Daphne estaba saliendo de la escuela cuando vio a Flama.
El chico, llevaba unas gafas oscuras y descansaba su espalda en un coche, jugando con su mechero. Sus compañeras, que también salían lo miraban hipnotizadas, como si quisieran saltar sobre él.
El muchacho era muy guapo, a decir verdad. Y su estilo también. Daphne sintió esa atracción, igual que esa noche en la que conoció a Hades.
El miedo de que se haya enterado de que compartió su secreto la paralizó en su lugar, pero para no causar sospechas se acercó lentamente a él. No podía distinguir qué pasaba por su cabeza, pero estaba demasiado serio.
—¿Qué haces aquí?—le preguntó ella, parándose a una distancia aceptable. Cruzó sus brazos sobre su torso y eso hizo que el joven se focalizara en sus pechos, ya que no llevaba el atuendo de porrista.
—Vengo a buscarte. Hay que arreglar las cosas, sucederá hoy.—soltó Flama haciendo referencia a la misión, señalando el coche—Sube.
—¿Hoy? Pero no se que hacer, debieron avisarme antes.—comentó ella, entrando un poco en pánico.
—Es lo que vamos a hacer .Venga, no tenemos mucho tiempo—respondió, subiendo al coche.
Daphne suspiró y caminó hacia la puerta del copiloto. Sabía que estaba llamando la atención de sus compañeros, porque la mayoría no disimulaba su mirada. Encontró entre todos los rostros el de Piper, quien le hizo una seña, Daphne solo respondió con un leve asentimiento antes de subirse al auto.
Flama conducía muy rápido y escuchaba música muy alta. Daphne debía sostenerse del asiento para no salir volando.
—¿Hacia donde nos dirigimos?—le preguntó, una vez que llegaron a una luz roja. Consideró escaparse y salir corriendo, pero nuevamente la curiosidad fue mayor que ella.
—Debo enseñarte a usar un elemento.—respondió él, repiqueteando sus dedos sobre el volante, siguiendo el ritmo de la música.
—¿Un elemento?
—Todos tenemos uno—comentó Flama, retomando el camino—El mío, es el fuego.
—Algo que se me hizo muy difícil de asimilar—comentó ella, como una broma. Flama sonrió y se quitó sus lentes.—¿El de Cruella es matar animales?—preguntó uniendo puntos.
—Algo así. Suele encubrir los restos humanos con restos de animales para que no sigan el rastro. Es muy extraño la verdad, aunque sirve.—explicó.
Durante las últimas semanas, Daphne estuvo practicando su cara de "seriedad" para no enloquecer con cualquier cosa que le dijeran. Y aunque esto le parecía una completa locura, no lo demostró.
—¿No preguntarás por Hades?—Flama murmuró, mirándola de reojo mientras giraba por una calle y estacionaba el auto.—Presiento una muy buena relación entre ustedes—continuó mientras bajaban.
—No hay relación. Y tal vez no me interese su elemento.
Flama rio—Me gusta esa manía tuya por fingir que no te mueres de curiosidad.
¿Qué mania? Solo hablamos de pizza y poco más.
Estaban caminando por un sendero hacia una pequeña cabaña cerca de un lago. No estaban tan lejos del centro del pueblo, pero si era un lugar donde no mucha gente asistía, menos durante la semana.
—Pues para saciar tu curiosidad—el chico continúo, rodeando la cabaña—Hades utiliza su mente. Es un elemento más peligroso que todo lo demás, porque los resultados son impredecibles. Nunca nos dijo exactamente lo que hace, pero siempre lo resuelve.
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MADNESS ©
Teen FictionEldrid es un pueblo pequeño y todos se conocen entre todos. Entonces ¿porque Daphne nunca escuchó de la llegada de el chico misterioso que conoció una noche lluviosa? Y ¿porque su llegada cambiaría el rumbo de su vida? Diseño de portada por Julijo...