꧁𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀꧂ Capítulo 66 (August)

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꧁𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀꧂

꧁𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀꧂

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Violeta 

 
Al día siguiente enviamos a las chichas de vacaciones.
 
Pasaron un par de días, y aún mi mente y corazón no asimilaban que August está de regreso.
 
Fui de compras con Jini; estamos entusiasmados por el viaje.
 
Violeta le modela un sensual bikini —¿Qué te parece este?
 
—Te queda genial
Vas a hacer que a ese hombre se le pare el corazón —ríe.
 
—No quiero pararle el corazón sino otra cosa.
 
—Qué mañosa te has vuelto, niña, no le has aprendido nada bueno al caliente de tu marido.
 
Violeta 
 
 
 
Llegamos al club; cuando entre a la habitación, August estaba en el sillón con un vaso de whisky en mano, en la otra portaba el látigo.
 
Ríe—¡Qué interesante te pones cada vez que te sientas en ese sillón!
 
Le señala lo que está sobre la cama. —Ponte esas bragas y hazme un baile.
 
Se muerde el labio; camina hacia él, apoyado los brazos en el sillón. — Amo este plan.
 
Pone el látigo en sus labios, lo desliza en medio de sus pechos, finaliza en su entrepierna, lo frota suavemente sin dejar de mirarla,  le da un pequeño latigazo en el trasero. — Vez a ponerte esas bragas como niña buena, quiero olerlas cuando las dejes húmedas.
 
—Eres un pervertido. 
 
—Lo soy, a ti te encanta.
 
Violeta
 
Hice caso a su petición; fui al baño a ponerme esas bragas, me retoque un poco el rostro y perfume mi cuerpo.
Por primera vez desde que tengo encuentros sexuales con August, he deseado esto más que nunca.
 
Salí del baño, caminé con estilo combinado con un sensual baile, luciendo mis bragas para él.
 
Reposó el cuerpo en el sillón, acarició su entrepierna, al tiempo deslizó la lengua en medio de sus labios.
 
Me fui directo al tubo, empecé a jugar en él, pasé la lengua sin dejar de mirarlo.
 
Los movimientos de mi cuerpo estaban guiados por la sensualidad, como si fuese la primera vez que hago esto para él.
 
Amo sus oscuros y penetrantes ojos, su mirada sensual, escaneando cada espacio del cuerpo.
Su respiración estaba agitada por el efecto de la excitación; mis ganas hicieron que diera todo en el tubo, bailar envuelta en estasis, saber que estaba sentado enfrente mío, observándome cuando lo creía muerto.
 
Tomó el whisky de un solo trago, se levantó del sillón y caminó hacia mí; detuve el baile.
 
—No te detengas, quiero tocarte mientras bailas.
 
Violeta
 
Seguí envuelta en mi baile; recorría mi cuerpo con sus manos. Después me detuvo por atrás, me envolvió en sus brazos, acariciaba mis pechos, al tiempo frotaba el látigo en mi intimidad. Me daba sutiles y existentes mordiscos en el cuello; mis bragas se humedecieron.
 
En una maniobra rápida, estábamos frente a frente; me tomó las manos, las llevándo sobre de mi cabeza. Cuando quise notarlo, estaba recostada a la pared, aprisionaba mis manos en esta, iba bajando los besos a mis pechos; los descubrió arrancando el sujetador en un solo tirón. Deslizó su larga y cálida lengua en ellos, metió la mano en mis bragas buscando mi intimidad; deslizaba los dedos suavemente en el punto de placer, después los llevó a la boca para humedecerlos, nuevamente los introdujo y estuvo así por un tiempo… Podía sentir cómo corrían los fluidos por en medio de mis piernas; el roce de los dedos y su lengua masajeando mis pezones me tenían presa de placer; estaba excitada, deseaba sentirlo.
 
Lo empuje con el pie, cayó en el piso; me fui sobre su regazo. Rozaba mi intimidad en el bulto.
 
Apoyé las manos en sus rodillas; incliné el cuerpo hacia atrás. Volvió a meter la mano en mis bragas; el frote era intenso, soltaba sutiles gemido, aumenté el movimiento de mis caderas. Se aferró en mis pechos, mordía los pezones, subió a mi cuello y dejó un par de mordiscos en él.
 
Mi cuerpo empezó a templar; estaba a punto de conseguirlo.
 
Levantó mis caderas, llevó mi entrepierna a sus hombros, corío las bragas, aferró la boca en mi intimidad; esto hizo que estallará de inmediato. Mis músculos empezaron a contraerse a causa del placer.
 
Pasado un tiempo fuimos a la cama.
 
Quitó su ropa, mis ojos se fueron directamente a su grande y erecto miembro.
Sin previo aviso lo engullí.
 
Aferré las manos en sus caderas; enrolló la suya en mi cabello; lo tiraba al compás de las succiones.
 
Las ganas y el placer estaban latentes en la habitación. Se podía respirar el olor del deseo y de un juego sexual que apenas iniciaba. 
 
Ató mis manos a un arnés que cuelga del techo. Era la primera vez que lo usaba. Mi pequeño cuerpo quedó empinado, se arrodilló enfrente mío, subí los pies en sus rodillas para apoyarme.
 
Me tomó por las caderas, deslizando los labios por mi vientre, llevó las manos a mis pechos, rozó los dedos en círculos por mis pezones.
 
Estaba presa por la excitación y el placer de sentir sus boca recorriendo mi cuerpo.
Aferré las piernas en sus caderas, acto seguido me embistió.
 
Había pasado más de media hora en esa posición; tenía los brazos cansados al estar suspendida en el arnés.
 
La nueva experiencia no es tan cómoda, por lo menos no para una mujer con un cuerpo pequeño.
 
—Puedes soltarme, por favor.
 
—¿No me digas que te das por vencida? 
 
—Siento que mi cuerpo va a dividirse en dos.
 
Ríe—Pensé que te gusta el sexo inusual.
 
—Claro que me gusta, pero hay cosas que no son para mí. 
 
La suelta —Eres una aguafiesta, llorona; no tienes idea lo que tenía pensado hacer.
 
—Claro que puedes hacerlas, pero en una posición cómoda.
 
El celular de Violeta suena; mira a August.
 
—¿Quién es?
 
—Es el número de Namjoon.
 
—Contesta, ponlo en alta voz.
 
Violeta abre la llamada. —¿Qué quieres, pedazo mierda? 
¿No te das por vencido?
 
《Estoy bien, gracias》
LLamo porque quiero que vengas a verme.
 
—¿¡Estás demente!?
 
《Quizás si.
¿En dónde andas metida?
Tienes una hora para llegar a la dirección que voy a enviarte.》
 
— ¿Qué te hace pensar que iré?
 
《Quizás es tiempo de cobrarme las que me han hecho. Lo que me hizo tu ex cabrón novio, cuando casi me mata. Todas las humillaciones que aguante cuando estaba contigo. 
¿Por quién quieres que empiece?》
 
—Eres un enfermo mental, maldito infeliz. La próxima vez  voy a terminar de cortarte los huevos.
 
《Antes que me los cortes, se los voy a cortar al homosexual de tu amiguito, Jimin.
¿Qué tal si empezamos mi desquite con él? — Hay un silencio. — Saluda a tu amiga; dile que venga por ti.》
 
《En el fondo se escucha la voz de Jimin, grita entre sollozo —¡¡VIOLETA AYÚDAME!! Ese infeliz va a matarme.》
 
 
Se levanta de un sobresalto —¡¡Maldito!! No te metas con ellos, no tienen nada que ver.
Esto es entre tú y yo.
 
《Este cabrón me debe una, se la voy a cobrar si no vienes.》
¿Recuerdas en el campamento? Terminé cogiéndome a este puto pensando que eras tú.
Es hora de cobrársela.》
 
—No, suéltalo, ¿A dónde tengo que ir?— August le hace señas; mueve la cabeza en negación. Le habla al oído; le indica lo que tiene que responder. —Iré, pero no puedo hacerlo de inmediato, dame tiempo, no estoy en la ciudad.
 
《Así me gusta, que seas obediente, hagas lo que te pida.
¿Cuánto tiempo?
No juegues conmigo.》
 
August le hace seña con los dedos —Ocho horas, es el tiempo que necesito para llegar a la ciudad.
 
《Si quieres a tu amiguito con vida, está en tus manos.
Te dejo la dirección por mensaje. Tienes ocho horas para venir a salvarle la cabeza a este puto.》
 
Cuelga.
 
Violeta mira a August con los ojos llenos de lágrimas: —Ese maldito enfermo tiene a Jimin.
 
La abraza: —No te preocupes, vamos a rescatarlo.

—¿Cómo vas a hacerlo? Me quiere en calidad —llora—. Estamos perdidos. 
O se queda conmigo o mata a Jimin. 
Si pasa, no voy a perdonarme.
 
—Definitivamente no me conoces. Si ese hijo de puta quiere jugar al mafioso, está metiéndose con el equivocado. 
 
Crees que únicamente tengo a Jini y Ho-seok conmigo.
Para estos casos hay un equipo especial.
 
Tengo seis horas para llamarlos y organizarlos.
 
Vamos a ir por Jimin, ¡sobre mi cadáver ese cabrón te pone un dedo encima! 
 
Es hora de llamar a mis chicos malos.
 
 
 
 
 
 
 

 ꧁ 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓𝐀꧂( +21)                        亗ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ ʏ ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴ-ɢɪ 亗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora