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Ga-ul
A pesar que aquel hombre traía una mascarila, cuando lo tuve en frente se me hizo conocido, no sé donde lo he visto, esa mirada me recuerda alguien.
La cicatriz en su ojo lo hace ver intimidante, sentí miedo, pero no puedo juzgar a alguien por su aspecto físico, si tengo motivos para juzgarlo, es por sus actos.
August
Tenía a la madre de Violeta en frente, se parecen mucho.
Es una mujer que trasmite paz, tranquilidad, tiene una voz tenue y dulce a la vez.
No pude sostener la mirada, sentí vergüenza eh incomodidad.
—Entiendo las condiciones de su negocio, señor, por lo menos deje que mi hija salga, póngase en mi lugar como madre
—No puedo ponerme en su lugar, señora, nunca tuve una madre, no sé que siente, tampoco conozco sus angustias y dolores.
Lastimosamente, la vida me hizo huérfano, lo ha dicho, son los negocios.
—¿Sus padres murieron?
—No lo sé, llegué a un orfanato a los cinco años, sin memoria. No sé si murieron o me abandonaron—Sé quita la mascarilla
Al ver su rostro, Ga-ul se paraliza—Lo Siento, no quiero ser entrometida, siento que lo conozco de alguna parte, ya he visto tu cara.
—No lo creo, me críe en un internado en Francia
Baja la cabeza— Lo siento, estoy divagando —Trata de manipularlo—Sé que no es una mala persona, traernos para pasar estos días con mi hija me dice que no es el concepto de ser retorcido que tenía de usted.
August se pone de espalda—Voy a hacer sincero, señora. Hago esto porque me gusta su hija, estoy enamorado de ella, no soy el tipo que hace estas cosas por caridad, porque si, pero Violeta es la excepción.
—Si está enamorado ¿Por qué le hace esto? ¿Por qué la tiene retenida? Cuando amamos no hacemos este tipo de cosas.
—A veces las personas no son lo que aparentan. No quiero dejarla ir, quiero que Violeta se enamore de mí. Sé que me escucho patético, sobre todo por la situación en la que llego a mi vida. También sé que quiere cualquier cosa, menos que su hija se enrede con un tipo como yo. Créame cuando digo que está más segura y protegida conmigo que en cualquier otro lugar.
—Es ilógico eh intendible lo que dice. Las mujeres no queremos a la fuerza, todo lo contrario, nos gusta amar en libertad.
—Es la primera vez que me enamoró, la experiencia es nueva, estoy haciendo intentos. Ella está bien, a ustedes no les ha hecho falta nada.
