrás con las manos levantadas. Daphne carraspeó y esperó a que el señor dijera algo.

—¿Cuántos años tienes?—le preguntó

—Diecisiete

—¿Y ya tienes tu elemento?

—Así es.

—¿Te crees capaz de estar al nivel de nuestra organización?

Daphne se encogió de hombros, no sabía demasiado sobre esa ''organización'' solo lo que le habían comentado aquella vez que conoció al grupo oficialmente.

—Es muy buena—intervino Flama—la hemos visto y tranquilamente podría reemplazar a Bomba. —soltó y Daphne frunció el ceño al volver a oír aquel nombre, además de la contradicción del chico.

—Nadie reemplazara a nadie—murmuró Hades desde su lugar

—No creo que la organización necesite a otra chica como Bomba, y se los digo yo que fui su amiga—comentó Cruella—Para mi deberíamos mandarla a volar.

Daphne cerró los ojos un momento.

—Luces como una chica que puede aceptar órdenes, así que por ahora estarás adentro. Nos vendría bien más personal, siempre y cuando sepan guardar unos cuantos secretos—habló el jefe con tono serio y neutral—No me importa la opinión de los demás, igualmente deberé comprobarlo con mis propios ojos y tal vez negociaremos un trato más adelante—murmuró—Ya pueden irse.

Nadie rechistó ante esa orden y salieron de aquel lugar. Daphne pensó en la parte de saber guardar secretos, Piper conocía la verdad. No toda, pero la mayoría y ¿qué sucedería si alguien se entera de eso? ¿terminaría herida?

—Ven Daphne, te presentaremos a nuestros amigos—Flama la tomó del brazo y comenzó a arrastrarla escaleras abajo.

Notó que ninguno de sus nuevos compañeros le dio mucha importancia a la charla que acababan de tener con el líder de todo, la chica rubia no le dio importancia porque era algo que se estaba volviendo rutinario.

[...]

Luego de recorrer todo el patio delantero en busca de alguien que Flama reconociera y saludando a otros pares llegaron hasta una chica un poco rellenita que pegaba puñetazos a un árbol. Levaba un tatuaje de huesos en la espalda baja que dejaba ver al usar un top. Su cabello estaba trenzado a ambos lados de su cara y era blanco como la nieve, con una sola mecha roja a un costado.

MADNESS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora