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EPÍLOGO
Violeta
Estaba dejandome llevar por sus besos, el olor de su piel; olvidé todo. Mi corazón se llenó de muchos sentimientos; mis lágrimas empezaron a correr. Me abracé a su cintura. Jeon lo fue todo en mi vida, mi pasión, lo amaba; mi mente se remontó aquellos tiempos, se encapsuló en recuerdos, los momentos vividos a su lado. Cuando abrí los ojos estaba sin pantalones; lo tenía encima aferrado en mis labios; El rostro de August y las promesas que le hice vinieron a mi mente. Empuje a Jungkook con el pie; me levante rápidamente. Me tomo de la cintura, tumbandome nuevamente en el sillón.
Lo empuja: —No sigas, por favor. No puedo hacer esto.
—Sé que lo quieres. Quédate conmigo, Violeta, juro que voy a olvidar lo sucedido, quiero que te quedes.
Se levanta, pone sus pantalones rápidamente: —Ya nada es igual, tomé una decisión.
Mis sentimientos no son los mismos. No soy aquella Violeta de antes, la que estaba contigo, la que te miraba a los ojos, la que te amaba con devoción, busques en mí los sentimientos que no vas a encontrar; la mujer que amabas se fue para siempre.
Baja la cabeza: —Te amo.
—¿Me amas? No sabes amar. Si me amaras, no hubieses metido a Yun-Geom en tu vida; mucho menos, cuando sabes que me cae mal, no la tolero, me hace pensar que aquellos rumores son ciertos, cuando en los pasillos de la universidad decían que te habías acostado con ella.
Me hubieses seguido buscando, sin parar, hasta encontrarme, antes que mis sentimientos cambiaran. No te hubieses quedado con las opiniones de Yun-Geom; fue quien corrió a decirte que me había visto, que estaba con otro hombre, pero no soy quien para juzgarte, no puedo esperar menos. — Baja la cabeza —lo siento, no tienes culpa, la frustración me hace decir estas cosas. Lo único cierto es que mis sentimientos cambiaron. Estoy enamorada de August. — Quita la chaqueta —Vine a cerrar un ciclo —Saca el anillo —Necesito salir de tu vida; la mía no es la misma, incluyendo mis sentimientos.
No es justo seguir alimentando tus esperanzas, cuando no hay ninguna. —Le extiende la chaqueta y el anillo: —Gracias por amarme.
Los ojos de Jungkook se cristalizan. —Qué cruel eres. Siempre temí lastimarte, pero al final eres quien hace esto. Nunca imaginé que fueses quien decidiera darle fin a cuatro años, a esta historia de amor sin historias. Que serías la autora, quien terminaría de escribirla, dándole un triste desenlace.
—No decidí nada, no decidí lastimarte, no decidí terminar. Únicamente puedo decir que otros decidieron qué sucedería en mi vida; otros escribieron mi historia y tu historia a mi lado.
A veces son pocas las opciones; toca resignarnos, aceptar sin pedir y dar explicaciones; simplemente, otros labraron nuestros destinos. —Pone en sus manos el anillo y la chaqueta —Adiós para siempre. Gracias por amarme —Le da un beso en la mejilla— Me llevo los momentos vividos a tu lado, ojalá y algún día me perdones por el daño que te hice.
Sé feliz
Cuando está a punto de salir, la puerta se abre; Es Yun-Geom; queda paralizada al encontrarse cara a cara con Violeta. —¿Qué significa esto? ¿Ella, qué haces aquí?
—Vine a salir de la vida de Jungkook, dejarte el camino libre, para que dejes de arrastrarte y no sigas recibiendo migajas.
—Es lo más sabio que puedes hacer, después de dos años revolcándote con otro hombre, como la zorra que eres.
Violeta le suelta una bofetada descomunal: —¿Zorra? No me atrevo a quitárte ese título, lo peor; eres la zorra de la que todos hablaban, cuando te arrastrabas detrás de Jungkook, rogándole para que metiera el pito.
