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Violeta
Al día siguiente, me dieron de alta. Casi un mes en el hospital, no he podido llorar o sacar el dolor; los tranquilizantes me lo impedían. Junto con mamá volvimos a nuestra antigua casa, mientras está en Seúl. Volver a ella es traer aquellos recuerdos dolorosos, saber que papá fue colgado en esa oficina. Fui a mi habitación; me senté en el balcón; fije la mirada en las estrellas , añorando a mis muertos y aquel hermoso sueño que tuve con papá, rompí en llanto. Lloré con dolor, ira e impotencia. Recordar las injusticias, saber que ese infeliz estaba libre, como si nada, saber que en mi vida todo cambió; nada volverá a ser igual. Estaba motivada por ganas de desquitarme; quería tener a ese maldito infeliz enfrente. En mi mente maquinaba las formas de cómo acabar con él. Odio lo que me ha tocado vivir en estos últimos años, no puedo rescatar nada bueno, no tengo una enseñanza, una moraleja, todo es injusticia. ¿Qué lección puede quedarme, cuando otros jugaron con mi destino y acabaron con la vida de mi padre y el hombre que amo? Sí, aún lo amo, se fue, pero su amor se quedó conmigo. Duele saber que no lo veré más. Ni siquiera tuve la oportunidad de darle un último adiós. Te amo, August. Estés donde estés, te amo con todas las fuerzas de mi ser. Me hubieses llevado contigo, no le encuentro sentido a la vida, no quiero nada. Lo que he amado me quitaron; lo que más duele es que me lo arrebató la misma persona. Al tiempo, también te quito lo que tenías, incluyendo tu vida. Te amo, mi amor, nunca voy a olvidarte. Te llevo en mi corazón, en mi ser. . . .
Al día siguiente, recibí la visita de Jini y Ho-seok.
—Espero escuchar buenas noticias, aunque sus caras digan otra cosa.
Jini respira profundo. — Se acabó todo, Violeta. Pasó justamente lo que temíamos.
—Ese infeliz se salió con la suya, no pasará nada con él, si cae, caerán otras personas, al parecer es gente de peso.
—La justicia es una mierda; únicamente se aplica para el que no puede defenderse.
Violeta llora con rabia ante lo dicho. —¿Entonces la muerte de mi padre quedará impune? ¿La muerte de August? ¿Sus vienes? ¿La muerte de tu hermana? ¿ ¿De tu madre, Ho-seok? Lo que me hizo ese maldito de Namjoon, matar a August, de paso a mí. De milagro estoy viva. ¿Quedo impune? ¿Lo que hacen con esas niñas, la prostitución y la trata de blancas que hay en ese club? Camina de un lado a otro, tira lo que hay a su paso. — Malditos, malditos, los odio. Voy a hacer que me las paguen, aunque me toque venderle el alma al diablo; voy a hacer que esos infelices paguen, aunque se me vaya la vida intentándolo. —Se desploma en el suelo. Jini y Hoseok la abrazan.
—Haremos lo mismo, vamos a hacer justicia por nuestra cuenta.
Es hora de acabar con esa familia de mierda, así como acabaron con la nuestra.
Le jure a mi madre antes de morir, que voy a vengar a mi hermana, aunque se me vaya la vida.
Es hora de acabar con esa rata de Kim Hyunwo.
. . .
Un mes después…
Violeta
La rabia, la impotencia y sed de venganza empezaron a consumirme; la violeta que fui se desvaneció. Me he vuelto oscura, fría. Paso el tiempo encerrada en mi habitación, maquinando una y otra vez la manera en la que mataré a esos dos infelices, aunque mi odio estaba inclinado hacia ese maldito cerdo de Kim Hyunwo. Todos los días Jimin, Kook y Taehyung frecuentan mi casa, pero no quiero ver a nadie, tampoco a Jini y Hoseok. No quiero salir de mi oscuridad; ni siquiera he ido a la tumba de August; me niego que esté muerto. Llevo un mes en esto, no como casi; lloro mucho, estoy llena de rabia y dolor.
Decidí ir al cementerio, a enfrentar mi realidad, leer aquel nombre en una placa, a convencerme de que no está.
Después de un mes encerrada, tuve el valor de salir. —Por fin sales de esa habitación, hija —la repara— ¿Qué haces así vestida? No te gusta ese tipo de ropa, mucho menos oscura.
—De ahora en adelante cambiaré muchas cosas en mí, no soy la misma, mamá.
—Es triste escucharte hablar de esa manera. También me ha tocado vivir el dolor de perder a tu padre, lidiar con lo sucedido, cuando fusite a la fuerza a ese lugar… Nunca e perdido mi esencia; no me deje llevar por el odio o el dolor; incluso llegue a perdonar y querer a August.
Te enamoraste de un hombre con un pasado oscuro; aunque estaba trabajando en él, por ser mejor, era un hombre con enemigos. Sabías que en cualquier momento podía suceder.
La madre de Violeta y su familia no saben que su esposo fue asesinado; mucho menos, quién es August y su procedencia. Que Kim Hyunwo es el autor de sus desgracias. Cree que la muerte de August está ligada a problemas personales debido a sus negocios.
Violeta la toma por los hombros. —No estás preparada para escuchar cosas, mamá, es mejor que no las sepas por tu salud mental. Por tal motivo no puedo actuar igual que tú. He visto, escuchado y vivido la crueldad e indolencia, perdí a papá, perdí al hombre que amo; es injusto, la vida es injusta.
—Mañana regresaremos a Pekín.
—Vete sola, tengo cosas que hacer.
—No voy a irme sin ti.
—Hazlo mamá, vete, no me iré. De ahora en adelante estaré en frente de los negocios de August.
Nos vemos después, voy al cementerio.
Violeta
Tengo miedo de ir a ese lugar, miedo de leer lo prescrito en aquella lapida; no estoy lista, pero es el primer paso para empezar a hacerle justicia a todos. En el momento que Violeta sale de casa, Jungkook llega en su motocicleta. —¡Por fin puedo verte —Ríe— Un mes después!
—Hola, Kook.
—Venía dispuesto a sacarte de esa habitación —señala la motocicleta—. Mira la que saqué del garaje; después de casi cuatro años, estás vestida a conveniencia para invitarte a dar una vuelta; así recordamos viejos tiempos.
Baja la cabeza: —Voy al cementerio.
—Si quieres te llevo, más tarde vamos a dar la vuelta.
Lo piensa por un momento. — Está bien.
Le pone el casco —como en los viejos tiempos.
—Nada es como en los viejos tiempos.
Jeon
Yo sí empecé a sentirme como en los viejos tiempos. La llevaba aferrada a mi cintura, sintiendo la calidez de su cuerpo, con la cabeza recostada a mi espalda. Iba lento disfrutando su abrazo. Violeta
Es extraño; cuando hacía esto con Jeon lo disfrutaba. Amaba ir abrazada a él, sintiendo el aroma de su perfume ondeando por el viento. Pero esta vez no sentía nada. No siento la mínima emoción al estar en esta posición.
A mi mente empezó a llegar la imagen de August; me llené de sentimientos, empecé a llorar. Llegamos al cementerio.
—Quiero hacerlo sola, espérame aquí.
—Está bien
Violeta
Iba a paso lento; primero, llegué a la tumba de papá. Acaricia la lapida—Hola papá—Llora— Sé lo que en realidad sucedió. Necesito pedirte perdón por odiarte, por decir cosas guiadas por la ira. No merecías esto, no merecías que otros terminaran con tu vida y hacernos dudar del gran ser humano que eras. Te pido perdón, juro que voy a hacer que esos infelices paguen.
Te amo, papa, lo eras todo en mi vida; no voy a descansar, voy a hacerte justicia.
Después de un tiempo fui a la tumba de August. Antes llené mis pulmones de aire; estaba en medio de sus padres; había una fotografía en donde están los tres.
Mi corazón se lleno de un profundo sentimiento, empecé a llorar con amargura, no soporto la idea, saber que su existencia quedo resumida a cenizas. —Mi amor, perdóname por no venir antes, aún no acepto que no estés. Duele haberte perdido de esa manera. Duele que no se les haga justicia y tu sacrificio sea en vano.
Te amo, amo nuestros recuerdos, amo lo vivido a tu lado. Muero por volver a sentirte, por perderme entre tus brazos, besarte, sentir tu aliento—Rompe en llanto—Es injusto, juro que no quedará impune.
Los responsables pagarán las lágrimas que hemos derramado.
Te extraño, todos los días te echo de menos. Sé que no descansarán en paz, hasta que esos dos miserables paguen. Prometo que te haré justicia; les voy a hacer lo mismo que hicieron con nosotros.
Su celular suena, es un número desconocido; duda en contestar.
—Hola
《¡Hasta que por fin sales de tu oscuro agujero, en donde te escondes como una rata!》
Violeta se paraliza, es Namjoon. —Maldito infeliz, ¿cómo conseguiste mi número, desgraciado?
《Una pequeña muestra del poder que tenemos. Basta una llamada y tengo tus datos. Ya le fuiste a llorar a tu difunto novio, mientras el cabrón de Jungkook espera afuera.》
Violeta mira a todos lados—Maldito desgraciado, eres una rata asquerosa; tú y tu papá son unas escorias; me las van a pagar.
《¿Cómo vamos a pagarte? Antes que nos pongas un dedo encima, te he volado los sesos y está vez no voy a fallar.
—Antes que me vueles los sesos, me aseguraré dejarte sin pito; esta vez tampoco voy a fallar —ríe. — Hablando de pitos castrados. ¿Aun te sirve el pedazo de carne que te deje en medio de las piernas.? Dime que te funciona.
《Maldita perra, hija de puta. El día que te tenga en frente vas a comprobarlo.》
—Eres una basura, un ser despreciable, igual que el cerdo de tu padre. Escucha bien, Kim Namjoon. Voy a destruir todo lo que son, lo que tienen, voy a hacer que derrames lágrimas de sangre, igual que ese viejo miserable.
Vas a rogarme piedad.
《Ríe —Por simple curiosidad, me gustaría saber cómo lo harás; ni siquiera tienes en donde caer muerta.
—¿Estás seguro? Te recuerdo que era la mujer de un mafioso, un hombre con mucho dinero y poder.
Te recomiendo que te sientas con tu papito y le preguntes quién era August Dipont. O mejor, pregúntale quién es Min Yoon-Gi y su familia, lo que hizo con ellos.
¿Pensaste que simplemente era el lavaperro de tu distinguida familia? Cuenta tus días; dile al cerdo asqueroso que voy por su cabeza y por el resto de pito que te quedó entre las piernas.
Con ésto inicio mi declaración de guerra. Si la justicia se las pela, las ganas que tengo de desquitárme me las está pelando.
《Qué miedo, eres patética》 Lo único que sabes hacer es quitarte la ropa sobre el tubo, como la zorra que eres. 》
—Quiero que me digas el día que te tenga en frente con una pistola en la cabeza. Voy a hacer que orines los pantalones —ríe. — No sé cómo vas a orinarlos si el pito no te sirve.
Voy a hacer que me ruegues pidiendo piedad, pedazo de mierda insignificante.
《Perra》
—Era buena, Kim Namjoon, no era perfecta, pero traté de hacer las cosas bien.
Mi familia no merecía lo que nos hicieron, pero ustedes merecen de sobra los males que se les aproximan.
