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Violeta
Hace una semana fue el incidente de Nam con Kook, no hay que negarlo, Jeon tiene serios problemas de ira y celos.
También hace una semana papá se fue de nuestras vidas para siempre, para nunca más volver.
El dolor seguía intacto, me toca asumir el papel de la fuerte, pero por dentro estoy derrumbándome
Lo extraño demasiado, extraño verlo en la sala, sentado en su sillón, leyendo el diario Nuestras conversaciones y sus pequeñas discusiones, las charlas a la hora de cenar, extraño todo, duelen los recuerdos.
Mamá no sale en ningún momento de la habitación, mi hermana Sha-Yeon se quedó por un tiempo, mamá y ella son muy unidas, su presencia ayuda muchísimo.
Hoy iré a llevarle rosas a papá, es un poco extraño para mí hacer esto, nunca había fallecido alguien cercanos a nosotros
Cuando salí de casa, Nam iba llegando.
Me dio mucha felicidad verlo, sin medir palabras nos abrazamos por un tiempo.
—Perdón, lo siento mucho Quise venir el día del funeral, pero aún estaba en la clínica.
—Lo sé, no te preocupes, estoy feliz de verte, te echo de menos.
—No sabes cómo lamento lo de tu padre, lo quise mucho.
—Él a ti
—Me cayó como balde de agua fría la noticia, mamá no quería decirme.
—Me alegra que estés bien, voy al cementerio. ¿Quieres acompañarme?
—Está bien, lo necesito
Llegamos al cementerio, es doloroso ir a ese lugar, hace doce diez días lo había abrazado, ahora está en este sitio inerte, convertido en recuerdo.
Llore, Nam también lloro, apreciaba a papá, lo veía como a un padre. Les gustaban las matemáticas, tenían una gran afinidad en ese aspecto.
Después fuimos almorzar, necesitaba esa salida, necesitaba escapar por un momento del dolor que se respira en casa.
—Qué rara te ves, tu mirada no tiene brillo.
—La invade el dolor y la tristeza.
Le toma la mano— Perdón por lo que dije en el hospital, la rabia me ganó. Me has hecho falta. Seguiré siendo paciente, violeta, seguiré esperando que me notes.
—No hablemos del asunto, sabes que te quiero, no es difícil amarte como hombre, pero estoy con él.
