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Jeon
Fue una noche larga y silenciosa… Dolía verla por segunda vez en ese estado, sumida en dolor. Un día fue su padre; esta vez es el hombre que logró robar su corazón. Estaba entre muchos sentimientos; hace tres años la situación era diferente; la abrazaba, se sentía distinto. Ahora no sabía qué hacer; la observaba mientras estaba bajo el efecto de los tranquilizantes; tenía la mirada perdida y la respiración agitada; trataba de sacar las lágrimas. Empecé a sentirme en el lugar equivocado, empecé a sentir que no encajó, empecé a sentir que ya no hago parte de su vida. Decidí salir de la habitación en silencio, pero me llamó tocando las palmas.
—Pensé que estabas dormida.
Violeta escribe: —Gracias por estar conmigo. Te quiero mucho.
Jeon besa su mano. —Puedes contar conmigo siempre. Te amo, Violeta, vuelvo después.
Se marcha
Afuera están Taehyung y Jimin.
—¿Cuándo vas a comprar un celular para que esa bruja deje llamarme?
—¿Qué piensas hacer, Kook? ¿Vas a llevar una doble vida? ¿Crees que Yun-Geom merezca esto? Define; vas a tener un hijo.
—¿Y tienes que restregármelo en la cara todo el tiempo? Parece que te diera satisfacción recordármelo, Taehyung. Crees que no lo sé; para mí no es fácil. Hace tres años nada ha sido fácil.
La mujer que está en esa habitación lo era todo para mí. Me iba a casar con ella. No es fácil lo que me ha tocado vivir—llora—Ahora que volvió soy quien tengo que alejarme. Hice promesas; voy a tener un hijo, ¿crees que no lo sé? También me equivoqué, tomé decisiones, no hay vuelta atrás; solamente quiero estar con ella mientras puedo, mientras se recupera.
Soy consciente que tengo que irme de su vida para siempre. . . .
Mientras tanto,
Jini y Hoseok se reúnen con sus superiores. Con pruebas en manos, pero muy precavidos, le muestran las evidencias. El general revisa las carpetas —¿Ustedes tienen idea con quien están metiéndose?
—Sí, señor, pero como puede ver, las evidencias son claras. Aparte, tenemos la declaración de ese hombre, en donde confiesa que el autor intelectual de la muerte de Lee Chow es Kim Hyunwo.
—No vamos a inculpar a una persona como ese hombre, que tiene el poder y el dinero para comprar cualquier conciencia, basados en mentiras e inventos. Fueron seis años de nuestras vidas recolectando esas pruebas.
Min Yoon-Gi fue llevado personalmente por Kim Hyunwo a ese orfanato.
—Fui llevado personalmente por él. Mi madre apareció muerta. Fue amante y secretaria de Kim Hyunwo.
—No les bastó con asesinar a Lee Chow; también secuestraron a su hija haciéndole creer que su padre tenía deudas con un mafioso.
—Díganos algo, no se miren las caras, ahí están las evidencias, fotos, reportes de diarios.
—La mujer que inició este trabajo era una religiosa, una de las monjas del orfanato, mi hermana, quien murió en circunstancias desconocidas, después de confrontar a la madre superiora. Esta recibía beneficios de Kim Hyunwo por mantener en secreto la prominencia de esos niños.
Los altos mandos se miran las caras: — Vamos a revisar este caso más a fondo; les daremos una respuesta.
Jini se sobresalta. —¿Qué respuesta, señor? Las evidencias on más que claras, es nuestro trabajo. Estamos haciendo esto desde que entramos a la policía; justamente por esto llegamos aquí. Queremos hacerlo de una manera legal, con todos los conocimientos.
—Lo siento, Seok-Jin, las cosas no son fáciles cuando se trata de personas como Kim Hyunwo. Me reuniré con ustedes después.
Jini y Ho-seok quedan desconcertados con la respuesta que da su superior.
—Siento que debemos ir despidiéndonos de estas placas. Esa repuesta tiene un sabor a injusticia.
Ese miserable y su hijo van a salirse con la suya. . . .
Jini
Pasaron quince días… Nuestros superiores no daban una respuesta; empecé a sentirme derrotado; sentí que no iba a pasar nada con ese miserable. Hasta qué por fin nos convocó a una reunión. Su superior les extiende unos documentos. —Estos son sus nuevos lugares de trabajo.
— ¿Cómo así, señor? No estamos entendiendo.
Jini lee los papeles. —¿Nos están ascendiendo de rango?
—Así es, tendrá un mejor salario; serán trasladados a otra ciudad, con todos los beneficios, casa, auto y demás.
—Pensé que esta reunión era para hablar del caso de Kim Hyunwo, las evidencias que le dimos, señor.
—Quiero que olviden el asunto por su bien.
Jini se enfurece. —¿Estás escuchando lo que dice, cerdo de mierda?. — Le tira los papeles en la cara. — ¿Estás comprando nuestras conciencias con esto?
—¿Cómo te atreves?
—¿Cómo me atrevo? Grita—¡¡Cómo se atreve usted!! —Lo toma por el cuello. —Fueron nuestros familiares y amigos los que murieron a mano de ese infeliz. ¿Cómo pueden hacernos esto? —llora con impotencia
—Lo siento, Seok-Jin —baja la cabeza—. Únicamente recibo órdenes.
—Entonces desacátela, maldita sea. Haga justicia; usted no sabe lo injusto que está siendo. Esto fue lo que nos trajo a este lugar: hacer bien nuestro trabajo.
¿Le parece justo que las muertes de estas personas queden impune? Olvidar sus valores, su misión, lo que lo hace portador de esos escudos, esa placa y su significado. — Grita—¡¡Míreme a la maldita cara, general!! Tenga los pantalones de mirarnos a los ojos. ¿Cuánto dinero metieron en sus bolsillos? Lo triplicó — Arranca su placa; la tira al suelo; Ho-seok hace lo mismo. — Ya sabe por donde tiene que meterselas; a fin de cuenta, el único valor que tienen esas placas es igual de equivalente a la mierda.
Eso sí le advierto; voy a hacer justicia por mi cuenta, pero antes voy a encargarme de arrancarle la cabeza y mandarlo al infierno; maldito cerdo vendido.
Ambos salen de la oficina, tiran las puertas, recogen sus cosas y se marchan. . . .
Mientras tanto,
Yun-Geom le hace una visita a Taehyung.
—Necesito que me digas la verdad. ¿Qué está pasando con Jungkook? ¿Por qué no quiere ir a casa?
Taehyung
Quizás es el momento oportuno de aprovechar la situación para sacar a Jungkook por siempre de la vida de Violeta. Aún me gusta, ahora tengo el camino libre. Es cuestión de decirle la verdad a Yun-Geom. —No puedo decirte nada, Kook es mi amigo.
—¿Te parece justo lo que está haciendo?
—No me parece, pero… —Hay un pequeño silencio —¡Está con Violeta!
—¿¡Cómo que está con esa!?
—No es como lo imaginas.
—¿Entonces cómo?
Taehyung le cuenta un poco lo que ha sucedido.
—Quiero que ahora mismo me lleves a ese hospital.
—No puedo hacerlo.
— Ya lo dijiste, llévame o dame la dirección.
—Está bien, pero no quiero que me metas en líos con Kook.
Taehyung le pasa los datos. . . .
Mientras tanto,
Kook y Violeta se han acercado más los últimos días. No se separa de su lado.
Violeta está pasando por un cuadro de depresión, desde que se enteró de la muerte de August.
Su estado de salud ha mejorado, puede usar su voz.
Jimin habla de los viejos tiempos. —Cómo olvidar ese día, se me bajo el azúcar cuando leí aquella nota; me gustas mucho, Park Jimin. Me dio justo en la homosexualidad. Me pusiste a dudar.
Ríe —Soñaba todo el tiempo contigo.
—Sucia, como te dice Jini.
—Denle gracias a Dios que soy un hombre rehabilitado; en otro tiempo estallaría de celos.
—Me da felicidad que seas diferente, Kook.
—Hay personas que nos inspiran a ser mejor.
Jimin carraspea la garganta—¿Cuándo te darán de alta?
—Se supone que hoy o mañana
Jeon le da un beso en la frente: —Cualquier cosa me llamas para venir por ti. Me voy, nos vemos más tarde.
Jimin mira su reloj: —Igual tengo que irme.
media hora después.
Tocan la puerta de la habitación. —Se puede.
—Pase
Es Yun-Geom, asoma la cabeza. — ¿Cómo estás, Violeta?
—¿Qué haces aquí?
Entra a la habitación, camina pausado hasta llegar a los pies de la cama —Obviamente no vengo a hacer visita —Hay un tenso silencio —Quiero hablar contigo de mujer a mujer. Vengo a pedirte que te alejes de Jungkook.
Respeta nuestra relación.
Violeta suelta una sonrisa burlesca. —Que ridícula eres, Yun-Geom. Me importa una mierda tu patética relación. Lo único que has hecho estos años es arrastrarte detrás de Jungkook como un gusano.
—Y tú, no te das por vencida.
—Jungkook está aquí porque así lo quiere, no se lo pedí, no entiendo qué a que vienes.
—Sere breve. No sé si estás entera de que vivimos juntos. Es aquí donde ha estado metido estos últimos días, olvidando sus obligaciones, como marido —camina hacia Violeta, soba su vientre —y padre. ¿Te contó que vamos a tener un hijo?
Violeta traga saliva al escuchar lo dicho. — No lo sabía, créeme, tampoco me interesa. Si lo omitió y te tiene abandonada, es porque tampoco le importa.
Él y yo no tenemos nada, somos buenos amigos. Así que no vengas con tus ínfulas de señora importante: lo único que has hecho desde que era novia de Jeon es arrastrarte.
La única forma que usan las mujeres iguales que tú para retener a un hombre al lado es esa. Son patéticas, carentes de dignidad. Tienen que embarazarse. Creen que es la única opción para que el tipo se enamore de ustedes; retenerlo con un hijo.
Ese método pasó de moda. Utiliza la cabeza, la inteligencia.
—No me importan tus opiniones, únicamente quiero que te alejes de Kook; vuelve al hueco en donde estabas metida.
Vamos a tener un hijo; en un mes nos cansaremos. Ahora que se murió el mafioso de tu marido, vuelves como si nada, a quedarte con lo mío.
Violeta se levanta de la cama; la toma del brazo: —No vuelvas a referirte de esa manera a August, o voy a olvidar que estás embarazada. —Abre la puerta, la saca de la habitación. — No vuelvas a acercarte a mí. Si quisiera quitarte el marido, aseguro que lo hubiese hecho hace mucho, sin la necesidad de emplear el truco barato y manipulador del embarazo. Tu patética vida me sabe a mierda, así que lárgate —le tira la puerta en la cara.
Violeta
Cuando pensabas decirme. Aparte de todo, duele, pero no como antes; ya no hay nada que pueda lastimarme. Aunque esa estúpida me caiga mal, los hijos son los hijos; aquello lo cambia todo. Necesito que te marches para siempre de mi vida; Jeon Jungkook.
