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Violeta
En la mañana no podía levantarme de la cama; estaba acabada después de hacer de cuanta cosa. August se las desquito. Después de un baile en el tubo, me amarro de espalda en este mismo, de manos y pies. Deseaba sentirme ahorcada. No sé por qué me gustan estas cosas raras, pero a la vez me infringen demasiado placer. Puso la mordaza en mi cuello, mientras me embestía la jalada.
Volvimos a jugar con las balas en mi zona íntimas. Las comandaba mientras permanecía sentado en el sillón. Cada vez que llegaba al clímax terminaba con sexo oral. Me ató de extremo a extremo en la cama, me masturbó con el vibrador. Me lo hizo en todas las posiciones conocidas y desconocidas, como en una competencia de placer, en donde August ganó. Pero fui quien amaneció como campeón de boxeo; me dolía respirar; en cambio, él estaba como si nada, con una sonrisa de oreja a oreja. Como dice mi apreciada amiga Jini, me gustan los deportes extremos. La besa—¿Cómo amaneciste?
—¿En serio amanecí? Pensé que estaba muerta.
— Que dramática eres.
Le entra una llamada, es Jini.
—Hola
《¿En dónde andas metido, Romeo?》
—Pasamos la noche en el club.
《No quiero imaginar el panorama. Pregunta necia; ¿Puede levantarse de la cama, o la dejaste paralítica?》
Violeta escucha la conversación. —Afortunadamente puedo mover los dedos de los pies.
《Y estás molesta, si de ti dependiera te dejan lista para la autopsia.》
—Qué mal hablada, pero te perdono. Además, te recuerdo que mañana en la noche me iré; no lo veré por un tiempo.
《Y por eso tienes que dejar que August te dé hasta en la cédula. Mis respetos para tus nalgas—Ríe.》
—No sabes cómo extrañaba estas conversaciones contigo.
—Todo lo que incluya una verg* es diversión para ti; pásame al triturador de carne 2000, destroza la vagina.
August y Violeta sueltan una descomunal carcajada.
Lo besa—Voy al baño, triturador 2000.
Augusto habla despacio, se asegura que Violeta no escuche. —¿Qué pasó Jini?
—Estamos esperando en la oficina para ultimar detalles. ¿Estás listo para entregársela?
—No, nunca voy a estar listo. Aun así, prefiero mil veces eso En media hora bajo a la oficina, no hablen nada sin mí.
Violeta grita desde el baño —¡Oye triturador! ¿Quieres bañarte conmigo?
《Jini rie: —Qué masoquista es esa niña, no se rinde fácilmente. ¡Ánda! Vez a terminar de triturarle el pedazo de carne que le quedó.》
Ríe—Hablamos después —Cuelga.
August entra a la bañera; la lleva a su regazo. Esparce pequeños besos por el rostro de Violeta; aferran sus cabezas.
—Voy a extrañarte. ¿Promete que iras a verme?
August
Al escuchar aquello me llené de un profundo sentimiento, a tal punto que no pude contener las lágrimas. Pensar que todo es incierto, no sé si algún día me perdone por lo que estoy a punto de hacer y decir; necesito alejarla de mí, alejarla del club.
—¿Por qué lloras mi amor? Soy quien tiene que estar triste.
La aferra a su cuerpo: —No me preguntes, déjame llorar, quizás no vuelva hacerlo.
—No digas las cosas de esa manera, me haces sentir mal; no voy a querer irme.
Me mantuve abrazado a ella; deseaba que el tiempo se detuviese en este instante; como en las películas de ficción, que la escena se repita una y otra vez, desde el día que aceptó ser mi novia, hasta llegar a este punto. Después de un tiempo, fue al anexo a ultimar detalles con las chicas. Fui a la oficina a ultimar detalles con Jini y Ho-seok. —No tengas esa actitud con nosotros, hermano.
—Duele su traición, confíe ciegamente en ustedes.
—Lo siento, pero también lo hicimos por ti. Afortunadamente, ese infeliz llamó justo en el momento que estábamos dispuestos a contarte todo.
—Está bien, saben cómo hacen las cosas, lo único que importa es que esté bien y a salvo. Después de todas las cosas que me contaron, no es justo que ella, su madre y hermanos sigan sufriendo.
—Te pregunto una vez más. ¿Estás listo para dejarla ir?
—No lo estoy, pero haré mi mayor esfuerzo.
—A nosotros también nos duele, sobre todo porque hemos sido testigos de su historia de amor; te hemos visto evolucionar a su lado. Si te ama en verdad, todo sale tal lo planeado, te perdonará, volverán a estar juntos.
Ho-seok le extiende el celular. —Es su número, llámalo.
August respira profundo. —Voy a destruirla, espero que nos crea y ayude.
